𝑪𝒊𝒖𝒅𝒂𝒅𝒆𝒍𝒂

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𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧 𝙤𝙢𝙣𝙞𝙨𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚.

Agus se había levantado a las 4:00 de la mañana, y aunque ella empezara las clases a las 7:15, necesitaba aclarar su mente.

Se bañó, se cambió, desayunó y de su casa salió a las 5:30, si, temprano para irse a la escuela, pero a ella le gustaba caminar a la mañana, sentía como paz en su mente y no mucha gente salía a esa hora. Caminó hasta que llegó a la casa del Cochi, ellos estaban durmiendo y habían algunos desnudos. Eso era asqueroso, asique decidió irse.

Ya faltaba solo media hora y se encontró con Carlos caminando.

𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖 𝘼𝙜𝙪𝙨𝙩𝙞𝙣𝙖.

- ¿Qué onda Carlitos? - Preguntaba un poco emocionada.

- Aguuss, ¿Todo bien y vos?

- Bien, gracias por preguntar.

- ¿Ibas a la escuela o te estabas por ratear? - Aveces pensaba que el humor de Carlitos era como un tercer ojo que predecía todo.

- Em, iba a la escuela - Obviamente estaba mintiendo, yo no iba a la escuela, iba a la casa del Pincha porque el me había invitado para ponernos bien al día.

- Amm, no te creo nada, pero bueno. ¿Vamos juntos o vas con alguien más?

- No tranqui, vamos juntos - Dije con una sonrisa y me propuse a caminar hasta la escuela. No me quedaba de otra más que ir y estudiar.

(...)

Cuando llegamos con Carlos él se fué a saludar a la Marolio, o Manuela, bueno, ya saben a quién. Amaba su relación ya que era bastante sana, solo que el papá de Martina no tenía que saber que ellos dos estaban juntos, sino el papá de la piba le podía dar un tiro en la bocha a Carlitos.

- Volvió la reina! - Decían algunos de mis compañeros.

- Ahora estamos protegidos por la Pochi - Decían otros.

- Bueno che, nadie me va a venir a abrazar, manga de giles.

Al decir eso todos vinieron hacia mí y me abrazaron, eran como 10 abrazandome y los demás solo miraban. En mi escuela era bastante querida, y como no, si soy un amor de persona, con los correctos.

- Agus, volviste acá - Decía mi profesora. La odiaba, pero la saludé con mi mejor cara de ángel.

- Sii, obvio voy a volver profe, sin mí el barrio no es lo mismo.

Esa vieja solo miró mal y se dió la vuelta para sentarse en su escritorio.

Danilo había llegado y se sentó atrás mío con una rubia bastante bonita, creo que eran novios ya que apenas se vieron se re comieron la boca.

- ¿Que onda, hermosa? - Le decía Danilo a la piba.

Yo solo miraba para el pizarrón cosa de que no se dieran cuenta de mis notables celos.

- Hola mi hermoso, ¿Todo bien y vos? - La mina decía creída mientras le seguía el beso.

- Estoy bien también, ¿Hoy a dónde vamo'? ¿A tu casa? ¿A la mía? - Dijo algo coqueto.

- Como quieras mi amor, vamos a la mía si querés.

- Está bien, hermosa - Terminó de decir para continuar besándola.

(...)

Estuve toda la tarde aguantando a Danilo y a Maite(la rubia) chapandose y comiendose la boca, era asqueroso, muy, pero si lo decía iba a ocasionar un quilombo, y todavía era muy temprano como para hacerlo.

𝑻𝒉𝒂𝒕 𝑮𝒊𝒓𝒍 ; D. SanchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora