~Sentimientos del pasado~

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иαяяα∂οя οмиιρяєѕєиτє 👤:

Estuvieron toda la noche hablando sobre aquello, sobre lo mal que se sintió el azabache al ver a su familia muerta, diciendo que no se podía permitir volver a ver eso nunca más, alegando que ese era el principal motivo para hacer que el fin del mundo no ocurriese.

Terminaron por llegar a casa del de mechas por la mañana, a las 8 am, cuando el sol ya había salido, ahora, fuera de adrenalina, Cinco se dio cuenta de que tenía una herida en el brazo.

— A este paso voy a tener que ir a comprarme un botiquín nuevo... —rio el rubio, pues era cierto que últimamente tenían que curarse un montón de heridas— ¿Puedes ir a por el botiquín mientras preparo el desayuno?

— Bien, dejo aquí a Dolores, cuídala —dejo la bolsa en el sofá, abriéndola y sacando a maniquí, sentándolo al lado de la bolsa.

Mientras tanto, ____, se teletransporto a la cocina para preparar dos cafés y unas tortitas, recordando que era algo que solían comer de pequeños, le hizo gracia ponerle a las tortitas del azabache una cara sonriente con nata montada.

Mientras el café se preparaba, Cinco volvió al comedor, quitándose la chaqueta y la camisa, quedando solo con una camiseta de tirantes, mostrando la herida.

Cuando los cafés terminaron de prepararse, el rubio tomo los cafés y las tortitas como pudo, no sabía ni el mismo como logro teletransportarse al comedor sin que se le cayese, dejándolo rápidamente en la mesita.

— Te he hecho tortitas, te siguen gustando ¿verdad? —se sentó en el sofá, apartando la bolsa, dejándola debajo de la mesa, pero sin tocar a Dolores, Cinco asintió ante la pregunta— ven, déjame curarte antes de desayunar.

— Después debería ducharme, si me dejas —el rubio tomo una aguja y un hilo, después rio viéndole.

— Obvio que si, yo también me tengo que duchar después de todo —desinfecto la aguja y empezó a coserle, acariciando su brazo tratando de calmarle, pues sabía lo que dolía eso— Mmh... Perdón.

Cinco, después de soltar una mueca de disgusto por el dolor, miro algo extrañado al contrario.

— ¿Y ahora porque te disculpas?

— Por hacerte daño, y pues, si no hubieses tenido que saltar encima mío para cubrirme de las balas, quizás no estarías herido —hizo una leve mueca, aun cosiendo.

— O quizás sí, soy yo quien debería disculparse, no dejo de meterte en problemas —el azabache miro hacia otro lado algo molesto consigo mismo.

— Sabes que no me importa, haría lo que fuese por ti, siempre ha sido así —elevo la vista de la herida a su cara para dedicarle una sonrisita, después termino de coser— ahora desayuna antes de que se te enfríe.

Desayunaron de manera calmada y en silencio, tampoco era un silencio incómodo, de hecho todo lo contrario, era un silencio agradable, el entorno era acogedor, y la comida estaba rica, así que a falta de incomodidad decidieron que quedarse callados era lo mejor.

Tardaron un par de minutos en terminar de comer, después organizaron los platos, poniéndolos apilados con los vasos encima, ____ los llevo a la cocina y luego se apoyó en la isla que la separaba del comedor.

— Ahora que lo pienso, aquí no tienes ropa, deberíamos ir a la academia a buscarte algo, yo te puedo prestar lo interior para ahora, porque otra cosa...

— O puedes dejarme ropa de la tuya, después vamos a la academia y allí me cambio para no parecer vagabundo, Einstein —hablo de forma sarcástica, aproximándose al baño para ducharse— búscame algo más o menos de mi talla, sueles usar ropa ancha, no será complicado, y si puede ser, que no sea muy colorida, no me gusta la ropa con colores excesivos.

Después de ordenado todo aquello, se fue a bañar, el rubio miro a la maniquí, y después señalo la dirección hacia donde Cinco se había ido e hizo un gesto de que estaba loco.

Río levemente antes de ir a buscar algo de ropa que se ciñese a lo que el azabache reclamaba, encontrando una camisa negra que uso una vez junto a un pantalón del mismo color algo ancho, pero que al contrario le iría como anillo al dedo.

Una vez que tomo toda la ropa, camino a paso calmado hacia el baño, escuchando como el agua de la ducha caía de manera constante contra el suelo, una imagen paso por la cabeza del rubio, una imagen la cual logro que los colores le subiesen a las mejillas y se pusiese nervioso.

La imagen de Cinco duchándose, la cual estaba en bucle en su cabeza, se dio un golpe en la cabeza, tratando de dejar de pensar en esas cosas, después tan solo suspiro, sin saber el porqué de esos sentimientos, aunque realmente si lo sabía.

Pico a la puerta del baño de manera calmada, esperando una respuesta por parte del azabache.

— Oye, tengo la ropa ¿Dónde te la dejo? —alzo un poco la voz para que pudiese escucharle, pegándose a la puerta para poder oír una respuesta.

— Entra y déjala sobre el baño —respondió Cinco mientras se lavaba con cuidado la herida, la cual había sido cosida anteriormente, mojándose solo los alrededores para quitarse la sangre.

— ¿Entrar...? —se alejó levemente de la puerta, sus mejillas sonrojándose nuevamente— vamos ____, no te ha pedido que te metas a la ducha, solo te ha pedido que pases al baño y dejes la ropa, no te alteres —pensó, aún algo nervioso, notando como su corazón se aceleraba rápidamente.

Puso una mano sobre el pomo de la puerta e hincho sus pulmones de aire, entrando al baño rápidamente, dejando la ropa sobre el baño y dirigiéndose de manera rápida hacia la puerta nuevamente, tratando de mirar lo menos posible en la dirección del menor.

Una vez salió, dejo escapar todo el aire que había retenido, se puso una mano en el pecho, pudiendo notar aún más como su corazón bombeaba fuertemente, se mordió levemente el labio y frunció el ceño.

— Por dios, que es tu hermano, y aparenta 14 ¿Eso me convierte en un pedófilo? —su mente se inundó con esas dudas, pero ver como el maniquí se caía en el respaldo del sofá le saco de sus pensamientos— Mmh... Dolores, vaya ropa más horrible.

Se acercó al maniquí, tocando la tela de ropa destrozada por los disparos de la noche anterior, y de ahí le vino a la mente una idea, vestir a la "chica" mientras el baño estaba ocupado, para así poder distraerse un poco.

Sonrió y tomo a Dolores, llevándosela a su cuarto para luego abrir el armario, buscando en ella una caja que tenía con ropa de mujer ¿Por qué? Pues porque era ropa de su anterior compañera de piso, ropa que se dejó allí y nunca vino a buscar.

Tomo un vestido corto de color verde, con algunos detalles de un color más claro, agarro sus tijeras para recortarlo más y que no le viniese largo al maniquí, el vestido era sin mangas, perfecto ya que Dolores solo tenía un brazo.

Le coloco la prenda de ropa, después tomo un kit de maquillaje, eso sí que era suyo, había veces que le gustaba maquillarse, sobre todo si salía de fiesta con Klaus, cosa que solían hacer mucho, sobre todo antes.

Decidió ponerle una sombra de ojos de un verde del mismo tono que el vestido, maquillando sus ojos por encima para después ponerle algo de gloss en los labios, sonrió al ver el resultado, sintiéndose un completo artista.

— Ten a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más ¿No? —rio, pues después de todo, la maniquí era como su "competencia".

Escucho la puerta del cuarto siendo abierta, lo cual le asusto levemente, pero se relajó al ver a cinco entrando, colocándose bien las mangas de la camisa, aquella ropa le quedaba mucho mejor que el uniforme de la academia.

— Ya te puedes ir a... ¿Qué haces? —alzo la vista y se los quedo mirando, primero al rubio y después al maniquí— ¿La has vestido y pintado? —arqueo una ceja, acercándose a Dolores para agacharse a su altura, acariciando su cara.

— See... Tenía ropa de mi excompañera de piso por aquí, y como no la iba a usar y a demás la ropa de Dolores estaba rota, pues le he puesto eso ¿Te gusta? No pensé que te fuese a molestar —el teñido, rio algo nervioso, balanceándose sobre sus pies para calmarse.

— Nunca la había visto tan guapa, gracias —aparto la mirada de Dolores para mirar al contrario, sonriéndole.

Aquello hizo que un escalofrío le recorriese la espalda, era una sonrisa sincera, le encantaba, rio de nuevo nervioso, tomando algo de ropa del armario para aproximarse a la puerta de su cuarto con rapidez.

— S-sí, eh, de nada, me alegro de que te guste, me voy a duchar —después de eso, salió del cuarto con rapidez.

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¡Aló presidentes! ¿Qué tal?
Tenia ganas de empezar a hacer que ____ se diese cuenta de sus sentimientos, aun que bueno, ya los había sentido anteriormente, pipipi.

No es mi culpa ser así [cinco x male!reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora