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Poco a poco sintió sus propios ojos abriéndose, su vista aún estaba borrosa pero eso no le impidió fruncir el ceño ya teniendo una idea de lo que tendría enfrente una vez se orientará correctamente.

Ese pequeño quejido lo hizo recuperarse completamente miró a su costado encontrándose con Jason, mierda, miró a su alrededor encontrándose con los dos que habían tomado sus apariencias, pero no había señales del otro, mierda, si no estaba aquí significaba que Damian estaba en problemas. Luchó contra lo que lo tenía aprisionado pero aquella silla con forma de insecto no era nada débil.

—Ni lo intentes querido — bufó ante aquella voz, levanto la vista encarandolo.

—Es impresionante, hasta tomando mi apariencia sigues viéndote igual de desagradable — sonrió ante la mueca que provocó en el rostro ajeno.

—Para mí es sorprendente que tuvieras un hermano menor y no lo hubieras traído la vez pasada, tan egoísta como siempre "Dick" — se burló con una sonrisa.

—Veo que el pequeño te la está poniendo difícil, mi hermoso rostro está desfigurandose —

El doble frunció el ceño pero la mano en su hombro hizo que no contraatacara, miró a su hermano viendo como este negaba con la cabeza, soltó un suspiro y volvió a mirar al chico.

—Pudimos haber sido una gran familia, pero tú y tus hermanos tuvieron que arruinarlo, ahora, nos quedaremos con el más pequeño, y nuestra familia estara completa una vez más —

Dick se mordió el labio negándose a sí mismo en perder los estribos.

—Damian está jugando ahora mismo, no? — preguntó aún si más que una pregunta era una obvia afirmación..

—Correcto! Y adivina qué? No tardará en encontrarse con ellos — comentó con una risa en medio, el Robin rodó los ojos — Estás listo? Hoy será el día en el que finalmente la familia estará reunida!

Damian buscaba desesperadamente a Alfred, desde hace rato que no lo veía y ya empezaba a preocuparse, el felino no se separia de él por demasiado tiempo pero ya esa ausencia no era normal.

—Maldición, enserio, por qué justo ahora? — cuestionó entre gruñidos mientras buscaba entre los arbustos.

Soltó un quejido de frustración, miró los árboles a su alrededor, la primera prueba inició así que era probable que le quitarán o se llevarán a Alfred para que no lo ayudará, frunció el ceño y se apresuró en escalar uno con rapidez, si estaba en lo correcto eso significaba que ahora el felino debía estar atrapado junto a ellos.

—Debo mantenerme concentrarme en acabar con esto antes de cualquier otra cosa — se dijo a sí mismo viendo a dónde debía ir.

Bajó del árbol y empezó a correr, cuánto más rápido acabará con todo mejor.

Sus pasos se volvieron más lentos mientras las luces se hacían más cercanas, llevó una de sus manos a un árbol manteniendo su mirada en aquella residencia.

—Aqui vamos — susurró soltando un suspiro seguidamente.

Volvió a caminar hasta llegar frente a aquella puerta y sin dudar dió unos golpes a la madera, espero unos segundos hasta que la puerta fue abierta aún si no había nadie al otro lado.

—Típico — bufó rodando los ojos, avanzó al interior de la casa manteniendo su expresión de póker por ver que todo estaba a oscuras — Se nota que no eres mi madre — se burló, esas cosas asustarían a un mocoso débil, pero no a él.

De la oscuridad se deslizó una serpiente negra la cual con su aparición también trajo la iluminación de todo el lugar.

—Rhynchocalamus hejazicus — susurró al ver a la serpiente.

Se agachó y la tomó en sus manos, recordó el momento en el que su abuelo le regaló una cana entera de esas serpientes, particularmente por su estado de investigación, Ra'a deseaba ver el potencial letal que podían tener esas serpientes más por el hecho de que aún no habían sido descubiertas por la sociedad pero lamentablemente había dejado atrás la liga antes de saber más y en el proceso también a sus criaturas.

—Son inteligentes, se nota que si investigaron bien sobre mí — felicitó levantándose del suelo aún con la serpiente negra en sus manos.

—Mi pequeño príncipe, has vuelto! Estoy tan contenta— la exclamación de la mujer le hizo bufar y gracias a sus reflejos pudo evitar el abrazo que le quería propinar.

—Ustedes eligen, me dan lo que quiero o tendremos que dar un lindo baile de tres en el cual no los dejaré escapar hasta que ya no puedan más.

En eso apareció "Selina" aunque su apariencia estaba más demacrada y podía decir que hasta parecía muerta.

—Es gracioso que pienses que aquí existe la palabra "elección" — se burló la mujer, metió sus alargados dedos en su garganta y de allí sacó uno de los amuletos que necesitaba Damian.

—Eso fue asqueroso — dijo el moreno posicionándose mejor para conseguir aquel amuleto.

—Todo aquí lo es mi niño

—Estás seguro que es por aquí? — preguntó Tim mirando las paredes a su alrededor.

—Completamente, solo confía en mí — pidió el kriptoniano hasta finalmente pararse frente a una puerta.

—Bueno, confío en tí, este si parece un sitio que grita "Mira que tengo adentro" — aceptó el mayor viendo la baba negra y sutil verde que rodeaba los boldes de la puerta — Es un asco, abrela — ordenó alistando su bastón.

—Si, abrela Tim — dijo al mismo tiempo Jon activando su visión láser, el nombrado lo volteo a ver.

—Que? Yo no tocaré eso— se quejó apuntando la puerta.

—Yo nos traje aquí, ahora tu abre, esto se llama trabajo en equipo — respondió el chico sin ninguna intención de tocar la puerta.

—Si fuera Damian me harías caso — refunfuño bajando su bastón y aproximándose a la puerta, agradecía tener guantes pero aún así se sentía asqueroso.

La puerta se abrió con un chirrido horripilante provocando un escalofrío en el menor, pero lo que hallaron dentro los dejó helados a ambos.

—DAMIAN! — gritaron al mismo tiempo al ver quién estaba allí.


Damian y la puerta secreta. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora