ᵖ ⁱˢ ᶠᵒʳ ᵗʰᵉ ᵖᵃⁱⁿᶠᵘˡ ʷᵃʸ

109 13 7
                                    

—. Shhh .–

—. ¡Pero solo quiero saber tu color favorito! .– susurro el pirata mientras cubría el rostro con un libro de cuentos infantiles, tratando de acortar la distancia entre ambos en la extensa mesa.

Tal vez debió pensar en que lo que realmente significaba una cita en la biblioteca.

Su personalidad extrovertida y mimosa no le era de ayuda en estos momentos, realmente solo quería tomarlo de la mano y corretear entre los pasillos vacíos del local.
Capaz y hasta podrían hacer una torre de libros como Jenga.

Pero no, su acompañante tenía otra idea completamente diferente de una cita. Según Nine, solo iba a tener que soportarlo un par de horas hasta que cierre el lugar y luego se despediría para siempre de ese molesto problema llamado Sails.

Pero el no se lo dejaba fácil.

Llevaba al menos media hora susurrándole preguntas típicas de una conversación regular de pareja. No le incomodaba, pero si le fastidiaba que no lo deje concentrarse en su lectura.

Consideraba al otro zorro algo, intenso. Pero ciertamente tierno.

Trajo un libro de la sección de cuentos infantiles porque no sabía ni donde estaba parado, jamás había pisado una biblioteca, todos los libros que poseía los había encontrado en otras embarcaciones abandonadas o encalladas en la costa. No había tenido tanto conocimiento a su disposición de tan fácilmente.

Así que entro en pánico y tomo lo primero que vió. Un libro ilustrado de Peter Pan.

En cambio, el vulpino de tonos más oscuros, tenía varias lecturas seleccionadas previamente, estaba en la décimo octava edición de “Razones por las que la ingenieria aeroespacial y física cuántica son mejores amigos” , un libro del porte de una enciclopedia y que tal vez solo Nine y el bibliotecario sabían de su existencia.

El silencio sepulcral en la gran sala era roto por los murmullos del joven enamorado que rogaba por volver a oír la voz del mayor.

Cada vez que no obtenía respuesta, acercaba más su silla, pensó que tal vez su acompañante no lo escuchaba bien por la distancia. Así que movía su asiento raspandolo contra en suelo unos centímetros de poco en poco. Creía que estaba siendo discreto al cubrir su cara con el librito en sus manos.

—. ¿Te gusta el helado? ¿Puedo saber cuál es tu favorito? E-el mío es el de menta con coco rayado encima .– se acercó aún más, ahora estaba prácticamente rozando su hombro.

Nine se mantenía en silencio, pero perfectamente escuchaba al otro, prácticamente estaba encima de suyo.

Se sentía como un mártir, no le basto a la vida hacerlo pagar por sus crímenes con el peso de la ley, si no que también le mando a un zorro con vibras de labrador para que no le deje un segundo de paz.

Aún le era un misterio el saber porque accedió a esta cita.

Creyó que lo hacía por lastima o por insistencia. Pero simplemente acepto sin pensar ¿le había agarrado confianza a ese chico que probablemente lo acosaba?

Simplemente esa tarde al verlo tan nervioso y con esa mirada de idiota enamorado, lo sorprendió.

Algo esa tarde le ablando el corazón.

𝙋.𝙐.𝙉.𝙆. 𝘽𝙤𝙮 ,, ˢᵃⁱˡⁱⁿᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora