~Maletín~

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Una vez que termino de hablar, un nudo se formó en mi estómago al pensar en como tuvo que vivir todo aquello, la sensación que invadió mi cuerpo fue la misma sensación que me lo invadía siempre que me hablaba del apocalipsis.

Me levanté de la cama y me aproximé a él, notaba su mirada fija en mí, siguiendo todos mis movimientos, pero me dio igual, en vez de preocuparme por eso, me agache a su altura y me "lance" a abrazarle.

Mis brazos rodearon su torso, haciendo que mi cabeza acabase en su pecho, con su espalda apoyada en la cama, escuche como soltaba un leve quejido y apartaba los brazos de mí, tratando de alejarse, pero después de unos segundos, simplemente poso una de sus manos en mi espalda y la otra en mi cabeza.

— Cinco, siento tantísimo que tuvieses que vivir aquello —murmure, abrazándole con más fuerza.

— No fue tu culpa, no tienes por qué disculparte —la mano que estaba sobre mi cabeza se empezó a mover, acariciando mi pelo.

El sueño que anteriormente sentía se volvió a apoderar de mí, el sentir como el azabache me acariciaba el pelo, su pecho subiendo y bajando de manera calmada, poder escuchar su corazón latiendo y poder olerle hizo que yo me relajase.

Sentir el calor que su cuerpo transmitía, un calor que no era sofocante, sino bastante cómodo, todo ese conjunto de cosas hizo que acabase por dormirme en su pecho, abrazado a él.

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Me desperté unas horas después como si hubiese dormido durante días, mi sueño había desaparecido al completo al haber descansado tan bien.

Me sobé los ojos, abriéndolos lentamente mientras me estiraba, tratando de despertar del todo, ahí fue cuando me di cuenta de que ahora estaba perfectamente colocado en la cama y que Cinco ya no estaba ahí.

Eso me hizo levantarme de sopetón, sentándome en la cama y mirando al rededor, tratando de encontrar su cabellera negra por algún lugar de la habitación, me había prometido no irse, me dijo que se iba a quedar conmigo, él me lo promet-

— Buenos días —escuché, desde el supuesto comedor de aquella habitación— pensaba que ibas a dormir más, te veías muy cansado.

Entrecerré los ojos tratando de verle, cosa imposible porque le tapaba justo una columna, pude respirar tranquilo una vez supe que no se había ido a ningún lado, simplemente se había levantado.

— Ya no estoy cansado, perdón por dormirme encima de ti, no fue mi intención —me froté la nuca, algo avergonzado al recordarlo.

— Me da igual, no me ha molestado, te veías tranquilo, me alegro de que hayas podido dormir —escuche como se levantaba de la silla— soy yo quien se debería disculpar, disculparme por como te traté ayer, no fue tu culpa que el laboratorio explotase.

Vi como caminaba hacia mí, sentándose a mi lado en la cama antes de tirarse hacia atrás, suspirando, frustrado por lo que pude notar, le di unas palmaditas en la pierna, señalando que le comprendía y que todo iba a salir bien.

— No pasa nada, comprendo que te enfadaste, es normal después de todo lo que has pasado, pero no todo se ha terminado, encontraremos algo, algo con lo que volver a investigar, salvaremos el mundo, eso te lo aseguro —vi como elevaba levemente la cabeza para mirarme.

— Mmh... Supongo, pero es complicado —volvió a estirarla hacia atrás— no tenemos ninguna prueba de nada, no sabemos si el ojo se ha vendido o no, ni quién lo tiene, sería como buscar una aguja en un pajar.

— Pues eso, algo complicado, pero no imposible, no te desanimes Cinquillo, después de todo, siempre podemos viajar al pasado.

— No, ni de coña, no pienso repetir eso ¿Sabes lo que me dolió hacerlo? Si no es un caso de extrema necesidad, prefiero intentar buscar una solución en este plano temporal —reí levemente, volviendo a palmear su pierna.

No es mi culpa ser así [cinco x male!reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora