Antes y Después

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—Directo al blanco! — grito cuando consigo apuntar y dar al centro.

—Eres mi mejor alumno— dice Soobin con una sonrisa, me abraza cariñosamente y por primera vez se siente increíble.

—Tú me lo enseñaste— le digo, nos separamos un poco y él se va a revisar donde dio la bala— ¿está bien?

—Perfecto— dice volviendo.

Mi pierna terminó de sanarse, me siento bien por ello aunque de vez en cuando digo que me duele un poco para que Soobin me ayude, somos mas cercanos aunque Sandra también habla mucho con Soobin, yo no lo hago, ella no me agrada del todo y de vez en cuando me las arreglo para llevarme a Soobin solo para mí porque así es mejor.

Pero hoy, hoy Soobin me lleva a ver mi casa de nuevo, cuando estábamos casi por dormir hace unos días él me preguntó donde vivía, se lo dije y en la mañana no estaba, me preocupé como loco pero cuando llegó dijo que tenía una sorpresa, hoy es el día y no sé que sea pero me da nostalgia volver a ese lugar.

—Nos vamos— dice cuando termino de vaciar el cargador del arma, asiento y volvemos a la casa de nuevo.

Sandra ha salido, no ha dicho donde pero creo que traerá comida porque planea llegar a un lugar parecido a un almacén, me coloco un abrigo y salimos de la casa.

Afuera es silencioso, la casa queda un poco lejos del centro de la ciudad o lo que era la ciudad, ahora hay nieve en todos lados, hace frío ya que el invierno será cruel este año, los restos de los autos están allí, casas hechas pedazos, un edificio de apartamentos del que solo quedó en pie el primer piso pero está cubierto de escombros.

Soobin toma mi mano, dejo que lo haga porque quizá sea más seguro así, como siempre llevo un arma en un bolso vacío, puede que consigamos provisiones antes de volver o eso es lo que espero porque la comida empieza a faltar en casa.

Las calles son abiertas, logro ver personas llevar cosas, un duo peleando mientras los niños lloran, una mujer ruega por comida cerca de allí, mis ojos lo ven y yo no lo creo del todo, ella era la madre de los Park.

Llegamos a mi casa, sigue igual pero ahora está cubierta de nieve, en el jardín veo tres cuerpos, me acerco lentamente solo para contemplar que son quienes mataron a mi familia, el que llevaba el machete con este incrustado en su pecho, el que cargaba el arma con un disparo en la frente y el tercero ni siquiera lo puedo reconocer del todo de no ser por su tamaño.

Soobin me ve, suelto un poco de aire tratando de controlar el shock pero parece imposible, lo veo y no puedo decir nada, Soobin espera, volteo hacia él y mi garganta tiene un nudo, mi lengua no puede moverse.

Tomo aire, veo hacia otro sitio, me alejo un poco tratando de controlarme, reviso sus cuerpos una vez, veo una bala en su bolsa, luego me doy cuenta de que esas balas son del arma de Soobin.

—Por qué? — logro decir, Soobin está apacible, tan tranquilo que me aterra.

—No te gusta?.

—¡Estás loco! ¿por qué los...

En algún momento deseé su muerte, claro que lo hice, pero verlos, allí, tal como hicieron con mi familia, ver que son personas más allá de ser crueles, pensar que quizá eran como yo y solo buscaban sobrevivir, quizá lo merecieran pero pensar que Soobin pudo hacerlo, que sonreía cada día como si nada, que incluso llegó y me abrazó como si nada en todos estos días.

Me asusta, me asusta pensar que él sea así, me duele pensar que han seguido la línea de vida, pensar que murieron sin oportunidad de pedir perdón, que si los hubiera vuelto a ver pudo haber hablado con ellos, que alguna vez los vi cuando nada de esto ocurría, son demasiadas cosas y yo no puedo dejar de escucharlas en mi mente.

what we could beDonde viven las historias. Descúbrelo ahora