El Despertar del Rey

261 28 9
                                    

Japón, Junio del 2018, Ciudad Sendai

-Encontraste algo Megumi?-

-No, la caja está vacía, el objeto maldito simplemente no está! No entiendo por que demonios no está.-

-No podemos irnos todavía, no hasta que lo encontremos, mas ahora sabiendo que esa cosa no está donde debería, la gente es muy curiosa con lo desconocido.-

-Juro que voy a golpear a Gojo, a cada mision que voy siempre se vuelve en algo tedioso...-

-Te entiendo completamente, creo que por eso nos juntó para esta misión, en fin, te habló luego, seguiré rastreando el aroma...tal vez así lo encuentre.-

Joshiro colgó su llamada telefónica con Megumi, y frunció el ceño, ya imaginaba que todo esto iba a ser un caos.

Un objeto maldito que contenía al rey de las maldiciones, Ryomen Sukuna, un ser que fue capaz de convertirse en un objeto maldito dividido en 20 dedos, la criatura mas temida de la Era Heian y un sin fin de agregados que solo le daban mas pereza al cansado Joshiro.

Había pasado un año y unos meses desde su entrada a Jujutsu High, y el trabajo lo estaba consumiendo sin siquiera llegar a los 18, se sentía el doble de estresado y consumido que en sus examenes para secundaria, estaba agradecido de no haber tenido que hacer el exámen de admisión universitaria o probablemente hubiera querido colgarse.

Había visto tantos intentos de nuevos hechiceros morir en tan pocos meses que una parte de el no pudo evitar abrumarse, era consciente de que era algo inevitable, pero eso solo le dificultaba trabajar más con compañeros nuevos sabiendo cuáles podrían ser sus destinos.

En su caso, algo así pasaba con Fushiguro Megumi, con quien a pesar de solo tener 2 años de diferencia, lo veía mas o menos casi como un protegido, principalmente por que Gojo se lo encargó, ya que según el, Megumi necesitaba que le echen un ojo encima.

Cuando vió su ritual maldito entendió completamente por qué.

Un usuario de las 10 sombras es una fuerza de la naturaleza, difícil de enfrentar si juega bien sus cartas, sobre todo para alguien del estilo quien sufría mucho enfrentando a personas con Shikigamis o variados.

Esa fue una de las razones por la cual se separó la vara entre el y Yuta y lo puso en otra escala aparte, prácticamente volviendose el As de Satoru.

No lo envidiaba, mas bien encontraba admirable la fuerza de Yuta, pero una parte de el, mas que nada su espíritu competitivo se sentía bastante rebasado, o tal vez solo era un egocéntrico que solo quería algo de atención de vez en cuando, o probablemente ambas.

Pero volviendo con Megumi, el tipo tenía una manía que ponía nervioso a Joshiro.

El que Megumi quisiera invocar a Mahoraga por cualquier cosa era algo que no soportaba, principalmente por que si alguna vez lo invocase, prácticamente se jodían los dos, era como estar amarrado a una bomba de tiempo, aunque Joshiro no odiaba a Megumi, lo veía más como un hermano el cual necesitaba una guía, y una buena dosis de terapia probablemente.

Joshiro se guiaba a través de la escuela donde supuestamente debían encontrar el dedo de Sukuna la esencia de un talisman estaba impregnada en el aire, pero era tan fuerte que estaba en todas partes y esparcida por doquier, lo cual frustró a Joshiro ya que lo obligó a registrar la escuela desde arriba hasta abajo abriendo cada simple aula y/o habitación, lo cual tomó demasiado tiempo. Cuánto había pasado aquí ya? 2 horas? Era una escuela de 6 pisos contando un piso subterráneo después de todo.

Joshiro revisaba harto el sexto piso deseando que ese maldito dedo estuviera por alguna parte de aquí o de lo contrario probablemente asesinaría a alguna maldición que se le cruce desafortunadamente.

Chamán Jujustsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora