Park Hoseok tiene un secreto. Le gusta un poco de dolor con su placer, y anhela la libertad que sólo puede encontrar en la dominación de otro hombre. Pero ese secreto la ha costado, y ahora, ya no se atreve a satisfacer su verdadera necesidad.
Una...
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—Disculpas por el retraso —dijo Yoongi, mirando a Hoseok—. Creo que podemos continuar desde aquí.
Uno de los asesinos que se había estado enfocando en Taehyung se burló, apuntando su arma a Yoongi. —¿Tú y qué ejército?
Como en respuesta a su pregunta, varios lobos más entraron al baño, todos gruñían a los asesinos. A juzgar por los sonidos que Hoseok podía escuchar fuera, había más de los no-hombres de Yoongi en la ahora destrozada sala de estar de Hoseok. Muchos de ellos probablemente habrían irrumpido en el baño si el lugar no estuviera ya lleno.
Ahora respaldado por fuerzas impresionantes, Yoongi sonrió.
—¿Te gustaría volver a expresar eso? —preguntó—. No me gusta que me cuestionen, y no me gustan los silenciadores.
Para señalar sus palabras, desarmó al asesino en unos pocos movimientos eficientes. Hoseok ni siquiera podía decir cómo lo hizo. El cuchillo contra el vientre de Hoseok simplemente desapareció, como a través de un truco de magia, y segundos más tarde, también lo hizo el cuerpo siendo inmovilizado contra la pared. Yoongi levantó el silenciador en el aire, apretando su garganta hasta que el chico comenzó a ponerse azul.
—No es tan divertido ahora, ¿verdad? —preguntó, apenas encubierta ira en su voz—. No aprecio que los mercenarios piensen que pueden entrar a nuestro territorio y matar a las personas que tenemos bajo nuestra protección.
Con el agarre de Yoongi, el asesino tembló, probablemente segundos antes de orinarse. Pero Hoseok ya no se preocupaba por él. Ahora que estaba libre, corrió al lado de Taehyung y se arrodilló junto a su amante, no, junto a su compañero. —Taehyung... Oh, Dios. ¿Puedes oírme?
Cuando Hoseok lo tocó, Taehyung se crispó levemente, luchando por abrir los ojos. Pero no lo consiguió. —Por favor —gritó Hoseok—, alguien que me ayude. Está gravemente herido.
Al parecer, después de perder el interés en el asesino, Yoongi se unió a Hoseok junto a al cuerpo de Taehyung aún en su forma animal. —¿Supongo que es tu compañero? —dijo. Cuando Hoseok asintió, Yoongi agregó—, No tenemos el equipo médico necesario para tratarlo aquí. Tendremos que ir a la mansión Alfa.
—¿Puede sobrevivir si lo movemos? —preguntó Hoseok, incapaz de evitar que su voz temblara.
Yoongi le apretó el hombro, la asombrosa familiaridad de algún modo reconfortó a Hoseok. —Lo logrará. Los hombres lobo somos más resistentes de lo que crees, especialmente cuando tenemos algo por lo que vivir.
Eso podría haber sido cierto, pero Taehyung estaba en muy mal estado. Ya había perdido mucha sangre, y a pesar de su pelaje, Hoseok podía ver que sus heridas estaban hinchadas y filtrando sangre ennegrecida.
Incluso si la mansión Alfa tuviera las instalaciones necesarias para ayudar a Taehyung, tal vez nunca llegaran a tiempo, especialmente desde que, por los comentarios que Jungkook había hecho, Hoseok había dicho que el lugar no estaba ni siquiera en la ciudad. Sospechaba que Yoongi sabía todo esto también, pero estaba tratando de calmar a Hoseok.
