Regreso

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A la mañana siguiente desperté con un dolor de cabeza no muy fuerte, me levanté y quite las sábanas de mi cama para llevármelas a lavar.

Después tiendo la cama con sábanas limpias y ordeno lo mejor la habitación.

Voy en busca de Arely y está durmiendo tranquilamente aún, cierro la puerta de la habitación con mucho cuidado de no emitir algún sonido.

Preparo algo ligero de desayuno pues tampoco tenía algo para comer en la alacena.

Dejo un taco a Arely y me meto a bañar.

Preparo mi ropa y me adentro en el agua caliente.

Escucho la puerta del baño ser abierta para después ser azotada.

Salgo y me cambio.

Voy a la cocina de nuevo encontrándome a Arely sentada dándome la espalda.

Está comiendo lo que le deje en la mesa y se voltea sonriéndome.

— ¿Te estabas bañando no?

— Si...para poder irnos a la base...

— Cierto...¿tienes alguna pastilla para el dolor de cabeza?

— Ah...si...espera...— Busco en la alacena la cajetilla con las Aspirinas y le doy una.

Se la toma y sigue disfrutando del desayuno.

— Iré a preparar todo para irnos...

Me retiro y termino de limpiar mi habitación.

...

Al regreso a la base bajamos del taxi y nos registramos en la entrada.

— Tengo que hacer algunas cosas...nos vemos a las 6...en el muelle.

— Bien, nos vemos allá. — Le tocó el hombro y la acerco dándole un beso en la mejilla.

Siento no ser tan expresivo.

Pero ella me vuelve a dar un beso en la boca, se separa dándome una cálida caricia y camina a lo lejos.

Me quedó estático sintiendo aún el roce que me dio con su mano, como si siguiera ahí.

Me voy hacia los dormitorios y me siento dejando a un lado mi mochila, cuando en mi mejilla se siente un hormigueo placentero.

— Ya estás aquí...— Peralta saluda

— Ya, apenas llegue.

— ¿Qué tal con la chica?

— Ya somos novios...

— Si...lo vimos todos.

— ¿Qué?

— En el grupo se filtró un video tuyo con ella bailando bien pegados

— Ah...eso...si, fuimos a un antro pero nada fuera de algo malo, estuvo muy tranquilo. — Me explico

Saca su teléfono para enseñarme el video.

— No lo vi...

— Todos se sorprendieron...

— Me iré a ver con ella a las 6...realmente no se que tenga preparado.

...

Pasaron las 5, me preparé para encontrarme con Arely, solo me puse una chamarra pues se nubló rápidamente el cielo aunque todavía no oscurecía del todo.

Salí de la base, viendo que nadie esté vigilando me escabullí en los arbustos donde estaba aquel muelle junto con un río y una pequeña cascada.

La vi ahí, estaba viendo abajo, en el río.

Me vio llegar sonriéndome y me acerqué.

— Ya estoy aquí...

— Eso me alegra...

Me observa y se acerca.

— Lamento no poder darte una oportunidad, pero ya me tienes aquí...siento no saber lo que quiero...por eso no acepte...

— No te lamentes...

— Tengo que explicarte el porqué...porque la confianza te la has ganado rápidamente...

— Puedes contarme lo que sea.

Me pide que me acerque a ella, tomando mi mano mientras el aire corre en nuestro alrededor.

Pareciendo una película la lluvia empieza a caer sobre nuestros cuerpos.

Nos miramos sin decir nada, solo frente a frente.

— La verdad...es que he sufrido tanto, por muchos hombres...que no se si podría seguir viva...

La escucho atentamente, sus palabras resonando, siendo grabadas y remarcadas en mi mente.

— Sufrí abuso...no sexual...psicológico, verbal...por mi papá biológico...tengo traumas...fui testigo de violencia intrafamiliar, mi padre casi asesina a mi mamá...se separaron, un día...mi mamá se fue, sin mi, me prometió volver, pero jamás mencionó que demasiados años después, dejándome sola con el, sufriendo insultos y siendo su esclava, al poco tiempo llevaba mujeres a la casa, quienes tenían compasión, una de ellas me acorruco en sus brazos, sabía que no podía ayudarme pero aún así me siguió cuidando. En la escuela mis compañeros se burlaban de mi, niños, diciéndome que no tenía mamá, golpeándome, una vez...me cortaron el cabello, diciendo que seria una más de ellos...en la prepa fui acosada por 2 compañeros, diciéndome rara, siempre buscando excusas para molestar, igual, hombres.

Escuche todo, pero ella jamás soltó una sola lágrima.

— Yo...no sé qué decir...— Me callo para abrazarla lo más posible, quería tenerla conmigo siempre, poder cuidarla.

No salen lágrimas de su rostro. — Por eso...se generó un trauma y de tanto llorar me siento vacía...

— ¿Ya has sido tratada?

— No...pero no creo que sirva...ya me he curado yo misma...nada ha sido fácil...

— Estoy yo aquí...ahora que me has contado todo prometo no dejarte jamás...

Las gotas de agua caen en su rostro simulando lágrimas que ella no puede producir.

Sobre Tus PiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora