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Cuando despertó lo primero que hizo fue revisar la aplicación para saber si él había respondido a su mensaje.

Era irónico porque no tenía ningún mensaje enviado, claro estaba, pero estaba haciendo lo posible por mantener una "conversación" que no sólo fuera unilateral y poco colaborativa de su parte, pero Cell solía ser receptivo y aceptaba o respondía a sus indirectas usualmente.

Esta vez se desilusionó cuando no vio su respuesta o algo diferente y suspiró por creer que no se lo había tomado muy bien.

Quizá fue demasiado cursi, quizá no era de su gusto o le dio vergüenza ajena por la canción que era tan famosa en sus años de juventud. Se recostó en sus mullidas almohadas y reprodujo la canción a través de su navegador con anuncios que no se permitiría pagar hasta recuperar su cuenta.

Suspiró apenas empezó la melodiosa voz y se imaginó cómo podría ser en la realidad, cómo sería su rostro, su cabello, sus ojos azules, ¿serían tan claros como el cielo? ¿Se combinarían con el color verde? ¿Serían azules como los ojos que naturalmente había visto antes?

Siempre le gustaba imaginarse al receptor; su estilo de vestir, su voz, su sonrisa... Todo lo que pudiera mientras no tenía ni idea de lo que le esperaba, o el tipo de persona que podría estar detrás de la pantalla.

Cerró los párpados y siguió imaginándoselo.

Count on me – Bruno Mars.

"Si alguna vez te encuentras en medio del mar, voy a navegar por el mundo para encontrarte. Si alguna vez te encuentras perdido en la oscuridad y no puedes ver, voy a ser la luz que te guiará.
Sabremos de lo que estamos hechos cuando seamos llamados a ayudar a nuestros amigos en necesidad.

Tú puedes contar conmigo "uno, dos, tres" y voy a estar allí."

Era tonto, quizá, pero si algo tenía Roier en la sangre era siempre intentar ser un buen amigo para todo aquel que lo necesitaba, porque él sabía de primera mano lo que era sentirse solo y perdido, y su sonrisa enorme a veces no demostraba exactamente lo que sentía, siendo vulnerable la mitad de las veces.

"Y sé que cuando lo necesite puedo contar contigo "cuatro, tres, dos" y tú estarás allí porque eso es lo que se supone que hacen los amigos.

Si estás dando vueltas en la cama, y simplemente no puedes conciliar el sueño, voy a cantar una canción a tu lado, y si alguna vez olvidas lo mucho que significas para mí todos los días te lo recordaré.
Oh, sabremos de lo que estamos hechos cuando seamos llamados a ayudar a nuestros amigos en necesidad."

Puede que no fuera algo mutuo, pero después de lo tonto que sonaba que el destino los haya juntado de formas tan interesantes sólo por una cuenta mal vinculada, entonces debía creer un poco más en las oportunidades y en las ganas de tener un nuevo amigo, porque se sentía jodidamente solo y esto lo había ayudado a ser más libre.


"Siempre tendrás mi hombro cuando quieras llorar, yo nunca te dejaré ir, nunca digas "adiós". Tú puedes contar conmigo "uno, dos, tres" y voy a estar allí.
Y sé que cuando lo necesite puedo contar contigo "cuatro, tres, dos" y tú estarás allí.
Porque eso es lo que los amigos se supone que hacen."

Quizá la letra era un reflejo de lo que le gustaría escuchar de alguien alguna vez.

Porque tenía amigos, y sabía que lo ayudarían en situaciones lejos de su control, pero honestamente no era tan genuino como lo deseaba, solían ser muy desconectados de todo, solían priorizar cosas banales antes de sentarse a reflexionar sobre sus vidas.

Melómano. / Guapoduo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora