Parte 23

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Beomgyu le escuchó dar algunas instrucciones a su compañera a través de su teléfono móvil mientras esperaban en el hall de la clínica.

Cuando dio por terminada la conversación, él le hizo la pregunta que lo había estado torturando desde la llamada de la enfermera de Taehyung Kim.

—Jun. —Lo obligó a mirarlo a los ojos—. ¿Qué sucede?

Yeonjun agachó la mirada. No quería angustiarlo más, pero no podía excluirlo de todo aquello; después de todo, él era el principal afectado.

—Es él, Beomgyu. —Alzó sus ojos hacia Beomgyu.

Un terror ya familiar se apoderó de él.

—¿Le ha hecho daño a tu padre?

—No, no, tranquilízate. Mi padre está bien.

—Señor Kim, su padre lo espera en su habitación.

Yeonjun ni siquiera se lo preguntó, sabía que Beomgyu iría con él.

Entraron en la habitación que desde hacía casi tres años ocupaba Taehyung Kim en aquella clínica de reposo.

Lo encontraron recostado en su cama; llevaba una bata y cuando notó su presencia los contempló.

—Yeonjun.

—Papá, aquí estoy. —Se acercó y se sentó en el borde de la cama.

Beomgyu prefirió quedarse junto a la puerta.

Taehyung Kim desvió la mirada hacia él. Esbozó una tímida sonrisa cuando lo reconoció.

—Beomgyu —murmuró.

—Sí, papá. Beomgyu ha querido acompañarme. —Yeonjun se giró y le tendió la mano—. Ven, acércate.

Él tomó su mano y avanzó lentamente hacia él. Contempló al hombre que yacía en la cama de aquella habitación y que, cuatro años atrás, había tenido la desagradable tarea de comunicarle lo que le había sucedido para sacarlo de su confusión. En aquella ocasión era él quien estaba tendido en la cama de un hospital y se recuperaba de sus heridas y del deterioro general que había sufrido durante su secuestro.

Taehyung Kim ya no era el mismo; poco quedaba de aquel hombre que lo había tratado con tanto cariño y que le había prometido encontrar al hombre que le había hecho tanto daño.

Él extendió su mano huesuda y Beomgyu la estrechó con fuerza.

—Hola, señor Kim. Ha pasado mucho tiempo —dijo y contuvo la emoción. No era solo el hecho de volver a verlo; era el padre de Yeonjun y le dolía saber que se encontraba en aquellas condiciones.

—Cuatro años.

Beomgyu asintió. No supo qué hacer ni qué decir cuando, de repente, él comenzó a llorar.

—¡Papá, tranquilízate! Estamos contigo. —Yeonjun se puso de pie de inmediato y se arrodilló a un lado de la cama.

A Beomgyu se le estrujó el corazón al ser testigo de cómo Yeonjun sufría por su padre. Quería contenerlo y consolarlo, pero se sentía impotente por no poder hacer nada por él.

Taehyung Kim levantó la mano y su dedo índice señaló hacia una pequeña mesa ubicada frente a la ventana. Ni Beomgyu ni Yeonjun le habían prestado atención desde que habían entrado a la habitación.

Yeonjun se enderezó y fue hasta la mesa. Comprendía la angustia de su padre.

—¿Qué es? —preguntó Beomgyu y se acercó por detrás—. ¡Dios mío! — se llevó la mano a la boca.

Serial Killer 《Yeongyu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora