Park Hoseok tiene un secreto. Le gusta un poco de dolor con su placer, y anhela la libertad que sólo puede encontrar en la dominación de otro hombre. Pero ese secreto la ha costado, y ahora, ya no se atreve a satisfacer su verdadera necesidad.
Una...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mucho más tarde, Taehyung yacía en la cama junto a Hoseok y luchó por darle sentido a este giro en su vida. No tenía idea de lo que estaba haciendo. Había venido a esta ciudad para investigar una posible filtración de información sobre su especie. Su manada estaba preocupada por los rumores de que Kim Jungkook había tomado una pareja humana, y lo que eso significaba para todos ellos.
Le había tomado un tiempo a Taehyung, pero con una descripción concisa y un primer nombre, había identificado al compañero de Jungkook como Jeong Jimin, consejero de una de las escuelas secundarias privadas más populares de la ciudad.
La ley no prohibía tomar a un humano como compañero, entonces, ni Taehyung ni nadie más podía evitar que Jungkook compartiera su verdadera naturaleza con Jimin. Pero eso no significaba que Jimin no pudiera convertirse indirectamente en un problema por el secreto de su tipo. La clave para descubrir la verdad fue Park Hoseok, el mejor amigo de Jimin.
Y eso habría estado bien, excepto que desde el primer momento que vio a Hoseok en una de las fotos que había encontrado de Jimin, se sintió atraído por él. Ahora tenía mucho sentido. Porque ante todo, Hoseok también era su compañero, la otra mitad de Taehyung. Taehyung lo había sabido desde el primer momento en que había olido a Hoseok, y había visto la verdad en los brillantes ojos verdes del joven.
No esperaba encontrarse con Hoseok aquí esta noche. Su primer encuentro había sido diseñado para suceder de una manera completamente diferente. ¿Qué iba a hacer Taehyung ahora? ¿Dejar y pretender que nunca se habían conocido? Simplemente no podía hacerlo.
A su lado, Hoseok se acurrucó más cerca de él y murmuró algo incomprensible en voz baja. El corazón de Taehyung se estrechó con afecto. Hoseok había sido herido una vez por un Dom, pero había decidido confiar en Taehyung. Él no podía decepcionarlo. Preferiría abandonar su deber con su manada.
Al final, todo el plan fue un punto discutible. Incluso si Hoseok supiera acerca de los hombres lobo, ser el compañero de Taehyung anulaba cualquier peligro que pudiera haber sufrido con los suyos. Pero Taehyung había probado algo en la sangre de Hoseok, algo que hacía especial a su amante. Si alguien se enterara... Taehyung temía el puro pensamiento.
En este momento, sus instintos gritaban solo por agarrar a Hoseok y huir a algún lugar donde nadie pudiera encontrarlos, pero eso podría no ir bien.
Un golpe sonó en la puerta, distrayendo a Taehyung de sus meditaciones. Se tensó, sus sentidos avanzados ya identificaban a la persona del otro lado.
Con un suspiro mental, se separó del abrazo de Hoseok tan cuidadosamente como pudo. Lo cubrió con una manta, odiando que tuviera que dejar el lado de su pareja, incluso por un momento. Se puso los pantalones y cruzó la habitación. Con cuidado para no despertar a Hoseok, abrió la puerta y salió al pasillo.
-¿Qué? -le preguntó a su visitante no deseado.
Seugmin cruzó los brazos sobre el pecho y arqueó una ceja oscura hacia él. -Solo te estoy verificando, asegurándome de que no has olvidado tu misión.
