nepo bby [lewavi]

sorry

Gavi desde muy pequeño sintió la necesidad de tenerlo todo sin importar las consecuencias de sus actos, sintiendo los halagos de la gente como algo envolvente, sintiendo que podía pisar todas las cabezas que él quisiera sin importar absolutamente nada, le daba tan igual el hecho lo que pensaban los demás y sus puntos de vistas.

Era raro, sus padres eran tan amorosos, confiaban en él, en todo lo que se proponía, en todo lo que hacía.

Tenía una fortuna gigante, pero ¿A qué costo? Siempre estuvo solo, envuelto en la triste, en la desconfianza, lleno de dolor, jamás tuvo un amigo, jamás tuvo en que confiar de corazón encerrado en una jaula de oro lleno de joyas y dinero, su alimento espiritual era solo viejos libros de economía y poesía, su refugió era mirar desde el ventanal de su habitación de manera triste el atardecer, viendo el jardín divino que daba justo ese ventanal gigante, desde su habitación mirando la naturaleza y el cielo. En completa soledad escuchando viejas canciones de amor sobre besos y abrazos, de cómo alguien no podría vivir sin su presencia.

Intenta todos los días ser una persona positiva pero su rostro cansado de una sonrisa falsa, podía ser feliz y quería serlo, sentir el mundo chico debajo de sus pies por que él sentía que todo lo podía sin rezongarse ni resignarse.

Chico excelente, siempre buenas notas, siempre limpio, siempre siendo el mejor de todos, pero ¿A qué costo?

Ese día luego de aquellas palabras de la chica, pensó detenidamente todo lo que estaba pasando, Robert era tan amable que no podría creerle ¿Por qué haría es por él? No tenía sentido que lo mirase con amor, ni que sea amable, ni que le pregunte como estuvo su día, para él solo eran amables si es que necesitaban algo de él, por que lo amasen de verdad, de verdad se cuestiona si debería recibir esos tratos buenos de la gente si él no era el mejor todavía, ¿Cuánto podría durar todo esto que esta pasando en su cabeza? Sentía como si de verdad no se estuviera esforzando, remarcando ese pasado de autoexigencia cuando el amor era cuando dabas algo a cambio, cuando sus padres solo lo amaban porque era un chico estudioso y armonioso que nunca les fallaría, en cambio si lo hacia no sentía la voz cálida de su madre diciendo que era una bendición tenerlo en sus brazos.

Él realmente no era importante más allá de su apellido, era uno más del montón, inservible y sin ningún tipo de talento más allá de su belleza y inteligencia, no servía si no tuviera su apellido, jamás valdría por su propia cuenta.

Para los demás jamás tuvo un problema de verdad, solo era un chico rico, bonito y hacer cosas sin esfuerzo, nunca sería valorado, en su cabeza jamás sería querido, nadie lo ve, nadie lo escucha, nadie le habla.

Cuando conoce a Robert todo fue distinto.

Incluso recuerda esa vez que por primera vez sintió mariposas en lo profundo de su estómago con unas simples palabras de Robert.

—¿Gavi podemos hablar?

Gavi sabía por que el jefe se había acercado esa vez a su oficina —Lamento haberme es ese cálculo tan sencillo señor Lewandowski

Robert ríe y se sienta a su lado —No pasa nada, aún eres un aprendiz. Era un archivo para simular para saber como te va en cálculos tan complejos, pero no pasa nada, solo fue un error que se puede corregir —Toma una hoja y una lapicera, se la puso en su mano, Gavi parecía una frutilla de lo rojo que estaba —Te ayudaré a poder hacerlo, no pasa nada, yo te voy a enseñar.

Gavi se siente estúpido, porque él sabía que sabía, jamás nadie le enseñó nada, siempre aprendió todo solo, sin la necesidad de que nadie lo que tenga que hacer, se siente vulnerable.

Robert fue tan compasivo, su mano rozando la suya y las miradas penetrantes, para Gavi en ese momento fue como sentir amor por primera vez, lastimosamente ahora en su cabeza las palabras de esa mujer rondaban una y otra vez, no quería que Robert fuese un monstro manipulador, las palabras de Pedri aun así fueron reconfortantes.

Ya más de dos semanas pasaron de la charla con Lorena y aún así Pablo no le habló a Robert.

Robert en cambio le dolía tanto la indiferencia, sabía que algo había pasado y el menor ni siquiera lo veía sus ojos, ni siquiera se atrevía a hablarle.

Gavi se acerca por la oficina de Robert, con una mirada tímida —¿Qué sucede, Pablo? —Robert al verlo entrar se lleno de esperanza, fue como volver a ver el arco iris, Gavi le sonríe y un sonrojo decora sus labios, con una mirada cariñosa

—Solo vine a saber como estabas

—Angustiado—Admite sin vergüenza alguna—Hace tanto que no me hablas, hace tanto que no te acercas que sentía que estabas enojado, ni me saludas ya ¿Hice algo que te lastimó? ¿Te hice algo que no te gustó? Seguro que te ofendí cuando te expliqué algo ¿Fui cruel?

Gavi ríe—Para nada, solamente estaba cansado, pero ahora estoy mucho mejor ¿Me perdonas?

Robert lo mira profundamente, con una sonrisa amable, ladea su cabeza, en sus ojos había un brillo como si fuese del primer amor, con tanto cariño que le tenía —No hay nada que perdonar, Gavi, después del trabajo vamos por un café.