❝8-. Defiendete.

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Parpadeó repetidas veces y suspiró.

Era domingo, pero ahora que no trabajaba no tenía nada que hacer.

Suspiro y agarro su teléfono, entrando a sus mensajes vió que su padre le deseaba bonito domingo y que tenía más de dos mil mensajes del grupo en el que lo metieron por el trabajo.

Suspiro al ver sus chats, pues realmente no hablaba con nadie y tenía agregadas como a quince personas. Tenía a sus ex compañeros de trabajo, a su compañero de salón Shikamaru, sus padres, Shizune, el número de un oficial en casos de emergencia y a Obito-senpai.

Entonces de reojo vio que su nombre aparecía en el grupo llamado «Akatsuki» y entró, solo para ver cómo le deseaban los buenos días.

Kakashi soltó un suspiro tembloroso y cuando apagó el teléfono este le vibró, lo prendió para encontrar un mensaje de cierto alfa.

«Hola Kakashi»
«Buenos días»
«Quería pedirte perdón por la manera en la que me exalte el viernes»
«Es solo que»
«Bueno, me preocupa que estés en peligro»
«Espero que tengas bonito día»
«Nos vemos mañana en la escuela»

El omega sonrió con nerviosismo y sintió que se le ponían rojas las mejillas.

Soltó un chillido y se ocultó debajo de la sabana, como intentando ocultar su rostro rojo, aunque no tenía mucho sentido, pues nadie lo veía.

Suspiro y se sentó en la cama, mirando a su perro, el cual lo miraba con la cabeza inclinada a un lado.

—No estoy avergonzado ¿De acuerdo? — el animal solo le ladro.

El día de Kakashi continuo normal, se hizo de desayunar, aunque no le gustó como quedó y terminó dandoselo al perro y pidiendo una pizza para el; aprovecho para limpiar la casa, bañar a Faraón, hacer un poco de tarea y cuando se dió cuenta ya eran las ocho de la noche, así que se bañó y se acomodo en la cama con su laptop en las piernas para poder ver una serie.

Un par de horas después había terminado la serie, aunque se encontraba llorando como un niño pequeño por el final.

Cerró el aparato y se acostó, pensando triste en el final que sentía incompleto. Su perro se subió a la cama y lo consoló, Kakashi se quedó dormido minutos después.

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Era un lunes demasiado temprano, bostezaba en el tren, agarrado de un tubo se meneaba entre la gente.

Casi se cae cuando el tren se detuvo, pero logró agarrarse con fuerza.

Entonces escuchó su parada y rápidamente salió entre empujones.

Caminó por las calles del centro, pasó por una colonia y finalmente vio a lo lejos la universidad.

Suspiro y se quejó en voz baja, pensando en cuándo fue que tomó la pésima decisión de estudiar.

Entonces a lo lejos vio como Obito entraba a la universidad y con un brillo en los ojos cruzó la calle dando saltos.

—¡Obito-senpai! — llamó en un grito de felicidad.

El hombre se detuvo y se volteó, aunque perdió el aliento cuando fue tacleado por el abdomen por una mancha plata y pequeña.

—¿Kakashi? — preguntó casi sin aliento, pues el muchacho lo abrazaba con fuerza.

—¿Si? — levantó la cabeza, recargando el mentón en el pecho del azabache.

—.. hola — con un sonrojo en las mejillas saludo al menor, quien sonrió y saludó de vuelta —. ¿Qué te toca ahora?

❝Aprendiendo como ser un omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora