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Devuelta al presente, los seres recién llegados del infierno caminaron por las calles pulcras y relucientes, captando la mirada de unos cuantos habitantes que los miraban pasar, el miedo de algunos cesó al verlos y notar que no eran lo que esperaban, muchos lo habían imaginado como monstruos, pero lo más cercano era una familia normal con sus hijas.

—Este lugar es tan increíble—la princesa mira a todos lados sin poder creer lo distinto que se ve en comparación a donde venía. No la malinterpreten, ella ama su ciudad, pero el cielo se ve maravilloso, es como lo había imaginado, un buen lugar para que las almas que se rediman puedan disfrutar de su eternidad.

—¡Hola! — una voz les llamó la atención, desde lo alto vieron bajar a dos ángeles, pero solo una se les acercó emocionada— un gusto, mi nombre es Emily y estoy feliz de conocerlos

—Hola, soy Charlie Morningstar y ella es Vaggie, mi novia—habló la princesa mientras tomaba la mano de Vaggie

—Ustedes vienen con Lucifer y Lilith, soy Sera, yo les indicaré donde se quedarán hasta que sea hora de la cena, hay varios lugares que pueden visitar durante su estadía— ese comentario provocó un bufido en Lucifer, como si no conociese que tiene que ofrecer el cielo, solo unas cuantas cosas se habían implementado y muchas de esas eran ideas que habían tenido, pero en su momento le habían negado.

—Hay muchas cosas que deben conocer— la pequeña serafine daba saltitos mientras veía a Charlie y luego a Vaggie—podemos ir al zoológico, hay animales tiernos, ¡vamos!

—¡Nos vemos luego! —cuando se dieron cuenta, ya no tenían a las jóvenes chicas enfrente suyo, Alastor pensó que ese ángel era una versión de Charlie con la misma intensidad de felicidad y brillos en los ojos solo que angelical.

—Char- —Lucifer no pudo protestar ante la decisión de su hija, una mano lo sujeta del hombro y lo mantiene en su lugar, era Alastor.

—Deja que se divierta, este asunto del cielo la tiene emocionada —mira en dirección donde se ha ido su hija, Vaggie y el ángel que acaban de conocer ese día— nosotros podemos ir a otro lugar a descansar.

⋅˚₊‧ ⟡ ‧₊˚ ⋅

—Estas cenas siempre son tan ... complicadas e incómodas— Lucifer se desploma en la cama, la serafine que acompañaba a Emily les indicó en dónde podrían quedarse así que decidieron que era mejor ir a descansar ya que les esperaba un largo día por delante.

—Está es una experiencia muy gratificante— dice Alastor mientras gatea en la cama hasta Lucifer, agradece ver el rostro de Alastor como es, la forma en que le brinda una pequeña sonrisa lo hacen sentir mejor, pero sus ojos no pueden evitar bajar de sus labios al escote del vestido que lleva puesto—¿qué estás mirando, Lucifer?

—Nada— era obvio donde está centrada su atención y no lo iba a admitir.

La vista que tiene la mayoría es de Lilith con sus ropas de siempre, eso lo habían comprobado antes de salir del infierno, pero lo que Vaggie, Charlie y Lucifer tenían frente a sus ojos es a Alastor que lleva puesto un vestido negro ajustado que hacen que cada una de sus curvas resalte y no solo está pegado a su cuerpo, sino que posee un escote donde el suave y abultado pecho sobresale... realmente una vista hermosa e hipnótica de ver y eso solo lo pensaba Lucifer.

—Puedo ver que tus ojos están en otro lado y no en mi cara—el venado se mueve hasta quedar sentado en el regazo de Lucifer, prácticamente poniendo su pecho en la cara del más bajo que trató de guardar la compostura y no ser alguien tan obvio.

Este comportamiento en ambos no es nuevo, desde hace unos meses atrás han estado en una especie de relación cercana, a veces complicada porque Lucifer no sabe cómo definirla, no eran amantes, ni mucho menos una pareja, sus actividades no eran para ser llamados simplemente amigos y a pesar de las peleas en las que a veces se veían envueltos no se consideraban enemigos, no como en un principio lo fueron.

Reunión familiar ; appleradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora