Le odio,pero le necesito.

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Ali POV.

La noche sería impresionante.

La noche sería impresionante.

La noche sería impresionante.

—Mich,—llamé a mi mejor amiga.

—¿Que pasa?—pregunta mientras se aplica maquillaje en los pómulos.

—La noche será impresionante —afirmé con una sonrisa.

—¿Tu no decías que hoy no te apetecía salir?

—Me estoy motivando ¿vale?

Será impresionante. Impresionante.

En verdad no me apetece nada salir y sé que al final Mich se liara con alguno y me dejará tirada, lo que significa que me emborracharé y luego vendré a casa yo sola en taxi.

Andamos hasta la fiesta que no estaba muy lejos de nuestro apartamento y la música se oía desde fuera. Había mucha gente fumando afuera, los cuales nos silbaron y tiraron piropos desagradables, a los que Mich y yo nos miramos como "Borrachos".

El ambiente de dentro no era mucho mejor. El humo, el calor, el poco espacio y el olor a sudor no eran agradables. Mi amiga me miró con una sonrisa, la encantaba este ambiente. A mi no tanto.

Las fiestas normales a las que yo solía ir era de gente con traje, vestidos ajustados y el dinero saliendo por los oídos. Si emparejas a tu hija con el hijo del jefe de cierta empresa, tienes un dineral asegurado. Y bueno, yo era esa chica.

Me acerqué a la barra a pedir algo para animarme. El camarero intentó ligar conmigo, pero yo solo le ignoraba y bebía mi bebida mientras bebía a Michelle bailar con un rubito, que por cierto, estaba bastante bien.

Quise ir a la pista a bailar yo también, pero alguien me agarró del brazo y me volvió a sentar de nuevo en mi taburete.

—¿Que ocurre, nena? En cuanto me atrevo a acercarme te me marchas—me sonrió juguetón y yo le miré graciosa. La primera impresión que tuve de él fue buena, entonces empezó a hablar y ya se estropeó. Quise centrarme en sus ojazos verdosos y su perfecta sonrisa de lado, elevando de cierto modo el labio izquierdo.

—¿Te invito a una copa? —me pregunta, intentando seducirme, apoyando su cuerpo en la barra. El camarero le miró furioso y el ricitos le hizo un gesto con la mano para que se pirase. —¿Te estaba molestando?

—En verdad, me gustaba—mentí, haciéndole rabiar. Bebí el último sorbo de mi copa y le dejé en su sitio.

—Me gusta la forma en la que usas el pasado, nena.—Rió por su ingeniosa frase y señaló al vaso que sostenía en su mano.—Repito, ¿te invito a algo?

—No bebo—reí, por el anterior minuto en el que me acababa mi copa. Me miró, sintiendo mi vacile en lo más hondo.

—Mira...Hay mil tias en esta discoteca que se irían a mi cama ahora mismo, no voy a perder el tiempo.

Reí a carcajadas por su prepotencia. De verdad que le creía, era un chico guapísimo, y se las tiraba a todas de calle, pero era demasiado para decirlo en alto.

—No estoy interesada. No soy tu estilo.

—Tienes razón, es un poco...¿Como decirlo? ¿Niña de papá?

Eso me ofendió en lo mas profundo. Intenté aguantar mis nervios y le sonreí falsa.

—Primero eres agradable. Luego te va la pinza. Después eres un cretino. Y luego ya insultas. Eh, campeón, vaya técnica.

Le asentí como "Ole tu" y le di una palmadits en el hombre.

—Me llamo Harry—dice tras esquivarle.

—No me interesa en absoluto—afirmo, mirándole. Cierra un poco los ojos mientras bebe de tu copa.

—También puedes llamarme el amor de tu vida, tal vez.

Volví a reír por su cambio de humor y marché a la pista. No encontré a mi amiga por ninguna parte. Estaría con el rubio en el baño o en cualquier sitio.

No mire hacia atrás, pero sentía la sonrisa de Harry mirándome mientras salia por la puerta. Demasiado por hoy.

Le odio, pero le necesito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora