⁵ Gentle? Regulus?

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Abby salió de su clase compartida con Slytherin, algo que no pasaba siempre, instantáneamente, apretó el puño al ver a Regulus aparecer frente a ella

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Abby salió de su clase compartida con Slytherin, algo que no pasaba siempre, instantáneamente, apretó el puño al ver a Regulus aparecer frente a ella. No era la primera vez que se cruzaban, pero la última vez había sido un desastre. Regulus, con su orgullo de sangre y su desprecio por los muggles, había dejado en claro que no tenía lugar para alguien como Abby en su mundo.

—Tejón. —dijo Regulus, su voz fría como el hielo— ¿Sigues causando problemas en Hogwarts? Pensé que solo había sido yo y tú necesidad de verme.

—No más de lo que tú causas —respondió—Y tranquilo, no todos estamos obsesionados contigo. Mejor dime, ¿Es necesario humillar a tu propio hermano frente a todos, Black?

Regulus sonrió, pero no había nada amable en su expresión.

—La lealtad es complicada, Abby. A veces, uno debe tomar decisiones difíciles por el bien mayor.

—¿Como traicionar a tu propia familia? —Abby no pudo evitarlo. —Sirius me lo dijo, aunque no específico muy bien sus razones. Podrá ser un idiota contigo o con cualquier otra persona, pero conmigo no lo es.

Regulus se tensó. Abby sabía que había tocado una herida abierta.

—No es tan simple —dijo él—. Mi familia tiene sus razones. Y tú, una muggle, no puedes entenderlo.

—No soy solo una muggle —replicó Abby—. Soy una bruja, y tengo tanto derecho como tú a estar aquí.

Regulus la miró fijamente. Ella vio algo en sus ojos, una mezcla de ira y duda.

—Tal vez tengas razón —murmuró—. Pero eso no cambia nada. Las cosas son como son. —Abby se acercó un paso más.

—¿Y si no tienen que ser así? —dijo—. ¿Y si podemos cambiar nuestro destino?—Regulus frunció el ceño.

—¿Qué estás insinuando?

—Que hay más en la vida que la sangre y la lealtad ciega por personas que ni siquiera van a estar en tu muerte. Solo son...como peones en un juego de ajedrez. Tal vez tú eres el peon. —respondió Abby—Tal vez deberías abrir los ojos y verlo.

Abby se alejó de Regulus Black, sintiendo su mirada en su espalda. No podía evitar preguntarse por qué él había decidido hablar con ella. ¿Qué juego estaba jugando? Pero había algo en su expresión que no encajaba con el Regulus que conocía y que había actuado frente a ella.

—¿Por qué estás aquí, Regulus? —dijo Abby sin mirarlo—. ¿Qué quieres de mí?

Regulus se acercó, sus pasos silenciosos en el suelo de piedra.

—No quiero nada de ti, Abby —respondió—. Solo... quería verte de nuevo.

Abby se detuvo. ¿Qué estaba pasando? Regulus Black, el chico que había despreciado a los muggles y había abrazado la oscuridad, estaba actuando de manera extraña.

—¿Por qué? —preguntó Abby—. La última vez que nos vimos, no terminamos precisamente como amigos. —Regulus se pasó una mano por el cabello.

—Eso fue un error —dijo—No debería haberme comportado así. Y me disculpé. Pero las circunstancias eran diferentes.

—¿Circunstancias? —Abby frunció el ceño—. ¿Qué quieres decir?

Regulus miró a su alrededor, asegurándose de que nadie más los escuchara.

—No puedo decirte todo, Abby. Pero hay más en juego de lo que crees. —la Hufflepuff se sintió confundida. ¿Qué estaba insinuando Regulus? El ojigris la miró directamente a los ojos.

Antes de que pudiera responder, Regulus se inclinó hacia ella y susurró:

—Ten cuidado, Abby. Las sombras son más profundas de lo que imaginas.

Y con eso, se alejó, dejando a Abby con más preguntas que respuestas. Estaba confundida ¿Qué estaba pasando?

El eco de sus pasos resonaba en el silencio. Abby no podía quitarse de la cabeza la extraña conversación con Regulus Black. ¿Por qué él se había acercado a ella? ¿Y por qué su corazón latía con tanta fuerza?

—¿Estás bien? —preguntó alguien colocándose frente a ella, elevando la mirada, y observando a Lily, su mirada penetrante—Pareces un poco distraída.

Abby asintió, luchando contra las emociones que amenazaban con desbordarse. No podía confiar en Regulus, eso lo tenía claro. Pero Lily era diferente. Era amable, valiente y siempre estaba dispuesta a ayudar. ¿Podía confiar en ella? ¿O sería otro error que lamentaría?

—Es solo... —Abby titubeó—. Regulus Black me habló hace unos días, o más bien, chocamos y... actúo seco y frío y ahora, volvió a hablarme y... Fue extraño, Lily. No sé qué quiere de mí.

Lily frunció el ceño.

—Regulus no es alguien en quien debas confiar —dijo—. Es un Slytherin, y su familia tiene conexiones con el Señor Tenebroso. No te dejes engañar por su aparente amabilidad. No digo que todos los Slytherin son malos pero...si el actuó raro frente a ti ahora, algo debe querer de ti, y no se que sea.

Abby asintió, pero su mente estaba en otro lugar. ¿Por qué se había acercado a ella? Abby quería creer que había algo más detrás de su actitud, algo que no encajaba con su imagen de seguidor de las creencias supremacistas. Pero sus emociones la traicionaban. El miedo, la desconfianza y la soledad se mezclaban en su interior, formando un nudo que no podía deshacer.

Lily puso una mano en su hombro.

—Abby, no estás sola en esto —dijo—Todos tenemos secretos,y tal vez me este equivocando, solo...no confíes en el tan rápido.

Abby miró a Lily, sus ojos verdes llenos de comprensión.

—No sé si puedo confiar en nadie —murmuró Abby—. Mi corazón dice una cosa, pero mi cabeza dice otra. —Lily sonrió.

—A veces, el corazón y la cabeza no están en sintonía. Pero no tienes que tomar decisiones ahora mismo. Solo recuerda que no estás sola, Abby. Si necesitas hablar, estoy aquí.

Abby asintió, sintiendo la calidez de la amistad de Lily. Tal vez, solo tal vez, podría confiar en ella. Pero las sombras seguían acechando, y las alianzas eran peligrosas. Abby se prometió a sí misma que sería cautelosa. Porque en Hogwarts, incluso los amigos podían esconder secretos oscuros.

Pero como ella misma dijo...todos somos un peón en un juego de ajedrez, y Abby, ella era el peón en la vida de Regulus.

𝐋𝐈𝐄𝐒; Regulus Black ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora