«Cervatillo»

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[Esta historia tiene contenido M-preg]

La hora de dormir llegaba al Hotel Hazbin, todos se disponían a dormir en lo que parecía ser una noche pacífica, al menos lo más que se podía en el infierno, los habitantes del hotel se hallaban cada uno en su habitación, listos para dormir, sin embargo, la paz que se respiraba no duraría mucho tiempo, al menos no para una de las parejas que ahí habitaban.

—¡Papá! ¡Mamá! —entraba un pequeño corriendo a la habitación de Lucifer la cual compartía actualmente con su pareja, Alastor el demonio de la radio.

—¡¿Demian?! —preguntaba asustado Lucifer al despertarse por los gritos provenientes de su menor hijo. — Hijo ¿qué te pasa? ¿te encuentras bien? — pregunto nuevamente al ver como su hijo subía a la cama envuelto en llanto.

—¿Qué paso mi querido cervatillo? —pregunto Alastor también al despertarse e incorporarse en la cama.

—¡Mi cabeza papi, me duele mucho mi cabeza! —decía el pequeño envuelto en llanto.

Demian, ese era nombre del pequeño, fruto del amor entre el rey del infierno y el demonio de la radio, que había nacido hace escasos ocho meses con muchas complicaciones de por medio, dicho sea de paso. Había sido un embarazo difícil para Lucifer ya que se creía que la hibridación entre ángeles y demonios era imposible, sin embargo, el pequeño Demian había llegado en el momento justo para demostrar a todos lo contrario. El príncipe a pesar de que habían pasado ocho meses desde su nacimiento tenía el tamaño de un niño de al menos cuatro años, eso probablemente debido al cruce de las naturalezas de sus padres, el pequeño había heredado el dorado y brillante cabello de Lucifer, así como su hermana mayor Charlie, salvo que en su caso además de eso, de su pequeña cabeza sobresalían dos pequeñas orejas esponjosas del mismo tono, esto gracias a la genética de su otro padre, Alastor, del cual también había heredado una pequeña y esponjosa cola de ciervo. En resumen, podíamos decir que la naturaleza demoniaca había destacado por encima de la genética angelical.

—¿Tu cabeza? —pregunto alarmado Lucifer — ¿Te golpeaste con algo? —dijo revisando cuidadosamente la cabeza de su hijo.

—No mami, no me golpee con nada —respondió el niño —¡¡Auch!! ¡Ahí, ahí es donde duele! — exclamó el pequeño al sentir como su madre tocaba el medio de su cabeza, entre sus pequeñas y rubias orejas.

—¿Hay algo malo? — pregunto Alastor a su pareja preocupado al ver la expresión de dolor que su hijo mostraba.

—Realmente no lo sé, no veo nada, tampoco siento como si se hubiera golpeado, ni siquiera esta abultado o algo —respondió con sinceridad mientras seguía revisando la cabeza de su hijo con incluso más cuidado que antes para no lastimarlo en el proceso.

—¡Te juro que no estoy mintiendo mamá! ¡De verdad me duele! — insistía el pequeño entre pequeños sollozos.

—Lo sé cariño, sé que tú nunca me mientes— decía Lucifer consolando a su pequeño hijo en un abrazo —Es solo que no encuentro el motivo de tu dolor. ¿Tú qué piensas Al? — pregunto a su pareja.

—Trata de usar magia curativa, con eso debería ser suficiente— respondió Alastor y esta vez mirando a su hijo de dijo —Seguro te golpeaste con algo sin darte cuenta mientras jugabas, es normal hijo — sonrío comprensivo —Mamá te curará en un instante ya verás.

—Alastor, te lo he dicho un millón de veces, yo también soy su papá, por tu culpa Demian solo me dice mamá— murmuro Lucifer reclamando a su pareja que solo levanto los hombros con una sonrisa.

One Shots - Radioapple || AppleradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora