Heimdall

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Desde que eh sido pequeño fui mas dotado que las demás personas, la capacidad de poder ver y oír mejor te hace superior a los demás, pero también te aleja de los demás. Ver u oír cosas que no debes, a veces...todo eso cansa y deseas simplemente no poder hacerlo...eso era lo que pensaba cuando era niño, ahora puedo usar mejor mis habilidades para el bien de los demás.

Prepararme para ello ha sido tedioso y agotador, pero sobre todo solitario al ser mas dotado que los demás te aleja de alguna manera, pero cuando tienes tus convicciones firmes puedes dejar eso de lado, el ser admirado, el ser respetado...pero eso cambio por una mirada curiosa.

Todo comenzó en un entrenamiento rutinario, todo era igual que siempre, pero había alguien ahí que no conocía, un niño de ojos esmeraldas que no dejo de verme y observarme hasta que me fui. Supe mas tarde que era hijo de Odín, el menor de entre los hermanos, tuvo un accidente mientras montaba a caballo y debido a ello había perdido la memoria, después de mucho tiempo estaba saliendo y retomando sus actividades, debía ser por ello que tenía curiosidad de mí.

Al principio trate de ignorarlo, pero el no se esforzaba por ocultar su mirada de mi persona, lo hacia con toda la descarades del mundo. Con el tiempo me di cuenta de que no me observa, él me estudiaba, estudiaba mis movimientos y posiciones como tratando de memorizarlos, creí que era una suposición mía así que empecé a observarlo yo también. Un día se me acerco a hablar, pero no estuvo muy interesado en ello así que lo ignoraba, pero en algún momento empecé a escucharlo y a participar de sus conversaciones vagas que con el tiempo tomaron profundidad, a veces solo se acercaba a mí y no decía nada, pero al contrario de ser incomodo era reconfortante, me veía como aun igual sin prejuicios.

Imaginaba que era un niño sociable con todos, debería tener muchos amigos y yo me preguntaba porque perdía su tiempo conmigo. Lo descubrí años mas tarde mientras era llamado por Odín, lo vi caminando solo, había pasado de ser un niño y estaba creciendo para ser un joven, estaba solo sin nadie alrededor decidí seguirlo hasta una biblioteca pensé que se reuniría con alguien, pero no fue así, tomo muchos libros y empezó a leerlos, estaba en total silencio, no esperaba a nadie. Al salir de ahí pregunté a una doncella si el príncipe Loki solía leer solo y me dijo que el siempre estaba solo, las únicas personas con las que hablaba era su madre y con sus profesores cuando tenía preguntas, pero no había mas personas con las que él socializara. Fue en ese momento donde me percaté que a pesar de ser un príncipe no aprovechaba su titulo para tener amistades, no era caprichoso, a pesar de ser conocido nadie se le acercaba como si creara un muro entre él y los demás, incluso para su hermano que hasta el momento no los había visto juntos. Pero el me había elegido a mi a un sin saber quién era y quería saber el porque así que acepte su interés por mi para saberlo.

Los años fueron pasando y ya me había convertido en un adulto en toda la palabra y debía asumir cargos pero él no, el seguía igual me hablaba pero no me contaba de él, me invitaba a pasear para charlar de muchas cosas, no era aburrido estar con él sino intrigante, y a pesar de haber crecido y cambiado su apariencia seguía siendo igual, había mejorado en el ámbito de la espada y me había retado aun sabiendo que podría ganarle pero eso no creo resentimiento en él sino ansias de superación, este niño no, este joven estaba creciendo sin que nadie lo notará.

Me dieron el titulo de guardián de bifrost, una misión digna de mis habilidades podía usar mis dones para proteger Asgard y a todos los que ahí habitaban, así lo jure. La celebración fue grandiosa digna de Asgard, él estuvo ahí para felicitarme, pero se fue antes que todos como si estar rodeado de tantas personas le fuera abrumador. Había notado que su relación con su hermano no era buena ni tampoco mala, era como si fueran dos desconocidos, pero a pesar de eso él no perdía el tiempo de gastarle una broma y yo no impedía eso, a pesar de reprochárselo con la mirada me alegraba que se divirtiera, aunque fuera a costa de otra persona.

Era hoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora