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Miguel solo abrazo más fuerte a Jorge, no lo iba a dejar solo en ese momento. Quería preguntarle que le había dicho a Claudio, pero pensó que tal vez era mala idea preguntar.

Mg:-Tranquilo... Tal vez a Claudio se le pase.-

Jg:-No, no se le va a pasar.-

Mg:-Entonces pídele perdón o... Dile que no lo dijiste enserio.-

Jg:-¿Y quieres que le diga "Perdón por decirte que eres demasiado fácil"?-

Mg:-Me estai wueando que le dijiste eso al Claudio.-

Jorge no respondió y solo se tapo la cara con las manos, hizo un leve asentamiento con la cabeza, el cuál Miguel comprendió al instante.

Mg:-Intenta arreglar tus cosas con el ¿Si? En una semana se casa y somos sus padrinos.-

Jg:-Lo sé... Hablare con el cuando lleguemos a la casa.-

Mg:-Ya... ¿Quieres ir donde están los demás o quedarte acá un rato más?-

Jg:-Un rato más.-

Miguel asintio. Se quedaron unos minutos más, sin hablar, solo en un abrazo, un abrazo que para Jorge era lo mejor del mundo, en ese momento.

Miguel, que tenía un reloj, miro la hora, eran las 3:37 de la tarde. La hora se les había pasado volando. El mas alto movió a Jorge, el cuál se había dormido por haber llorado tanto.

Jorge abrió los ojos lentamente y miro a Miguel mientras se pasaba las manos por la cara y se trataba de levantar.

Miguel lo ayudo a levantarse, se limpiaron la ropa, que estaba con mucha tierra.

El mas alto puso una mano en el hombro de Jorge e hizo que este dejara de caminar y lo mirara.

Mg:-¿Seguro que estai' bien?-dijo, en un tono muy preocupado por su amigo.-

Jg:-Si. No te preocupi' tanto.- respondió seco.-

Caminaron fuera del callejón, fueron hasta donde estaban los demás. Jorge lo primero que hizo fue ir donde su madre, para el ahora ella era su lugar seguro.

Miguel fue con Claudio, el cuál pareciera que estaba muy bien, como si nada malo hubiera pasado.

Cl:-¿Dónde estaban? Los estábamos esperando para el almuerzo.-pregunto, mientras se movía un poco para darle espacios a Miguel.-

Mg:-Nos quedamos un rato en el callejón.-se sentó al lado de Claudio y se quedó viendo el mar.-

Claudio asintio con la cabeza mientras veía dónde estaba Jorge, el cuál estaba ayudando a su mamá con lo último del almuerzo, se veía muy feliz al lado de su madre.

Después se concentro en el mar, pero después de unos minutos se aburrió y se levantó. Busco en la bolsa que habían traído, la que tenía una pelota y algo de ropa de cambió. Saco la pelota e invito a jugar a Miguel, el cuál acepto.

Se pusieron a jugar, mientras Jorge no quitaba la mirada de Claudio, le seguía cada paso que daba, cada que se arreglaba el pelo o se burlava de Miguel.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió la mano de su mamá en su hombro. El almuerzo estaba listo y tenía que arreglar donde iban a comer.

MmaJ:-¡Claudio, Miguel, vengan a comer!-los nombrados hicieron una carrera, en la que ganó Miguel.-

Jorge estaba arreglando dónde iban a comer, el cuál era un mesón de los muchos que habían en la sona de camping en la playa.

Sintió como llegaba alguien, pensó que era Miguel, pero en cuanto se dió vuelta vio que era Claudio, que traía unos platos.

No cruzaron palabras en todo el tiempo que estuvieron arreglando la mesa, pero si miradas y muchas veces, o simples roces de manos. La tensión estaba en el aire. Jorge se quería disculpar con Claudio, pero no sabía cómo hacerlo, no quería cagarla, no de nuevo.

Una vez que todos estaban en la mesa, de vez en cuando se hablaban entre ellos, peor había cierta tensión en la atmósfera, que Miguel decidió romper.

Mg:-Le quedó muy rica la comida, tía.-

MmaJ:-Muchas gracias, hijito, la hice con arto amor, junto a Claudia, por supuesto, ella me ayudó mucho.

Cla:-No es para tanto, tía, solo ayude porque me gusta hacerlo.

Siguieron comiendo. Después, todos estaban satisfechos, así que reposaron, para que no les diera algún calambre. Jorge no paraba de ver a Claudio, mientras que el monero no lo volteaba a ver, ni por equivocacion.

Estaba frustrado, se revolvió el cabello. Se levantó de la silla, sin decir nada se fue a la playa, tratando de que nadie lo viera llorar, de nuevo. Está en la arena, sentado jugando con esta mientras trata de no llorar por la frustración.

Siente una mano es su hombro, se gira lentamente y encuentra a Claudio sonriedole. Le devuelve la sonrisa, el menor se sienta al lado de el, no dicen nada, pero se miran, transmitiendo todo el amor que se tienen.
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Llegaron a sus casas en la noche, Jorge planeaba irse por fin de la casa de Miguel, pero por ser de madrugada, era muy peligroso salir, así que decidió quedarse una última noche, los tres.

Mientras estaban ahí, hablaron y rieron, recordando cuando iban al liceo y las aventuras que tenían. Cuando fue más tarde, se fueron a acostar, Miguel deseándole las buenas noches y viceversa.

Cuando entro en su pieza, encontró al Claudio dormido, tapado hasta el cuello, se veía calentito. Se acerco sigilosamente a el, acostándose al lado suyo y abrazándolo, hundiendo su nariz en el pelo del moreno.

Jg:-Perdoname, canario.-

Claramente el moreno no lo había escuchado por estar durmiendo, pero sonrió, acurrucándose más contra el mayor, que estaba más que agusto de a ver podido pedirle perdón al amor de su vida.

De su corta y amarga vida. Lo único que le quedaba para vivir era Claudio, sin el, no estaría ahí.

Lastima que no todo es feliz, y su vida se estaba por  acabar, lamentablemente. Los cuentos de amor no siempre terminan con un final feliz, este es otro tipo de historia de amor, un amor imposible. Les quedaba una semana para ser felices, suficiente tiempo para amarse, ¿Verdad?
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Ya casi termina jijiji

Pedio mil, mil disculpas por no subir nada desde febrero, pero voy a tratar de escribir más.

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⏰ Última actualización: Sep 16 ⏰

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