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Doy toques en la puerta de Fran, y espero a que abra, cuando siento que se tarda en abrir empiezo a hacer una melodía con mis golpes, a los segundos la puerta se abre y lo tengo en frente, le doy una sonrisa antes de empezar a hablar.

—Espero que no hayas hecho planes porque tengo uno encantador para está noche, —le digo, alzo mi mano, enseñándole una bolsa en la que tengo ingredientes para hacer nuestras pizzas caseras— ¡hacer pizzas! —exclamo.

Fran me da una sonrisa de boca cerrada y yo le rodeo, pasando a su casa como si fuera la mía, con toda la confianza que llevamos, esto es el pan de cada día. Escucho como cierra la puerta y yo me encamino hacía la cocina, sin dejar de hablar.

—Sé cómo hacer la masa porque hicimos una vez cuando éramos pequeños, ¿te acuerdos? —le doy una ojeada, él me sigue por detrás y parece querer agregar algo, pero me acuerdo de algo— Le quemamos el horno a tu...

Me quedo callada de golpe, cuando pongo los pies en la cocina me encuentro con una chica rubia y de ojos azules, muy bonita, lleva una copa de vino en la mano y cuando me ve me da una muy linda sonrisa, no sé porque, pero me encuentro obligándome a mi misma a darle una de vuelta.

Una risita de nervios sale de mis labios, antes de que pueda hablar:— Lo siento, yo... creí que Fran estaba solo. —me disculpo con ella, la cual niega con la cabeza con total amabilidad en su mirada.

—No pasa nada, tu debes ser Kai, ¿no? —asiento con la cabeza.

Ella sabe quién soy yo, pero yo no tengo ni idea de quién es ella. Es muy linda. Sus ojos azules brillan, su cabello es de un rubio muy bonito y su piel reluce con el tono de luces que Fran tiene para su cocina. Verla casi me hace sentir fea.

—Yo soy Katherine, un gusto. —se presenta, y yo no tengo otra cosa en mente que escapar, por lo que, empiezo a hacerlo.

—Encantada de conocerte, Katherine. —contesto con toda la amabilidad que tengo— Yo me voy ya, para dejaros a solas.

Veo como asiente con la cabeza y tomo eso como conversación terminada, me doy media vuelta para irme, chocando con el torso de mi amigo, no lo miro a la cara.

—Nos vemos cuando quieras. —le murmuro, antes de salir de su casa casi corriendo.

Una vez que estoy fuera me detengo en la puerta, sintiendo mi corazón latir con fuerza y mis nervios a flor de piel pero, ¿qué cojones ocurre? ¿Por qué me siento así?

Suspiro, pasando mis manos por mi cabello, empezando a caminar hacía mi casa, que por suerte no está lejos de la suya, de hecho, está dos casas más adelante. En la siguiente, viven sus padres y, en la que resta, vivo yo junto mis padres.

Por el camino no puedo dejar de pensar en cómo me he sentido ahí dentro, acorralada, incómoda, incluso insegura. Pero, además, mi mente no deja pasar la imagen de esa chica en la cocina de Fran, ¿quién era ella? ¿Por qué no me ha hablado de ella? ¿Era una cita?

Cuando llego a casa, me siento en la silla del salón, dejando la bolsa de ingredientes en la mesa, observo la televisión pero mi mente no le presta la más mínima atención, hasta que el documental se detiene, eso me hace mirar a mi padre.

—¿Qué pasa? —cuestiona, y yo me encojo de hombros.

—No lo sé. —confieso, porque esa es la verdad, no sé que me pasa, es cómo si ver aquello me haya hecho recaer en un segundo.

—¿No te ibas a hacer no sé qué con el hada? —pregunta, eso me hace sonreír mientras asiento con mi cabeza— Entonces, ¿por qué estás cabizbaja? —lo miro, mi padre espera con paciencia mi respuesta pero no le contesto, repito el movimiento de encogerme de hombros— Está bien Kai, si quieres hablar te escucharé cuando quieras. —me dice por último, le doy una sonrisa y le vuelve a dar play a su documental.

Minutos después, cuando me canso de observa el suelo y pensar en absolutamente nada, me levanto de la silla para acostarme al lado de mi padre, él me rodea con su brazo y me deja ponerme cómoda, le susurro un 'gracias' cuando siento mi teléfono empezar a vibrar en mi sudadera.

Veo su nombre en la pantalla, dejo el móvil en silencio, y me quedo unos segundos disociando de nuevo, mirando el teléfono sin más, hasta que la llamada finaliza por si sola.

Un rato después me quedo dormiendo en el sofá, viendo el documental de animales que ve mi padre.

Mary's Song  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora