Julieth Montague, una chica de 17 años que vivió casi toda su vida en Los Ángeles, se muda a Colorado junto a su madre y hermana, después de varios problemas familiares que tuvieron. Allí, en Silver Falls, se reencuentran con el mejor amigo de su m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Julieth Montague.
Los días siguientes a la pequeña broma que le hicimos a los Walter pasaron volando. Ya es viernes, el último día de la semana, y estaba en la casa de los Walter matando el tiempo hasta que vayamos al instituto. El sol estaba iluminando todo el lugar y yo lo aprovechaba sentada en el patio de la casa Walter, relajada.
Mientras Jackie, Emery y Alex estaban dentro del establo con Will, quien les estaba explicando algo del carrito de sidra que usarán mañana para el primer juego del año, donde harán un estilo de feria con puestos y actividades, yo observaba a Lee, Isaac, Parker y Cole jugar futbol afuera. Cole y sus primos, estaban ayudando a Parker a practicar para su juego del domingo, la pobre se veía muy nerviosa por eso.
Me entretenía viendo a todos divirtiéndose como la familia que son. Era extraño ver lo cambiado que estaban todos La última vez que los vi jugar a todos, Cole y Danny tenían trece años y los demás eran más jóvenes que ellos. Ahora, son todos unos adolescentes como yo. Y aunque no lo crean, la única diferencia no era la edad, sino, que habían cosas que pasaron que ni yo sabía. Por ejemplo, había algo entre Cole y Alex que hacía un tanto tensos sus momentos juntos, mucho más cuando el primero se acerca a Jackie para hablar amablemente y Alex lo miraba con cierta hostilidad, tensando el ambiente en segundos.
Muchas cosas cambiaron con el tiempo.
Sentí como alguien se posaba a mi lado mientras observaba a Cole y Parker hablar luego de que mi padrino les pidiera ayuda a los mayores. El mayor le estaba dando un consejo a su hermana que estaba un tanto desanimada. Al girarme, vi a Jackie junto a mi.
—¿No son tiernos?
—Si, es bonito ver como Cole le enseña a Parker a jugar —respondió viendo a la misma dirección que yo.
—¿Sabes? A veces no se porque Cole dejó el fútbol. Se nota que lo ama, pero bueno, él no quiere hablar de ese tema aún.
Ella suspiró y se sentó a mi lado en el pasto. Se quedó mirando el patio ahora vacío, antes de decir algo. Parecía estar a punto de contarme algo importante y por eso se tomaba su tiempo.
—Nathan me contó que Cole era el mejor mariscal de campo del condado —dijo finalmente—. Al parecer, el invierno pasado se fracturó la pierna y ya no puede jugar.
Me giré a verla, sorprendida. No tenía idea de eso.
Ahora entiendo por qué a veces cojeaba un poco al correr y lo disimulaba de inmediato. ¿Por qué nunca me dijeron eso cuando sucedió? Entiendo que la confianza de ellos haya desaparecido con los años, pero, ¿por qué se lo contaron a ella y a mí no, cuando pregunté varias veces? A ver, se que Cole no quiere hablar del tema, por eso no me contó lo que pasó cuando le pregunté y me trató algo mal, pero sus hermanos sí podían hacerlo. Incluso se lo dijeron a Jackie.
Bueno, creo que mejor no debería prestarle mucha atención a eso, por ahora. Digo, si no me contaron nada aún, será por alguna razón en específica. Quizás, ya no confían en mí como antes. O tal vez, lo que dijo el rubio cuando estaba enojado, era verdad.
