𝑳𝒂 𝑴𝒖𝒅𝒂𝒏𝒛𝒂

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𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗢𝗺𝗻𝗶𝘀𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲.

1993, 𝑪𝒊𝒖𝒅𝒂𝒅𝒆𝒍𝒂.

Estaban los padres de aquella morocha, acomodando todo para ir a vivir a Palermo. Tras vivir 12 años en Fuerte Apache, ellos decidieron mudarse para tener una vida fuera de los bardos del barrio y demás.

La única inconforme con mudarse, era Agustina, ya que la pre adolescente tenía una vida bastante divertida en aquel barrio, ella estaba acostumbrada a los peligros de ese barrio, y no le molestaban en absoluto. Cuando los padres de Agustina le comentaron sobre su mudanza lo primero que hizo la joven fué ir a despedirse de sus grandes amigos, Carlos Martinez y Danilo Sanchez. Ellos era muy unidos desde que tenían 4 años, los padres de Carlitos y Agustina eran muy amigos, de ahí salió la amistad entre ellos dos. En cambio, Danilo sólo conocía a Carlos, y el fué el que ayudó a Agustina y a Danilo para que formen una amistad.

La chica conocía a todos en el Fuerte Apache, su padre estaba metido en mucho bardo con la merca. Los Álvarez por muchas generaciones traficaban esa gilada, algunos no terminaban muy bien, pero habían otros como el papá de Agustina que sí se cuidaban, a ellos y a su familia.

- ¿Por qué nos tenemos que mudar a Palermo mamá? Estamos bien acá - Exclamaba aquella chica inconforme con la decisión de sus padres.

- Agus, ya hablamos de esto. Tu papá y yo tenemos que ir por trabajo y para una mejor vida - Decía la mamá de Agustina un poco cansada de los reproches de su hija.

- Pero ustedes pueden irse y cuando terminen su trabajo vuelven, yo me puedo quedar con el Cochi o con los papás de Carlitos - Se arrodillaba Agus para poder convencer a sus padres. Ella amaba vivir ahí en el Fuerte, amaba estar en un barrio en el que la respenten, aunque tenga 12 años, nadie se atrevía a tocarle ni un pelo, y no sólo por ser la hija de un mafioso muy temido, sino por ser una chica la cual se defendía por si sola y no le importaba ensuciar sus manos con sangre.

- ¡Te dijimos que no y es nuestra última palabra, Agustina! - Ese grito de su padre fué suficiente para dejar de insistirles a ambos dos.

(...)

La familia ya había pasado 2 años en Palermo y para la mala suerte de Agustina, no podía hacer amigos ya que por su fama de "villera" nadie quería hablarle ni interactuar con ella.

Iba a un colegio bastante costoso y con muchos hijos de familias millonarias. Agustina era una de esas hijas, pero era diferente a las otras pibas creídas de su aula.

- Pa, por qué no podemos volver al barrio? Extraño al Uru y a Lalo - preguntaba la chica entrando a su casa bastante lujosa.

-Agustina, habíamos hablado de esto y te dije que no vamos a volver en bastante tiempo, y menos ahora que nos está yendo bastante bien en nuestro trabajo - Decía el padre mientras leía un diario y tomaba un café.

- Papá, vos sabes que acá no tengo amigos ni amigas, nadie quiere serlo, estoy sola en este lugar siempre porque ustedes trabajan todo el día - Reclamaba la joven con lágrimas en los ojos.

- Hija... No podemos dejar de trabajar solo para que vos no te sientas sola, acá estamos super bie - El padre no alcanzó a terminar la frase y cayó al piso en seco.

- Papii, no porfavor, no me dejes sola! Papá, levantate dale, no jodas con esto - lloraba y gritaba la chica desconsoladamente mientras se agachaba para quedar a la altura del padre y poder agarrar su cabeza.

- Hija... T- Te amo mucho - Esas fueron las últimas palabras del padre al ver a su hija llorando. Agustina no dudó en llamar a la ambulancia y acompañarlo al hospital.

(...)

Agustina y la madre se encontraban esperando pacientemente en el hospital para recibir respuestas sobre cómo estaba el padre y esposo de aquellas mujeres.

- ¿Familiares de el señor Ismael Álvarez? - Preguntaba el doctor entrando a la sala de espera.

- Acá, nosotras - Decía la mamá de Agus desesperada.

-Lamento informarles a ambas, pero el señor acaba de fallecer debido a un paro cardíaco.

Esas fueron las palabras suficientes para que el mundo de Agustina y su mamá se venga abajo, Agustina no podía parar de pensar en su papá y en todos los momentos juntos, las risas, los juegos, los llantos, todas las emociones negativas se acumularon en la mente de Agustina haciendo que explote en llanto al igual que su madre.

(...)

𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮 𝗔𝗴𝘂𝘀𝘁𝗶𝗻𝗮.

Mi mamá había caído en el mundo de las drogas tras la muerte de mi padre, ella gastaba mucha guita en esa gilada. Me dolía verla caer en eso porque la veía todos los días mal y re volada, 𝐫𝐨𝐠𝐚𝐛𝐚 𝐚 𝐝𝐢𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐞 𝐭𝐞𝐧𝐠𝐚 𝐩𝐚𝐜𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐲 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐞 𝐝𝐞 𝐞𝐥𝐥𝐚. Mi mamá no ponía plata para ningún gasto de la casa, y al año tuvimos que ir a vivir otra vez a Fuerte Apache. Obviamente yo estaba más que feliz de volver a vivir a mi antiguo barrio, y estaba todavía más feliz al saber que iba a volver a ver a mis amigos...

Los nervios me consumían y el dolor de perder a mi padre también, había pasado un año de su muerte, y todavía me dolía como el primer día. La culpa rondaba por mi cabeza y las lágrimas por mi rostro se hacían visibles.

























































Un cap corto porque si. Es mi primera vez escribiendo esto asiq si tengo algún error ortográfico no duden en decirmelo.
Pueden darme ideas también de cómo les gustaría que sea, todo es bienvenido 💕

𝑻𝒉𝒂𝒕 𝑮𝒊𝒓𝒍 ; D. SanchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora