II-Justice For One

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Dos días después Sasuke ya había mandado a su sirviente a averiguar cómo es que esa chica había entrado tan a la ligera al palacio, la respuesta de su súbdito lo impacientó ; " Los guardias dijeron que aseguró llamarse Charlotte Katavich y ser una aristócrata polaca que vino en representación de su padre enfermo a entregar unos papeles. Aseguró que su padre era un cartógrafo reconocido. Su acento al parecer era de un francés bastante normal pero aseguró que su madre era francesa y que vivían en parís desde hace unos años.

Quedó simplemente sorprendido, era obvio que era todo una mentira. Esa mujer era inteligente, si quería ocultar su identidad de él era obvio que no le diría su verdadero nombre a los guardias, no podría tampoco imitar un acento polaco por lo que decidió detallar su historia, y con su apariencia solo era cuestión de unas palabras para dejarla entrar.

Aparentemente vino junto con un escolta que permaneció junto a ella en todo momento a excepción del momento estuvieron ambos hablando. Según la información que le brindó asistente no dijo una sola palabra en todo momento, parecía un hombre adulto pero bien fornido y de apariencia seria. Cabellos castaños y largos ordenados en una pulcra coleta, dejando de lado su cabello parecía un escolta normal de la alta sociedad.

Realmente era una mujer extraña, pero no en el mal sentido, esa forma de ser solo lo hacía querer indagar en su identidad, tal vez ese era su juego; atraer su interés para que él acepte la propuesta y pueda saber su identidad. Pero algo dentro de él le decía que aunque supiera su apellido y su dirección habría muchas más cosas ocultas. Luego de pensar se arrepintió completamente de no haber enviado a alguien para que siga su carruaje, pero lo hecho hecho está.

El papel que indicaba la cancelación de la ejecución se veía completamente auténtico, la supuesta firma que dejó Madame Marie Anne a nombre de su padre parecía bastante real. Y como no se podía confiar tan fácilmente también averiguó en el ayuntamiento de paris si su madrastra se había hecho presente. Los encargados fingieron demencia ante el cuestionamiento sobre la presencia de Madame Marie Anne, pero cedieron ante unos "pequeños incentivos".

Si esto era una encrucijada estaba muy bien hecha, y si era verdad tenía casi toda la pinta. Entonces, después de varios días de averiguaciones y de meditarlo. Ya tenía la respuesta clara.

...

Con su saco puesto y sus zapatos calzados se dispuso a subir las escaleras de la plataforma , hoy no era un día peculiar, casi como cualquier otro. Pero con la diferencia de la ausencia de alguien. Un sentimiento incómodo carcomía su pecho aún más de lo habitual. Pareciera el colmo de un verdugo, que dedicándose casi todos los días a enviar a las personas al otro mundo se sintiera específicamente mal por una muerte. Pero no se puede olvidar fácilmente a las personas que te aceptan aún siendo un ser aborrecido por la sociedad. Tal vez él se encontró un poco a si mismo en su persona. Tal vez solo ambos comprendían el sufrir del otro. Tal vez por eso lo consideraba un hermano, sonaba un poco injusto ya que jamás llegó a apreciar a sus propias hermanas de sangre de la misma forma, pero ellas tenían un puesto diferente al suyo. Su labor era otra.

Pero el hubiera no existe, aunque repitiera esa palabra un millón de veces, las cosas no cambiarían. Lo único que podía hacer ahora era vengar a su hermano para poder limpiar su honor.

Subiendo el último escalón dejó su mente en blanco, la mirada de los parisinos se dirigía completamente si, aveces juzgándole o  aveces alabándole. Lo que nunca cambiaba era la exaltación en sus rostros cada vez que cortaba una cabeza o machacaba brazos y piernas. En un pueblo donde no era raro ver gente muerta de inanición en las calles, no era despiadado disfrutar de ver la tortura y asesinato de los criminales, aunque solo hubieran robado un pedazo de pan. Pero los pobres que gritaban de emoción viendo sus asesinatos no eran los únicos salvajes. Los aristócratas aunque fueran privados de la horrible desdicha de vivir entre la hambruna y el salvajismo, en su mayoría carecían de la empatía y la sensibilidad que supuestamente los diferenciaba de las clases más bajas o las razas "inferiores".

Los "menos salvajes" eran los que dictaban las órdenes de asesinato. Y favorecían las hambrunas del pueblo que los guiaba a cometer crímenes en busca de supervivencia temporal.

Ocho sacrificios el día de hoy, y al día siguiente debía ir a Versalles para cumplir sus labores allí también. Ya llevaba más de un año ejerciendo las labores que le enseñó su padre y aún así, no podía evitar desplomarse en el suelo de su habitación al llegar a casa. Orando frente a la cruz y suplicando que las almas de los difuntos fuesen a un lugar mejor, como si sus plegarias fueran a ser escuchadas por alguien. Pero prefería pensar que tal vez hubiese un cielo verdadero, donde esas almas no fuesen condenadas injustamente.

En una ocasión le preguntó al sacerdote, por qué existían los verdugos ¿Acaso Dios no los castigaría por semejante desobediencia ante sus mandamientos? ¿No era acaso un pecado lo que estaban cometiendo? y aún así la corona ordenaba ejecuciones como si estuviera matando moscas.- "Solo Dios puede juzgarte, y solo él sabe realmente quién eres"- ya han pasado años desde esa frase, y jamás pudo saber qué significaba. Ahora solo recordaba los últimos momentos del padre Grisel, con su cuerpo y su cara llena de ronchas, pero aún así podía distinguir su mirada amable. Él fue el que considero su padre aún más que el de sangre. Tal vez sus palabras amables fueran por lástima, o tal vez sus palabras amables las decía obligadamente, tal vez detrás de esa mirada amable había una de desprecio, pero tal vez, todo eso que el le demostró haya sido como yo lo percibió. Y aunque él no se considerara su padre, lo consideró uno.

Pocas muertes no le han sacudido el corazón, pero a la hora de enfrentarse a un aristócrata, sosteniendo su espada en la plataforma de ejecución jamás le ha temblado el pulso. Sabe que una de esas ocasiones se repetirá en poco tiempo, porque ahora, a sus 17 años. Acostada en su habitación. Por fin tiene la certeza de que de cientos de muertes, podrá hacer justicia al menos por una.

...

Me encantó narrar todo haciéndoles dudar de quién era jajaja ¿Adivinaron?
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Scene53 off

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⏰ Última actualización: Oct 08 ⏰

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Blood Tears - SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora