Nahuel era su beta, su mano derecha en todo pero no sabía de ella y aunque quisiera no podía matarlo.
Cuando aullaba sentía los pasos humanos de su hermano, con la humana en brazos y ahora sí quería matarlo.
Entró a la cabaña del alfa y la dejó suavemente sobre la cama.
Nahuel sabía perfectamente que iba a ser castigado, lo aceptaba porque cualquiera que lastimara a su luna debería morir, aún si su luna fuera una humana, ellos jamás podrían tocar y era la muerte jurada en su ley.
Se volvió un lobo y se inclinó.
"No sabía que la humana era tu luna, pensé que era una cazadora"
El alfa empujó y rasguño al beta como reprimenda.
"Ninguno, nadie puede tocar a la humana" "Es mía"
"No puedes, es una humana" gritó, Inti.
"Ha pasado antes, el espíritu Annia lo hace" dijo Zulia.
"Esta idiota nunca habla y ahora se le ocurre" gritó, Inti.
"Cierra la boca, Inti" gritó, el alfa.
"Quien toque a la humana debe ser exiliado" dijo Nahuel, con tristeza.
"No" gritaron todos al unísono.
"El próximo que toque a la humana, lo mataré" contestó el Alfa.
Todos agacharon la cabeza obedeciendo.
"Zulia"
Ella se trasformó de una loba débil a una hermosa humana, tomó su ropa y entro a la cabaña.
Kaira tenía el cuerpo ensangrentado, su frente estaba sangrando nuevamente y su ropa estaba rota.
Tomó mucho tiempo para limpiarla y curarla.
"Es una mala herida, espero estés bien, Kaira" pensó.
— ¿Es grave?— su alfa, abrió con fuerza la puerta.
—Sí, debemos ir a la ciudad a comprar más o... nada— silenció sus pensamientos.
—Zulia— dijo con seriedad.
— Hay unas hierbas bañadas con la luna pero eso hará su lazo más fuerte y si ella por desgracia lo rechaza, eso lo matará— dijo jugando con sus manos con nerviosismo.
— ¿Crees que me rechazara?— preguntó dudoso.
—Ella no entiende nuestro mundo, quienes somos y como son nuestras reglas— se dio la vuelta y lo miró a los ojos— Ella va a estar muy asustada cuando despierte, si le pongo las hierbas, se va a ir y eso lo va a matar.
—No importa mi dolor, solo quiero que ella sane, hazlo— apretó sus nudillos con dureza.
Ella salió de la cabaña y preparó sus hierbas.
Él se sentó en la cama y tocó su mano.
Su dolor era imposible de soportar, su olor era cada vez más fuerte y sus corazones iban en compás. No le importaba si cuando se fuera le hiciera daño, solo quería que este bien y sana.
Veía su cuerpo voluptuoso, sus caderas anchas, era muy diferente a las lobas que conocía o a las humanas con las que estaba y eso le gustaba. Su cabello negro y lacio estaba desparramado.
Antes de que Zulia ingresara a la habitación, Tahiel le dio un beso en las manos a Kaira y se despidió.
Abrió la puerta con una tristeza inmensa, le sonrió a su alfa y comenzó a vendarla con hierbas y luz de luna.
—Debes irte, no lo soportaras, querrás estar acá cuando despierte, las hierbas son efectivas pero dolorosas y es posible que ella se asuste— tragó saliva.
—Tranquila, lo sé— se sentó a su lado y la tomó de la mano.
Era la primera vez que su alfa le decía que se quede tranquila, estaba shockeada y movilizada a la vez. Sabía que esto le iba a doler más a él que a ella, así que apenas cerró las vendas, Kaira despertó gritando y sobresaltada.
Las hierbas bañadas con luz de luna llena eran efectivas al curar lycan en cuestión de segundo y no dolía. Tenía conocimiento que a los humanos les dolía intensamente por unas horas y que también los dejaba como si nada les hubiere pasado. Si los lycans solteros no habían oficializado su lazo, esto lo hacía más fuerte y la conexión se volvía inmediata. La luna llena era exclusivo de uniones de lunas o parejas, junto a la mordida. Sí, uno de los dos rechazaba al otro podía sufrir intensamente o morir.
—Sostén sus manos, va a querer sacar sus vendas— dijo sosteniendo sus pies.
— ¿Por qué me duele todo? Arde, duele — comenzó a llorar.
Sentía como si su piel se estirara tanto que se la estuvieran arrancando, tenían sus manos y pies para que no se moviese.
—Esto te va a sanar, lo prometo— contestó él y ella se volvió a asustar.
— Te vi...Tahiel, te volviste una bestia, gigante y parecida a un lobo— gritó asustada.
— Es mi forma de lobo— dijo sin tapujos.
Zulia lo quedó viendo impactada, no era el momento adecuado y menos decirlo así como si nada.
Todo tenía su motivo.
Él esperaba que ella lo rechazara y poder seguir con su vida.
— ¿Forma de lobo? ¿Que son ustedes? ¡Suéltenme! ¿Me quien matar?— comenzó a forcejear.
—Te vas a lastimar, no tienes la fuerza, eres una humana— dijo tomando con fuerza sus brazos.
— ¡Ándate a la mierda! ¡Suéltenme!— intentó morderlo.
—Tahiel, son las hierbas tranquilo— dijo Zulia preocupada.
—Necesito que me escuches, te duele porque te están curando, son hierbas naturales para que sanes más rápido— dijo acercándose a su rostro— nadie quiere hacerte daño, nadie quiere obligarte a hacer nada y te pedimos disculpas si haz sufrido muchas heridas. Nuestra intención es cuidarte.
— ¿Por qué?—dijo intentando sacárselo de encima.
No podía realmente no podía, ellos tenían mucha fuerza incluso Zulia que parecía tan delgada y débil.
— No espero que lo entiendas pero tenemos un vínculo, es algo de lobos— quiso explicar.
— Kaira, es como amor de humanos pero en nosotros es más profundo— Dijo Zulia desesperada.
No podía creer que su alfa fuera tan imprudente.
— ¿Por qué yo?— preguntó llorando por el dolor físico y la confusión mental.
—Solo los espíritus saben— intentó calmarla Zulia.
Poco a poco su dolor fue calmando, se sentía amalgamada a la situación, miraba a los ojos a Tahiel y no lo entendía.
Esto no era real, ella seguramente estaba durmiendo y despertaría pronto.
—Esto no es una obligación cuando sanes puedes irte, todo está bien pero primero debes sanar— dijo con calma y una sonrisa.
— Está bien ¿puedo regresar a mi casa?— intentó tranquilizarse.
—Sí— la miró a los ojos— Cuando sanes, puedes irte.
Su mente se apaciguó poco a poco, sus heridas sanaron como si nada en cuestión de una hora, eso era porque el lazo entre lobo y humano era indestructible.
Quisiera o no una parte humana de ella estaría unida con él para siempre, los espíritus habían bendecido esa unión desde el comienzo de los tiempos, la diosa luna no se había podido negar, ambos destinados a estar el uno con el otro y así sellar el deseo de los dioses.
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Lazos destinados [#1 ] Saga Hombres lobo.
LobisomemLos lazos con los humanos rara vez se dan con los lycan pero la diosa Annia tenía otros planes. Kaira Fénix estaba saliendo de un tortuoso divorcio cuando se mudó al sur del país, un lugar frío y muy lejos de su hogar. En cambio, Tahiel Yamanik tien...