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Al día siguiente nos levantamos temprano, hoy asaltamos la primera casa luego de estudiar bastante y aprendernos el plan el día anterior.

Me vestí con mi suéter marrón oscuro, unos pantalones de cuerina flexibles por si las cosas se ponían rudas y mis tenis más cómodos.

Dada la señal todos comenzamos a entrar con nuestras armas y con las caras cubiertas, yo iba hasta el final con Tego y Rico, luego de amarrar las manos a cada mujer presente, ayudé a Brian a reunir todo el dinero en un carrito.

—Estás muerto, ¡Todos están muertos! —uno de los hombres de la vigilancia intento "asustarnos"— no sé podrán ocultar

Dominic dió la señal para que el resto se quitarán los pasamontañas, a excepción de mi, por seguridad.

—¿Están locos?, ¡Están locos! —se respondió por sí mismo— ¿Saben de quién es esta casa?, ¿A quién le roban el dinero?

Dominic tomó la gasolina que habíamos traído y la dejó caer sobre el dinero antes de sacar su encendedor.

—No se lo lleva nadie —dicho esto aquella montaña de billetes comenzó a encenderse cada vez más— dile a tu jefe quienes hicieron esto y que se va a repetir

Al salir del lugar, entré a uno de los autos con Han, yo iba en el asiento del piloto por lo que ya lejos de aquella "casa" me quité con tranquilidad el pasamontañas. El camino no fue demasiado largo pero si bastante entretenido gracias a Román con sus usuales tonterías por el radio, pasamos por unas hamburguesas antes de seguir a la camioneta.

—Tenemos el nuestro —avise por el radio mordiendo mi Big Mac.

—¿Vives aquí? —pregunto tomando su soda.

—En Brasil, si, en Río no —niego— vivo con mi madrina en Sao Paulo, ¿y tu?

—Soy de todas partes —me removí en mi asiento.

—Bueno, si quieres algún día ser de por aquí, conozco un buen lugar donde sirven buena comida y tienen buena música —le sonreí.

Esta bien, si, eso no fue para nada un coqueteo disimulado pero es que, digamos que tengo más interacción con los autos que con los hombres, solo había tenido dos hombres en mi vida.

Uno, estaba muerto, un chico dulce aunque con altos problemas de concentración y el otro, una especie de gánster militar con una familia muy rara, se podría decir que mis gustos son excéntricos.

Luego de una breve conversación, todos nos reunimos en un edificio con vista a un complejo de policías donde Tej nos había dicho que Reyes aseguró su dinero.

—Este trabajo se dificulta —Brian fue el primero en hablar con sus manos en sus bolsillos.

—Si lo movió a una jefatura de policía tiene comprada a gente muy importante —el gracioso del grupo se cruzó de brazos.

—Yo digo que nos vayamos por dónde vinimos —Rico nego.

—Si, esto no se puede hacer —Tego lo apoyo.

—¿A no?, Yo opino que sí —sonríe de costado jugando con el popote de mi vaso al sentir la mirada del pelinegro.

—Las cosas siguen igual, seguiremos con el plan —Dominic ni siquiera se inmutó al decirlo.

—¿Qué dijiste? Esto acaba de pasar de misión imposible a misión totalmente loca —movió la cabeza como los muñequitos bailarines de los autos— ya, olvidenlo, no tengo miedo, solo quiero que sepan que entrar a ese edificio es una locura —terminó por irse siendo seguido por Brian.

—...¿Podemos pasar a comprar más soda de vuelta al taller? —pregunte entre Han y Gisele, ella me vio con diversión, y el solo negó.


***


La puerta de la casa sonó, Paulina levantó una ceja dudosa mientras salía de la cocina ¿quién podría estar tocando la puerta tan tarde?, tomó el arma escondida en la cocina y la metió bajo su largo abrigo, abrió la puerta encontrándose con un hombre grande y alto de piel morena y una mujer de mediana estatura, rubia.

-Buenas tardes señora, soy el agente Hobbs del DSS, ella es mi compañera, la oficial Neves -los presento, ambos mostrando su placa- ¿vive aquí Alessandra Ferreira? nos gustaría hacerle unas preguntas

-Si, bueno vivía, se fue de vacaciones con unas amigas hace unos días -sonrió de manera dulce la mujer.

-¿Usted es su madrina no es así, Paulina Soares? -preguntó la mujer rubia.

-No, soy su madre, Barbara Costa -explicó, ambas personas se mostraron confundidas pero aquella mujer mayor se veía tan dulce y sincera, que Elena Neves prefirió dejarlo hasta allí, no tenían que desconfiar ¿verdad?.

-Bueno, que pase una buena tarde señora Costa -carraspeó suavemente.

-Ustedes también, agentes -asiente antes de cerrar la puerta y ponerle pestillo.

Por supuesto que no era una dulce mujer mayor, ella era Paulina Soares, mujer que había pasado por seis cárceles en su juventud y sabía a la perfección como burlar a los policías, solo debía ser amable y poner una adorable sonrisa.

-Ay Barbarita -susurro al aire- se que debes estar muy enojada conmigo ahora por mentirles, pero tu y yo sabemos que estoy cuidando a tu niña.


***


Luego de pasar por mi soda y algunas cosas para la cena al mercado con Han, volvimos al garaje donde Mía comenzaba a estirar unos planos sobre la mesa.

—La belleza de las oficinas públicas —deje las bolsas a un lado de la mesa— este es el plano

—Aquí tiene el dinero, en la bóveda de evidencia —señaló Brian.

—Necesito que me escuchen solo un segundo —Tej interrumpió— estamos hablando de entrar a una jefatura de policía, ¿Reconocen esas palabras?, ¿Nadie?, ¿Los azules?, ¿La justicia?, ¿El sheriff?, ¿Puercos? Personas que no nos agradan

—Las jefaturas intentan evitar que la gente salga, no que entre —Han interrumpió el discurso de Tej.

—Es una misión furtiva —el rubio respondió con normalidad— entramos y salimos antes de que sepan que paso

—Es necesario que alguien entre, al menos para averiguar el modelo de esa bóveda —explicó Dom y apenas Román comenzó a hablar todas las miradas se dirigieron a él.

—...¿Quién se supone que hará todo esto? —señaló el mapa— ¿Qué, de qué hablan?, ¿Yo por qué?

—Por que eres el que habla más —respondió Brian, mordí mi labio inferior para contener la risa cuando el hacker lo apoyó.

Luego de que Mía hiciera una credencial falsa y yo con mis casi nulas habilidades en manualidades replicará la caja de evidencias, Román estaba listo para irse con Tej y Brian a comenzar su teatro mientras Rico y Tego se infiltraron para hacer un pequeño alboroto en los baños de la jefatura, mi telefono comenzo a sonar, lo saque de mi bolsillo.

"MADRINA"

Enamorado de una Brasileña | Fast & FuriousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora