el comienzo

Corrientes cósmicas y espías oscuros

CASTILLO DE MARTE

Marte, impasible, pronuncia sus órdenes:

"Caelnoctis, Diana Llévalos a ambos a prisión. Quiero asegurarme de que sus energías cósmicas permanezcan bajo control. Cadenas especiales deben mantenerlos contenidos. No queremos que sus poderes perturben nuestro reino". Dicho esto, Caelnoctis y Diana se acercan a Shun e Ikki, preparándose para llevarlos a la prisión designada. Las corrientes cósmicas, hábilmente manipuladas por Caelnoctis, comienzan a envolver a los dos caballeros, restringiendo no sólo sus movimientos, sino también la capacidad de elevación de su cosmos.

Caelnoctis sonríe siniestramente mientras las corrientes cósmicas se entrelazan alrededor de Shun e Ikki, restringiendo su libertad y suprimiendo la llama de su cosmos.

"Ustedes dos serán retenidos en un lugar donde ni siquiera la luz del cosmos puede penetrar. Una prisión hecha a medida para los incomprendidos Gold Saints..." "Caelnoctis, deja de deleitarte con tu victoria. Recuerda que nuestra misión aquí es "Es más importante que tu necesidad de humillar a estos caballeros", Diana interrumpe a Caelnoctis con una mirada de desaprobación.

Caelnoctis asiente con la cabeza, dándose cuenta de la gravedad de la situación. Con sus oscuras habilidades, lleva a Ikki a prisión, mientras Diana hace lo mismo con Shun.

Vulcano, que permanece junto a Marte en el trono, toma la palabra con expresión seria.

"Marte, permíteme sugerirte que envíes algunos de nuestros espías al Santuario de Athena. Podremos obtener información valiosa sobre los movimientos de los Gold Saints y Athena, que podría ser útil para nuestros planes futuros."

Marte considera la sugerencia de Vulcano y, tras un breve momento de reflexión, asiente con la cabeza.

"Sí, Vulcano, es una idea sensata. Envía a nuestros espías al Santuario y mantenme informado de cualquier movimiento de los Caballeros de Atenea. Necesitamos adelantarnos a ellos en todos los aspectos", decide Mars, mostrando su deseo de mantenerse completo. control sobre la situación.

Vulcano, al recibir la aprobación de Marte, se inclina levemente en señal de respeto y se prepara para ejecutar la orden.

"Así se hará, mi señor. Llamaré inmediatamente a nuestros espías y los enviaré al Santuario. Estaremos atentos a cada paso de los Caballeros de Atenea", asegura Vulcano antes de retirarse junto al trono de Marte, decidido a llevar a cabo la misión asignada.

PALESTRA

Mientras se construye la Palaestra, Shina y Marin, dos guerreros experimentados, observan atentamente el avance de la obra. Shina, con su mirada penetrante, comenta: "Mira cómo va tomando forma la estructura, Marin. La Palaestra será un lugar increíble para entrenar a los nuevos Caballeros".

Marin, con una leve sonrisa, está de acuerdo: "Por supuesto, Shina. Y será fundamental para preparar a la próxima generación de defensores de Athena. Creo que estos jóvenes aprenderán mucho aquí".

Alguien se acerca a los dos guerreros, que comparten el mismo interés en construir la Palestra. Él comenta con entusiasmo: "De hecho, Marin. Shina. Creo que este nuevo centro de capacitación será crucial para fortalecer a los nuevos Caballeros. No puedo esperar a ver cómo se desarrollarán aquí".

Shina, mirando la estructura en construcción, asiente: "Jabu, tienes razón. La unión entre los Caballeros más experimentados y los más jóvenes será fundamental. El intercambio de conocimientos y experiencias formará guerreros más preparados para los desafíos venideros".