Julieth Montague.
Michel Montague, era el mejor papá y esposo del mundo entero. Él nos amaba más que a nada en este mundo y nos lo repetía constantemente para que lo tengamos en claro. Siempre fue un hombre que amaba estar en familia disfrutando de cada momento con esta y siendo tan feliz como lo era. Pero como ven, estoy hablando en pasado y no en presente, porque me di cuenta que nada de eso fue verdad. El Michel Montague que yo conocía, nunca existió de verdad.
Papá nos abandonó hace exactamente un año y yo no hacía más que recordarlo todos los días. A veces me pregunto si alguna de nosotras hizo algo mal como para que tomara esa decisión tan repentina. Otras veces me pregunto cuál era ese sueño que nosotras le impedimos cumplir. Y otra me pregunto si todo el amor que le decía sentir por nosotras, era real o no. La verdad, nunca obtenía una respuesta exacta a todas esas preguntas, solo teorias que nunca eran acertadas.
Despertar cada día se ha vuelto más difícil sin su presencia, pero hoy es especialmente complicado. Supongo que la fecha aviva todos los recuerdos de aquel día en que llegué a casa y encontré esa carta que destrozó mi corazón.
—¡Julie, es hora de levantarte! —escuché el grito de mamá desde la cocina—. ¡Levántate que vamos a desayunar a lo de los Walter!
Me removí en la cama con la intención de levantarme luego de gritarle que ya iba. No se como, pero me enrede con las mantas e intentando salir de allí, me caí de la cama, dándome un golpe que terminó de despertarme. Solté unas maldiciones al aire antes de levantarme bufando.
Se ve que este día no va a ser para nada bueno, lo presiento.
Me bañe rápidamente, me vestí y me arregle para, al menos, no todo sea tan malo este día. Me veré bien por lo menos. Con mi mamá, porque Emery se había levantado temprano, fui hasta la casa de los Walter para desayunar allí. Desayunábamos todos juntos muy seguido, el ser vecinos era algo positivo.
Antes de que pudiera entrar a la casa, mamá me detuvo. Me tomó de los hombros y me miró fijamente.
—Sé que este día es difícil para las tres, pero te pido que seas fuerte, mi niña —dijo—. No merecemos estar mal por alguien que es feliz en otra parte, ¿verdad? Trata de no pensar en él, y si lo haces, recuerda lo bonito que trajo a tu vida, no lo malo.
Asentí suavemente. Ella me sonrió y sin decir nada entramos a la casa de los Walter. Como cada mañana, en la casa todo era un caos a la hora del desayuno. Salude a mis tíos y me senté junto a Danny. Los hermanos intentaron entablar una conversación con mi hermana y conmigo, pero ninguna estaba de ánimo, aunque Emery intentó que no se note su estado de ánimo siguiendo la conversación.
—Oye, ¿pasa algo? —me preguntó Danny.
Después de haberle contado a Cole lo de mi papá, un día después se lo conté a Danny cuando me vio algo decaída. La verdad es que desde el juego de Parker y esa tarde con Cole, estuve decaída por el tema de papá.
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My Walter boy - Cole Walter
Fiksi PenggemarJulieth Montague, una chica de 17 años que vivió casi toda su vida en Los Ángeles, se muda a Colorado junto a su madre y hermana, después de varios problemas familiares que tuvieron. Allí, en Silver Falls, se reencuentran con el mejor amigo de su m...