Frontera entre el pasado y el futuro

10 4 0
                                    

La noche fue silenciosa, se escuchaban los bombardeos a lo lejos, luces iluminaban la parte mas lejana del pueblo, podría ver los incendios a kilómetros, me preguntaba en que momento fue que llegamos a esto pero ya era tarde para pensar en eso, los aviones pasaban volando y dejando sus cargas que caían sobre las ciudades a lo lejos dejando luego ver las luces del fuego, quizá del impacto.

A mi mente llegaba la idea de mis días allí, cuando cerraba los ojos mientras Lía se pegaba a mi cuerpo aterrada, cuando mamá nos recibía a los tres en su cama pudiendo dormir cerca aunque mi cuerpo quedase más lejos de ella, volvían los silbidos, luego los impactos y temblores por todos lados, la idea de que nosotros fuésemos el siguiente blanco no era algo lindo, pero era lo que teníamos.

Bajo la tenue luz blanca de la luna solo me queda ver en silencio el mundo que conocía arder, recuerdos de aquellos días en la frontera regresan, días en que Corea quedaba atrás, días que creí que nunca se volverían a repetir.

—No puedes dormir? — pregunta una voz a mis espaldas, volteo viendo sus ojos, esos que me enamoran cada vez que los veo.

—Beomgyu se fue a dormir así que me tocaba vigilar— digo volviendo a ver al frente.

Sus manos envuelven mi cintura y besa mi hombro con cariño, veo su sonrisa al hacerlo, llevo mi mano a su cabello mientras deja besos suaves por mi hombro y cuello dando leves lamidas en las mismas zonas.

—Te amo— me dice.

—Y yo a ti — respondo, ante eso sonríe y se acomoda con la cabeza sobre mis piernas.

—Cuando salgamos de aquí... ¿vas a seguir haciéndome comida?

—Claro que sí, lo que quieras comer.

Sonríe como un niño emocionado, ante eso no puedo evitar hacer lo mismo, casi como si estuviera en un trance en el cual todo lo que haga lo repetiré sin pensarlo siquiera, sin dudarlo un poco.

—Sabes, me gusta cuando sonríes porque tus ojos se ven más lindos— dice jugando con sus dedos.

—Siempre que sonrías yo voy a sonreír.

—Pero tienes que hacerlo, aunque yo no lo haga ¿Qué vamos a hacer si un día no puedo sonreír a menos que tu lo hagas? ¿o si no puedo?

—Sonreiré para ti entonces— le digo con una sonrisa, levanta su mano alzando el meñique.

—Júralo— le tomo el meñique y lo hago— ahora si no lo cumples se te va a caer.

—Oye eso es demasiado.

—Tienes que sonreír siempre porque te ves lindo haciéndolo.

—Bien, si tú lo dices— le digo viendo al frente, la sonrisa se disipa lentamente entre los pensamientos.

—Cómo era antes? — me pregunta, lo veo sin comprender a qué se refiere— ¿cómo era tu vida antes de que todo esto comenzara? ¿eras feliz?

La pregunta es demasiado, simplemente no tengo una respuesta, extraño esos días, extraño correr como loco por la calle, extraño hablar con mis amigos sobre muchas cosas y perder mi tiempo.

Pero no extraño gustar de Sam, no extraño ser arrogante, presumido y egoísta, no extraño clasificar a las personas y pensar que todos somos algo y que llevamos un papel en la frente que define lo que somos y cómo nos deben ver, ya no lo veo como felicidad aunque antes lo parecía.

¿Se puede ser feliz en medio de todo este desastre?

Puede que antes no viera tantas cosas, porque me hace feliz despertar y saber que Soobin sigue a mi lado, me hace feliz ver su sonrisa, me hace feliz saber que existen buenas personas en todo este desastre, me hace feliz la vida aunque sea muchas veces lo peor del mundo, me hace feliz no perder la esperanza.

what we could beDonde viven las historias. Descúbrelo ahora