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Para ser un chico, Roier fácilmente podía ser uno de los más tontos.

Nadie le explicó que una de las razones por las que no debía pensar en enamorarse de alguien que no conoce es, precisamente, que no puedes enamorarte de alguien que no conoces.

No estaba enamorado, pero sí tenía sentimientos intensos por una persona que jamás ha conocido, ni tiene noción de cómo es, ni de dónde viene, ni de cuáles son sus intereses.

Pero para el amor, y las malas decisiones, Roier siempre fue el primero en hacer estupideces que lo comprometían de más y nunca encontraba la salida para los problemas que él mismo provocaba.

Esta vez estaba tumbado entre las sábanas arrugadas escuchando las canciones que Cell le había dejado a lo largo del día. Suspiró cansado porque sus exámenes lo habían hecho mierda y sólo quería dormir.

Se había olvidado de dejar canciones a la lista y se lamentó por no poder acompañarlo en todo el día.

Ya habían hecho un avance, algunas canciones contenían frases o palabras cariñosas que se escondían entre líneas, y cientos de veces le había sonreído como un tonto al móvil al descubrirlas.

Pero en este momento donde su alma estaba fuera de su cuerpo por la cantidad de información que vio en clases, lo único que deseaba era cerrar los párpados y dejarse arrullar hasta perder el conocimiento.

Miró una última vez la aplicación y una nueva canción apareció en ella, sacándole una sonrisita antes de reproducirla, acomodándose para arrullarse entre las primeras notas, y se quedó dormido antes de siquiera comprender que la letra estaba en japonés.

Sweet dreams – Vamps.

"Qué hermoso... Nunca había visto ese lugar.

Cuando el viaje termina, quiero ir hacia ti.

Voy hacia la siguiente ciudad, y estoy lejos antes de darme cuenta, con un sonido intenso. Voy a llenar el vacío del corazón.

¡Buenas noches! Siempre pienso en ti, aunque esté lejos.
¿Has estado bien hoy? Ya que seguro que habrá mañanas estupendas. 

Que tengas dulces sueños."

Se acomodó entre sueños, frunciendo el ceño cuando tuvo pequeñas manchas de luz que le daban detalles inexactos, ideas inconexas que formaban a una persona que nunca conoció. Una sonrisa cansada, una mano grande y fuerte, un aroma que creyó reconocer.

Llegando al periodo de "lucidez" donde crees que has dejado de soñar y simplemente estás viviendo algo, que todo lo que te rodea es la realidad y que puedes sentir a quien tanto quieres alcanzar.

"Muchos días como éste han pasado, aunque estemos separados, te siento.
Cuando me quedo solo, pienso en hablar contigo.

Me pregunto si ya te habrás dormido."

Roier se removió, teniendo una pesadilla donde todo salía mal, donde no podía tomar su mano y saber si todo podía funcionar como estaba esperando que pasara. ¿Acaso algo bueno podría salir de todo aquello? ¿Acaso él también podría ver que había algo innegable entre los dos?

O quizá era el único que estaba sobre pensando en todo, el único que se estaba haciendo falsas ilusiones con alguien que quizá sólo quería una amistad, sin tener que meter los sentimientos.

¿No se supone que así funciona?

Puedes tener un amigo y no enamorarte de él, puedes simplemente estimarlo y ver por él, sin que ningún otro sentimiento saliera a flote.

Melómano. / Guapoduo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora