Después de unos 20 minutos, Jere salió del departamento con una maleta en la mano y se subió al auto. "Listo", le dijo a Jairo. "¿Adónde vamos?"
Jairo se rió y arrancó el auto. "Ya lo verás", le dijo. "Solo relájate y disfruta del viaje".
Jairo condujo durante un par de horas, disfrutando del paisaje y de la compañía de Jere. Finalmente, llegaron a la hermosa ciudad de Viña del Mar, conocida por sus jardines y arquitectura elegante.
Jere se sorprendió al ver el destino y sonrió. "¡Wow, Viña del Mar! No esperaba esto".
Jairo se rió. "Quería sorprenderte. Quiero pasar tiempo contigo en un lugar especial".
Jere se sintió emocionado y agradecido. "Gracias, Jairo. Esto es increíble".
Jairo se estacionó en un hotel de lujo frente al mar y se bajaron del auto. Jere se quedó sin aliento al ver la vista del océano.
"¡Es hermoso!", exclamó.
Jairo sonrió y tomó la mano de Jere. "Vamos a disfrutar de este lugar juntos. Quiero que te sientas especial".
Pasaron los siguientes días disfrutando de la playa, paseando por los jardines, visitando lugares turísticos y simplemente disfrutando de la compañía del otro. Jere se sintió muy feliz y relajado en presencia de Jairo.
Una noche, mientras caminaban por la playa, Jairo se detuvo y se volvió hacia Jere. "Quiero decirte algo", le dijo con una mirada seria.
Jere se preparó para escuchar, sintiendo un poco de nerviosismo. "¿Qué es?", preguntó.
Jairo tomó una profunda respiración. "Quiero que sepas que te amo, Jere. Quiero pasar el resto de mi vida contigo".
Jere se conmovió al escuchar las palabras de Jairo y sintió que su corazón latía más rápido. "Yo también te amo, Jairo", le respondió con voz temblorosa.
Jairo sonrió y tomó la mano de Jere. "Quiero que seamos felices juntos", le dijo. "Quiero construir una vida contigo".
Jere asintió con lágrimas en los ojos. "Yo también quiero eso", le dijo. "Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado".
Jairo se acercó a Jere y lo besó suavemente en los labios. Jere respondió al beso y se abrazaron fuertemente, sintiendo una profunda conexión entre ellos.
Después de un rato, se separaron y Jairo tomó la mano de Jere. "Vamos a caminar un poco más", le dijo. "Quiero disfrutar de este momento contigo".
Jere asintió y caminaron en silencio por la playa, disfrutando del paisaje y de la compañía del otro. Era un momento perfecto, lleno de amor y felicidad.
Al final del paseo, Jairo se detuvo y se volvió hacia Jere. "Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti", le dijo. "Quiero ser tu apoyo y tu compañero en todo momento".
Jere sonrió y se sintió agradecido. "Gracias, Jairo", le dijo. "Eso significa mucho para mí".
Y así, Jairo y Jere continuaron su relación, llenos de amor, felicidad y compromiso el uno con el otro.
Jairo tomó la mano de Jere y lo miró con una sonrisa nerviosa. "Jere, desde que te conocí, he sentido una conexión especial contigo. Me has hecho sentir de una manera que nunca pensé posible. Quiero que sepas que te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo".
Jere se sorprendió un poco, pero luego sonrió y se sintió emocionado.
"Jere, ¿quieres ser mi pololo?" preguntó Jairo, con la esperanza de que la respuesta fuera sí.
Jere asintió con lágrimas en los ojos. "Sí, Jairo. Quiero ser tu pololo. Te amo".
Jairo se sintió sobre la luna y abrazó a Jere fuertemente. "Te amo, Jere. Eres el amor de mi vida".
Mientras se abrazaban, el atardecer en la playa creaba un fondo perfecto para ese momento especial. El sol se ponía en el horizonte, pintando el cielo de colores cálidos y suaves. La brisa del mar acariciaba sus rostros, y las olas suaves rompían en la orilla.
Jairo y Jere se besaron suavemente, sellando su amor y compromiso el uno con el otro. Era un momento que nunca olvidarían, un momento que cambiaría sus vidas para siempre.
Jairo y Jere decidieron no ir a cenar a un restaurante, sino que fueron al departamento que Jairo había arrendado en Viña del Mar. Una vez allí, se sentaron en el sofá y Jairo sacó su teléfono para pedir comida.
"¿Qué quieres comer?", le preguntó a Jere.
Jere pensó por un momento y luego sonrió. "Pide McDonald's", dijo.
Jairo se rió y pidió una variedad de hamburguesas y papas fritas. Mientras esperaban la comida, se sentaron juntos en el sofá y hablaron de su día.
Cuando llegó la comida, se sentaron a la mesa y disfrutaron de su cena informal. Jere se rió al ver la cantidad de comida que habían pedido.
"¿Tú crees que vamos a poder comer todo esto?", le preguntó a Jairo.
Jairo sonrió. "No importa, podemos dejar las sobras para mañana".
Después de cenar, se sentaron en el sofá de nuevo y vieron una película juntos. Jere se acurrucó cerca de Jairo y se sintió muy feliz de estar con él.
"Me encanta estar contigo", le dijo a Jairo.
Jairo sonrió y lo abrazó. "Yo también me encanta estar contigo", le respondió.
Después de la película, Jairo y Jere decidieron ir a dormir. Se acostaron juntos en la cama y se abrazaron fuertemente.
"Te amo", le dijo Jairo a Jere.
"Yo también te amo", respondió Jere.
Se besaron suavemente y se quedaron dormidos, disfrutando de la calidez y la seguridad de estar juntos.
A la mañana siguiente, Jairo se despertó primero y se levantó para preparar el desayuno. Jere se despertó un rato después y se sentó en la cama, estirándose y bostezando.
"Buenos días", le dijo Jairo, sonriendo. "Te preparé el desayuno".
Jere se levantó y se sentó en la mesa, donde Jairo le había preparado un delicioso desayuno. Comieron juntos y hablaron de sus planes para el día.
"¿Qué quieres hacer hoy?", le preguntó Jairo a Jere.
Jere pensó por un momento. "Quiero ir a la playa", dijo. "Y luego podemos ir de paseo por el jardín botánico".
Jairo sonrió. "Me encanta esa idea", dijo.
Y así, Jairo y Jere pasaron otro hermoso día juntos, disfrutando de la belleza de Viña del Mar y de la compañía del otro.
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𝐀𝐩𝐨𝐤𝐚𝐥𝐮𝐳 (𝐉𝐚𝐢𝐫𝐨 𝐕𝐞𝐫𝐚 𝐱 𝐉𝐞𝐫𝐞 𝐊𝐥𝐞𝐢𝐧)
Fiksi PenggemarSolo déjate llevar, si a mi lao' na' te va a pasar.