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Llego a casa y, al entrar al salón, me encuentro de cara con Myke (mi hermano), Fran y mi padre, los tres juntos en el sofá viendo Los Vengadores mientras comen patatas fritas. Sus miradas se dirigen a mí al entrar, no tardo mi tiempo en empezar a molestar a Myke.

—Y aquí tenemos la clara prueba de que papá quiere más a Fran que a tí, ¿qué se siente? —papá vuelve su vista a la tele, Fran me mira con diversión y Myke rueda los ojos.

—¿Por ahí vas, no? —asiente con la cabeza, mientras piensa en qué contestar— Muy bien, ¿Qué se siente que tú mejor amigo vaya a empezar una relación y te vaya a dejar de lado? —frunzo el ceño, le enseño mi dedo de en medio y escucho su carcajada.

Me doy media vuelta para ir a mi habitación y ponerme cómoda, mientras subo las escaleras escucho el grito de Fran: "¡No le hagas ni caso, tiene envidia por qué su amiga no le habla!" Eso me hace sonreír.

Media hora después cuando bajo duchada y con un chándal que uso de pijama me los encuentro en la mesa, hablando entre ellos, cuando Fran me ve, me sonríe.

—Te he pedido el menu que te gusta de McDonald's.

—Por mí no te lo hubiera cogido. —habla Myke, mi papá le da un golpe.

—Deja de ser grosero con tu hermana. —le regaña, haciéndome sonreírle con victoria, él se queja pero nadie le hace caso.

—Gracias. —digo, cuando me siento en la mesa con ellos— ¿De qué hablaban? —pregunto, abriendo mi hamburguesa, mientras observo a los tres.

—Los vecinos de en frente me han pedido ayuda para hacer una casa del árbol, tienen un roble en su patio y un niño pequeño. —explica mi padre.

—Sí, ese niño se parece a Bart de Los Simpsons. —añade mi hermano, Fran y yo nos reímos.

—Lo peor es que es verdad, parece ser que es muy revoltoso. —acepta mi padre.

Mi padre y mi hermano siguen hablando, yo me dedico a comer mi comida y mirar unos dibujos que están pasando por la televisión, hasta que siento su mirada encima mío, lo cual me hace llevar mi mirada a la suya. Me sonríe cuando hacemos contacto visual, y las palabras de está tarde de Esteban resuenan en mi cabeza: "¿Nunca te has parado a pensar en qué sientes por él? Porque, por lo que me cuentas, parece que tu corazón siente algo". Le devuelvo la sonrisa, sin dejar de pensar en ello y sigo comiendo, viendo los dibujos.

—Me llevo a Kai, nos vemos. —habla Fran con una bonita sonrisa, al terminar ambos de comer, lo miro confundida, mi padre asiente con la cabeza y él se levanta de la silla, imito su acción y lo sigo fuera de casa.

—¿Dónde vamos? —cuestiono, sin entender nada.

—Es una sorpresa. —habla, y la emoción ya recorre mis venas— Vamos, tengo el coche aparcado en frente de mi casa.

+

Llegamos a la playa, él aparca y bajamos del coche, cuando veo dónde estamos sonrío con ilusión. En esta playa veníamos cuando éramos pequeños con nuestros padres y, si ibas hacía el final, te encontrabas con una casa al borde de la arena, la cual estaba abondonada. A parte de que también tenía una casa en las rocas de la playa, en la parte alta, simulada como una casita de árbol, pero los dueños al no tener árbol la hicieron en las rocas, dónde podías ver todo el mar gracias a que había una ventana dando hacía allí.

—¿Crees que todavía estará? —pregunto, llevando mi mirada hacía él, mientras me quito los zapatos para entrar en la arena. Fran, que hace lo mismo que yo, se encoje de hombros y su labio de arriba se esconde en el de a bajo.

—Vamos, a ver, ¿no? —asiento con la cabeza, dejando las bambas en una parte, él las deja con las mías.

—¡El último que llegué lame culos! —digo lo primero que se me viene a la cabeza, antes de empezar a correr.

Fran tarda unos segundos en reaccionar pero, al fin, empieza a correr detrás mío, cuando siento que lo he dejado muy atrás giro un poco mi rostro, encontrándome con él a menos de un metro.

Me detengo al llegar y ver lo que no tenía pensado ver, la casa estaba destruida por completo pero, en cambio, la casa de las rocas sigue allí, sin tocar, tal y como la recordaba.

—Sube, venga, voy detrás. —habla él.

Le hago caso, empezando a subir las rocas con cuidado, hace mucho que no hacía esto y me trae nostalgia, cuando entro en la casita me pongo de pie en ella, Fran hace lo mismo. Nos quedamos unos segundos en silencio, viendo que no ha cambiado nada.

—Mira. —le digo, dándole toques en el brazo, él se gira hacía lo que miro y su sonrisa crece.

—"Francisco & Kai 2010"

—Tenías catorce años y todavía no sabías escribir bien. —me burlo, una sonrisa de diversión en mis labios, él me mira ofendido aún con una de sus bonitas sonrisas.

—Tu tenías doce y no sabías atarte los cordones. —suelto una carcajada al escucharlo.

—Claro que sabía pero me gustaba más que tú me los atarás. —confieso, después de muchísimo tiempo.

—Eres una atrevida. —me señala con el dedo índice, divertido.

—Uy sí, atrevidisíma. —ruedo los ojos, sentándome en la esquina, Fran imita mi acción, poniéndose en frente.

El silencio reina entre nosotros y no puedo dejar de mirarlo mientras él se entretiene con una revista que hay en el suelo. ¿Y si Estaban tiene razón? ¿Y si, en realidad, yo sé que tiene razón pero no quiero admitirlo? ¿Y si tengo miedo de perder a mi mejor amigo?

—¿Qué? —pregunta él, de golpe sus cejas se alzan, en sorpresa— ¿Vas a llorar? —cuestiona, haciéndome reír— ¿Por qué?

—Es la nostalgia de estar aquí. —miento, Fran es el que se carcajea ahora.

—Llorona. —murmura.

Me acuerdo de que llevo mi bolso colgado, y de lo que llevo dentro, así que, empiezo a hurgar en él bajo la atenta mirada de mi amigo, hasta que doy con lo que quiero, lo saco del bolso con una sonrisa de emoción, haciendo reír a Fran.

—¿Quieres hacer los honores, Lame Culos? —bromeo, pasándole el retulador negro.

—No seas idiota. —me regaña, arrebatándome el retulador.

Él escribe de nuevo en la pared, debajo de nuestros nombres antiguos los pone de nuevo, pero está vez poniendo un "2024" y un corazón al lado.

Cuando acaba se gira hacía mí, esperando una reacción, y yo sólo puedo pensar en lo cerca que estamos el uno del otro, en qué, si me muevo un sólo centímetro hacía delante probablemente nuestros labios se encuentren.

Mary's Song  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora