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Los autos, las carreras y la vida clandestina siempre habían sido parte de mi vida, hasta cierto punto me gustaba la adrenalina que hacía mi pulso despegar como un auto de carreras en una pista, por que siempre había estado esa pequeña vocecita en mi cabeza que decía “acelera y no mires hacia atrás” pero la voz había desapercibido y a quien tenía en mi cabeza ahora era a una persona.

-¿Sabes que? -miró a Han mientras conduce de vuelta- te ves bien de policía

-Lo se, es como algo con lo que nací, siempre luzco así de bien con cualquier cosa que me ponga, no se como lo hago -sonrío arrogante- es mi don natural

-¿Tu don natural?

-Claro que sí, si me pusiera una bolsa de basura no tardaría en lucirla como si fuera prenda de diseñador -muevo mi mano.

-Quizas deberias intentarlo, sería muy divertido

-Quizás lo haga contigo -niego y ambos soltamos una risa.

-Si todo sale bien, en cuanto acabemos esto pretendo no seguir siendo un estúpido para ti, te llevo a cenar dónde tú quieras

Muerdo suavemente mi labio inferior y juego con mi cabello mientras hago una burbuja con el chicle antes de subir mis piernas al tablero antes de que el pise el acelerador, al llegar al garaje ambos bajamos y entramos cargando los bolsos, los dejo a un lado y saltó suavemente emocionada al ver la majestuosa bóveda aún sellada frente a nosotros.

De inmediato nos acercamos al equipo, me siento en las escaleras junto a Román y agarro uno de sus brazos apretándolo con nerviosismo.

-Por favor nena, no te portes mal -susurro Tej tomando la huella de reyes en la impresión y yo trago pesadamente mientras muevo mis pies ansiosa- por favor, por favor

Una luz verde aparece y yo suspiro levantándome con Román sin soltar su brazo.

-No puede ser…¡Santa madre de Dios, oh, si, somos ricos! -doy un salto agarrándome de la barra para bajar con el resto antes de correr a abrazar a Tej- ¡Somos ricos, mira esa fortuna!

Grito de la emoción y me bajo de sus brazos antes de correr hacia Han agarrando su camisa con fuerza.

-Tu me debes algo

-¿Una cita? Creo que sí

-Oh no, esto -niego antes de jalarlo y darle un gran beso en los labios, siento sus manos pasando por mi espalda baja y una amigable palmada en el hombro- déjame Dom -murmuro sin separarme demasiado mientras se escuchan unos silbidos de parte del equipo.

-Me parece que nos vieron -Han se separa y ambos vemos al resto con una pequeña sonrisa.

-Ups

***

La velocidad del auto era como un pequeño arrullo aunque cada vez que sonaba al aumentar la velocidad sonreía suavemente y el beso se volvía más acalorado.

En la pequeña fracción de minutos en la que esa bóveda se abrió, mi vida cambio completamente, no tarde mucho en saldar todas mis deudas, desde las más grandes a las sin importancia, por fin concrete la compra de la casa de mi tía, aunque la visita acompañada de Han fue…muy ilustrativa.

Mi madrina camina por su nueva casa mirando con satisfacción los muebles y la vista acompañada de Han mientras yo recibo las escrituras y las llaves.

-Han Lue, pareces un buen hombre, y solo pareces por qué no te conozco -Paulina comenzó a decir mientras se detenía frente al gigantesco ventanal- y tú no me conoces aunque te diré algunas cosas, he escapado de varias cárceles por merito propio y tengo mucha gente que me debe favores, entre esa gente hay un grupo específicamente muy peligroso que no va a dudar en recorrer el mundo si le haces algo a mi niña, y te van a traer frente a mi…preferiblemente vivo, pero no seré muy exigente si mueres de manera dolorosa y excesiva -sonríe tranquilamente mientras Han le devuelve la sonrisa- por lo que te voy a recomendar que si quieres comenzar con el pie correcto, o aún mejor, con un pie, no dañes a mi bebé -un pequeño silencio se sembró entre ambos antes de que el hablara.

-Me alegra conocerla finalmente -Han sonrió tomando su mano y dándole un apretón mientras yo intentaba no emocionarme de manera exagerada a espaldas de mi madrina.

Aunque, ¿A quien quiero engañar? El saltar cubriendo mi boca entusiasmada no era muy alentador para pasar desapercibida, pero lo intente.

Al dia siguiente ya estaba montada en un precioso Lexus LFA, sentada sobre el regazo de Han entre besos, al separarme me acomodo suavemente sintiendo mis pies descalzos contra el cuero del asiento del copiloto.

-Entonces -paso mis manos con cuidado por su pecho mientras tomo mi vaso de soda- ¿A dónde vamos ahora?

-No lo sé, jamás he ido a Madrid -se encoge de hombros mientras me acomodo mejor en sus piernas.

-Creí que me llevarías a Tokio

-Llegaremos, algún día -sonrío y me acerco para morder su labio inferior.

-Creo que deberías estacionarte, o te haré chocar -rio suavemente llevando mis manos al borde de mi vestido azul antes de quitarlo dejandolo caer a un lado.

-Si, creo que lo haré -murmura antes de acelerar y besar mis labios otra vez.

Niego divertida pasando mis brazos por su cuello, quizás, después de todo…Madrid no sea tan malo.







































Are you ready for the next race?

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Enamorado de una Brasileña | Fast & FuriousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora