Chapter 6: blood flow

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CAPÍTULO 6: TORRENTE SANGUÍNEO

Taehyung se preguntó cómo había llegado a este punto.

Pensó en las semanas anteriores. ¿Cuál fue su punto de inflexión? ¿En qué momento las cosas cambiaron? Pero claro, ¿fue esto sólo un desvío momentáneo en los días monocromáticos que tenía antes de Jungkook? ¿Volverían las cosas a ser como eran en el tiempo? ¿Él siquiera quería que lo repitieran?

Se preguntó si fue esa noche cuando todavía estaba bajo arresto forzado en el hospital con Jungkook. Cuando le pidió que se quedara a su lado para aliviar sus pesadillas y el menor accedió sin más explicaciones. Pero luego recordó ese momento y supo que de alguna manera el más joven se había metido en su conciencia mucho antes de eso.

¿Fue cuando encontró a Jungkook escuchándolo a él y a Yoongi en el quirófano? Y la empatía que encontró en los ojos del menor en lugar de la lástima que pensó que habría al mirar esos orbes con forma de cierva. ¿Fue cuando lo encontró en la calle, acorralado por aquellos hombres? ¿O cuando Jungkook le contó voluntariamente su historia a pesar de su insistencia por no saberlo? ¿Quizás fue antes de eso? Cuando se cruzaron en los pasillos años antes, inquietos por empezar.

Honestamente, estaba estupefacto de cómo alguien como Jeon Jungkook se había deslizado tan fácilmente en su vida, incorporándose a su rutina diaria, cuando pensaba que sus paredes eran impenetrables. No es que tuvieran mucho en común. Jungkook era confiado, minucioso e inteligente en formas que Taehyung sabía que no se limitaban sólo a los libros de texto y las paredes del hospital. Pero también era amable y divertido cuando no quería serlo, y su rostro era muy expresivo con sus emociones, excepto, por supuesto, cuando estaba avergonzado o tímido.

Taehyung supuso que sonaba confiado y ciertamente pretendía ser minucioso en el trabajo, pero su mente estaba constantemente plagada de dudas y trataba de no mostrar sus emociones tanto como fuera posible, estar abierto a los demás era más una excepción que la regla.

Se preguntó cómo alguien podía dejar que sus sentimientos se leyeran tan libremente como en un libro, la forma en que con una mirada al rostro de Jungkook podía entender lo que el menor estaba sintiendo. ¿Cómo podía uno permitirse ser atrapado tan crudo? Las emociones y el apego habían significado debilidad para él en el pasado, pero, ¿por qué Jungkook parecía la persona más fuerte que conocía?

Taehyung nunca se permitía ese lujo. El de estar expuesto a todos, dejar que otras personas entiendan la guerra en su cerebro, excepto por el pequeño respiro que ocasionalmente se permitía con Jimin, Seokjin y Yoongi. Pero habían estado a su lado durante años. Seokjin era su familia. Jimin, por otro lado, era una bendición que se había permitido cuando aún era joven y estaba en pleno proceso de adaptación en la escuela de medicina. Él y Yoongi venían en paquete.

E incluso hasta ahora, Taehyung filtraba sus penas con los tres, mostrándoles lo que consideraba necesario, limitando sus momentos de debilidad, su carga en sus vidas. Estaban cerca pero al mismo tiempo los mantenía a una distancia segura para no agobiarlos.

Pero había estado cometiendo errores diariamente desde que él y Jungkook se hicieron cercanos. Comenzó esperando pasar tiempo con Jungkook. A veces se preguntaba, cuando estaban estudiando o simplemente en compañía del otro, fuera de la exposición requerida que tenían durante las rondas o reuniones, si así era como se sentía el tener compañía. Algo de eso se sentía tan doméstico: la forma en que el olor a café le recordaba al menor o la forma inexplicable en que se sintió la primera vez que Jungkook cocinó para él cuando aceptó, no tan de mala gana, pasar el rato en el apartamento del menor. Taehyung rara vez se permitía hacer algo sin un propósito. Pero en este punto, semanas después, todavía no sabía cuál era el propósito de Jungkook.

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