Han pasado ya siete días desde la última reunión y algunos días desde el primer enfrentamiento entre Derek y un individuo que... despertó de golpe al sonar su despertador.
Con rapidez, se levantó y se dirigió hacia su armario para vestirse, burlándose sarcásticamente de su limitada selección de conjuntos, compuesta principalmente por camisetas de tonos neutros: grises, cafés y negros. "Creo que necesitaré comprar más ropa", pensó para sí.
Sin embargo, hoy no usaría ninguna de esas prendas, ya que tenía su uniforme de enfermería recién planchado, lo que le otorgaba una apariencia más pulcra. Tomó su mochila y salió de su departamento en busca del transporte que lo llevaría a la facultad.
En el trayecto, no pudo evitar reflexionar sobre la imprudencia de su ataque repentino a Derek. Había sido difícil librarse de él debido a su complexión relativamente más delgada. Cuando finalmente logró deshacerse de su atacante apuñalándolo en el hombro y se dispuso a buscar a Dulce, pensó que habría sido más fácil intentar atacarla a ella primero que a él. Sin embargo, sabía que en el futuro se presentarían otras oportunidades.
Observándose en el reflejo de la ventana del autobús, notó las ojeras que se habían formado debajo de sus ojos debido a la falta de sueño la noche anterior, dedicada al estudio.
Este joven es un inmigrante que creció en varias partes de América del Sur. Dejó Argentina siendo apenas un niño y viajó en diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a Canadá. Ahora, a la edad de 20 años, está estudiando enfermería en una prestigiosa universidad, gracias a una beca completa por excelencia.
Viviendo solo, sin familiares ni amigos cercanos, y con trabajos de medio tiempo, apenas contaba con suficiente dinero para pagar un apartamento sin cocina, limitándose a una habitación y un baño. Desesperado por conseguir dinero, comenzó a vender drogas a otros estudiantes de su facultad, pero no le resultó, ya que estos se negaban a pagarle. Los distribuidores de drogas no querían vendedores que no consumieran, ya que esto les obligaría a pagarles.
Jaén, motivado por la falta de pago de algunos adictos a quienes les había suministrado drogas, optó por acabar con sus vidas, considerando que dejarlos morir en su propia desesperación era un pago suficiente por su deuda. Un hombre alto, de complexión media, observaba a Jaén con fascinación, como si sus acciones fueran una obra maestra.
— Tienes un gran talento —, le elogió el hombre. — Tengo algunos trabajos para ti.
Sin darse cuenta, Jaén se convirtió en un asesino a sueldo, cumpliendo los encargos de este hombre. Sin embargo, pronto se cansó de él y decidió eliminarlo, ya que no consideraba que fuera una fuente de ingresos suficiente, y optó por explorar otros negocios.
Después de despedirse de sus compañeros de clase, Jaén se acercó a su profesor con algunas dudas que tenía respecto a ciertos temas.
— Jaén —, preguntó el profesor, — no entiendo por qué no hablas más con tus compañeros.
Jaén no respondió y continuó guardando sus cosas.
— Jaén, déjame darte un consejo —, prosiguió el profesor. — No solo te concentres en la escuela. Serías mucho más popular si salieras y te divirtieras un poco. No te haría daño.
— Realmente no me interesa mucho —, respondió Jaén.
— Conozco a algunas chicas que pasan constantemente frente a la puerta del salón solo para intentar verte —, continuó el profesor. — En serio, haz más amigos.
Jaén simplemente asintió en respuesta y agradeció al profesor antes de salir del salón. El profesor realmente se preocupaba por él, al ser un estudiante de excelencia, e incluso se preguntaba si Jaén estaba siendo intimidado y por eso se mostraba tan reservado.

ESTÁS LEYENDO
Cazadores
Misterio / SuspensoSi te dieran la oportunidad de matar a alguien por una cantidad innecesariamente grande de dinero ¿lo tomarías? ¡Por supuesto que no! Pero en realidad, estos individuos no estaban motivados únicamente por la necesidad de dinero; tenían razones diver...