Capítulo 2

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Rafael POV

¿Qué demonios acaba de pasar? No es posible, él no pudo haberlo hecho, no él. ¿O sí? Entiendo que soy irresistible, ¡pero no pensé que esto también podría aplicarse a mi hermano! Vale, vale, vamos a calmarnos, debe ser sólo una broma, querrá vengarse por cómo me he comportado.

"¿Qué has hecho esta vez?"

Veo a Donnie entrar en la habitación, cruzado de brazos y con una mirada furiosa: "No he hecho nada de nada"

"¿Entonces por qué Leo salió corriendo de la guarida completamente aturdido? Sea lo que sea que estés haciendo, tienes que detenerte. El hecho de que hayan dejado de pelear no te da derecho a torturarlo de otras maneras"

Por supuesto que estaba aturdido, acaba de besarme: "Escucha cerebrito, fue él quien me pidió que habláramos y luego en vez de eso se fue corriendo. No me culpes a mí si él le falta un tornillo"

Lo empujo a un lado para poder pasar y, antes de que pueda seguir hablando, me voy y me encierro en mi habitación. Necesito estar a solas y descifrar qué puede estar pasando por la cabeza de Leo. Cierro la puerta y me tiro en la cama, esperando que nadie más venga a hacerme preguntas sobre lo que acaba de pasar. No quiero ver a nadie más en el resto del día.

A veces no puedo entenderlo, no tiene sentido que lo hiciera por venganza. Siempre me decía: "Sigue con tus estúpidas bromas de niño, ya verás como tarde o temprano te cansarás. No me rebajaré a tu nivel"

Y de hecho nunca me dio cuerda, tiene demasiado autocontrol como para darme esa satisfacción. Esta vez, sin embargo, algo debió salir mal. ¿Podría ser que mi plan haya funcionado tan bien que lo haya vuelto loco de verdad? Ahora que lo pienso, últimamente ha empezado a comportarse de forma extraña. Al principio no me prestaba atención, de hecho, casi fingía no oírme. Ahora, sin embargo, parece casi feliz de tenerme cerca. Es adorable cuando se sonroja. Quiero decir, divertido, quiero decir divertido...

Estúpido Leonardo. Acabaré siendo yo el que se vuelva loco. No paro de girarme de un lado a otro y no consigo pegar ojo. Ni siquiera sé dónde se ha metido la manta, la habré tirada debajo de la cama. Maldita sea, no puedo dejar de pensar en eso. En mi cabeza sigue rondando la absurda idea de que lo hizo porque realmente era lo que quería. No es el tipo de persona que besaría a alguien por diversión. En el momento en que lo inmovilicé contra la pared, pensé que lo había atrapado, sin embargo, cuando luego me agarró la cara, parecía muy seguro de sí mismo. Nunca le había visto hacer un gesto tan impulsivo. Quizá debería dejar de darle tanta importancia a esta tontería, sólo duró unos segundos y luego me apartó de inmediato. Probablemente estaba disgustado.

Por lo menos por suerte estábamos solos, quién sabe lo que habrían dicho los demás si nos hubieran visto. Ya me imagino la voz estridente de Mickey riéndose de mí por haberme dejado tomar por sorpresa. Vamos, no pensé que Leo se tomaría en serio lo que estaba haciendo. ¿Por qué debería haberlo hecho? Somos dos chicos, era obvio que le estaba provocando. No puedo creer que mi primer beso fuera con él. No es que me haya jamás puesto a pensar cómo habría sido, pero si lo hubiera hecho, seguro que habría imaginado que habría sido con una chica, aunque para una tortuga como yo eso es prácticamente una utopía.

Al final de todo, sin embargo, no fue tan malo. Sus labios eran suaves y dulces, incluso me pareció percibir el sabor del té que bebe todos los días. ¡¿Qué demonios estoy diciendo?! Detente Rafael, es de tu hermano de quien estás hablando.

Solo el sonido de sus pasos has conseguido distraerme de mis pensamientos por un momento. Así es, al parecer Leo también se ha quedado despierto hasta tarde esta vez. Es extraño que llegue tan tarde, probablemente solo estemos nosotros dos despiertos a estas horas. Su habitación está enfrente de la mía y he oído claramente que acaba de entrar en ella solo ahora. Incluso he abierto un poco la puerta para ver cómo estaba, pero ha entrado con tanta prisa que no he podido verle la cara. Me pregunto dónde habrá estado hasta ahora, seguramente ya se habrá arrepentido de lo que hizo.

¿Y ahora qué demonios voy a hacer? He tardado dos meses en inducirlo a hacer un paso en falso, no quiero que sepa que, en cambio, él ha conseguido volverme loco en un solo día. Si dejo ahora de comportarme así, se dará cuenta enseguida de que su gesto me ha desestabilizado, pero si continúo, podría volver a intentarlo.

Mañana será un día difícil...

Un juego retorcidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora