GINA - ONE PIECE (LIVE ACTION)

| 9 - Barcos y flores. |

Habíamos llegado a la isla Gecko. Específicamente, nos encontrábamos en Villa Syrup.

Estaba con los chicos esperando que Nami volviera con infomación sobre dónde podríamos conseguir una nave nueva.

Analizaba todo nuestro alrededor, mientras Zoro observaba el tablón de anuncios de la villa.

Luffy se encontraba con la espalda apoyada en el suelo y las piernas contra la pared.

La voz del peliverde llamó mi atención.—Ese tonto vale quince millones de berries. Hubiéramos metido su cabeza en una bolsa y lo hubiéramos traído.— habló frustrado.

Ante lo que dijo, metí mi mano en mi bolso y saqué el último saco de los que usábamos para las recompensas que nos quedaba.

Estaba un poco sucio. Después de todo, a veces nos tocaba reutilizar.

Habían semanas sin recompensas o marinos estúpidos que no nos daban el dinero como para comprar otros o incluso para comer.

—¿Por qué no me lo recordaste? Que vaga eres, ya perdiste práctica en el trabajo.—me reclamó pinchando mi mejilla.

Hice una bola con el saco y se lo lancé a la cara con el ceño fruncido.

A este punto ya debería ser obvio que dejamos de ser cazadores. Incluso seremos la presa si no tenemos cuidado.

—¿Qué marino te hubiera pagado esa recompensa? Ahora tu también eres buscado por ellos.—se metió Luffy.

—Mmm... Es cierto.—admitió Zoro, a la vez que yo asentía dándole la razón a mi capitán.

—Con mayor razón hay que ir a la Gran Ruta. A empezar de nuevo.—habló el chico después de levantarse del suelo de una manera peculiar.

El de sombrero palmeó el hombro de Zoro con su mano derecha y despeinó mi cabello con la otra, para después voltearse hacia Nami que se acercaba a nosotros.

—Bueno, no nos vamos a quedar mucho.—la chica explicó que la villa era conocida por la construcción y venta de barcos.

Al mismo tiempo que hablaba, acomodaba mi cabello, ya que el capitán me había dejado algunos mechones desordenados. Haciendo que le sonría, a modo de agradecimiento.

Hace unos días lo dudaba, pero ahora estoy feliz con la idea de navegar con ellos tres.

Mi espadachín favorito, un simpático capitán y una navegante que, aunque sea un poco difícil, puede ser muy amable y atenta cuando quiere.

—Bueno... ¿Y qué estamos esperando entonces?—con entusiasmo, Luffy comenzó a caminar.

Estaba yendo en el lado contrario, por ende, la navegante fue a buscarlo un poco desconcertada.

Zoro se quedó pensativo, aún mirando el rostro del horrible payaso. A lo que me acerqué e imité las palmadas en el hombro que le había dado Luffy y le sonreí con burla.

Escuché como el ex-cazador maldecía y arrancaba el cartel del payaso. Lo arrugó y lo lanzó al suelo molesto.

Pateé el papel para alejarlo y tomé la mano del chico para llevarlo hacia el camino que habían tomado anteriormente nuestros compañeros.

Caminábamos por el astillero detrás de ellos, admirando la gran cantidad de barcos que se trabajaban allí.

Luffy se encontraba maravillado con cada nave que veía.

—¿Cuánto cuestan estas?—preguntó Zoro.

—Si tienes que preguntar, no te alcanza.—contestó la navegante volteando hacia nosotros.