Capítulo Dos, Parte 2

118 21 1
                                    

Justo de esa manera, el Maestro Taehyung había dejado de tocarle

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Justo de esa manera, el Maestro Taehyung había dejado de tocarle. No era la primera vez que el Dom había hecho eso, pero por alguna razón, Hoseok sintió que fue diferente. Debería haber retenido su lengua. No debería haber pedido lo que quería, porque no eran sus deseos lo que importaban. No funcionaba de esa manera. Suho se lo había dicho una vez y Hoseok no le había creído, pero aparentemente, todo este tiempo, había tenido razón.

El Maestro Taehyung incluso le quitó la venda a Hoseok y guio sus piernas hacia abajo. Hoseok mantuvo los ojos obstinadamente cerrados mientras luchaba por aceptar su evidente fracaso. Pero por supuesto, no podía negar lo obvio para siempre. -Abre los ojos, Hoseok -dijo su Dom.

Hoseok obedeció, porque sin importar lo horrible que pudiera ser como un verdadero sumiso, su cuerpo simplemente no podía resistir seguir las órdenes del Maestro Taehyung. -Ahora escucha atentamente. Estás asustado. Estás dudando de ti mismo, y eso es completamente normal. Esto es lo que quiero que hagas. Quiero que me mires a los ojos cuando te tome. Quiero que veas mi rostro. Quiero que sepas que estoy aquí para ti y nunca te dejaré. ¿Puedes hacer eso por mí?

Hoseok se sorbió la nariz y respondió: -Sí, Maestro Taehyung.

La aceptación del Maestro Taehyung parecía ser buena para ser verdad, pero cuando Hoseok miró a los ojos del otro hombre, finalmente se atrevió a creer de verdad. El Maestro Taehyung no era Suho. Eso había sido demasiado obvio desde el principio. Pero algo existía entre ellos, algo que ambos sentían, algo que ni siquiera las nubes del pasado de Hoseok podrían destruir.

Se había dicho a sí mismo que confiaría en el Maestro Taehyung. Entonces, ¿por qué estaba dudando de todo? Tenía que detenerse, creer y entregarse. Eso era. Simple.

Encontrando amparo en ese pensamiento, Hoseok sonrió. El Maestro Taehyung le devolvió la sonrisa, y luego ese suave giro de labios se convirtió en una malvada sonrisa. Alcanzó la mesita de noche y recuperó una botella de lubricante que ya estaba esperando ahí.

Arrojó una generosa cantidad de líquido sobre sus dedos y alcanzó la entrada de Hoseok. Hoseok le observaba con ojos ansiosos. En cierto modo, se alegraba que el Maestro Taehyung le hubiese quitado la venda. Aunque apreciaba la libertad que podría proporcionar, necesitaba ver esto, ver al Maestro Taehyung, sólo para que pudiese estar realmente seguro que esto no era un sueño.

El Maestro Taehyung insertó un lubricado dedo en la entrada de Hoseok, Hoseok gimió, forcejeando contra las esposas mientras intentaba empujarse contra el dígito. La mano libre del Maestro Taehyung aterrizó en su cadera, apretando ligeramente. En el gesto, Hoseok leyó seguridad y respiró a través de su lujuria, obligando a su cuerpo que se relajará y aceptar lo que le estaba siendo dado.

Incluso cuando un segundo dedo se unió al primero, Hoseok siguió mirando al Maestro Taehyung. Su corazón aún se aceleró, y su piel chisporroteó con lujuria, pero por alguna razón, con cada segundo que pasaba, la pasión se fundió en la paz que Hoseok había estado buscando, una paz que le había sido negada por demasiado tiempo. Gimió cuando el Maestro Taehyung frotó sus dígitos sobre su próstata, pero no pensaba que alguien pudiese culparle por eso.

Lone Wolf Pack 2/VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora