S E I S

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Un rato más tarde, Bombón está fuera de la cuenta, buscando algo en dónde poder llevar el agua para Brick, Pero no había mucho cerca de ella

—¿Y ahora que hago? —Se pregunto mirando a los lados— Si tuviera alguna base..

¿Dónde lo encontraría? ¿O por lo menos que le ayude a llevarla sin que se derrame toda, trato de recordar si Brick tenía algo más que su ropa, quizás un abrigo, o un bolso, quizás en sus bolsillos, o debajo de su gorra, touche.

Salió corriendo de vuelta a la cueva, al entrar noto al joven recostado de brazos cruzados, parecía estar dormido, pero ella sabía que no era así, él estaba con todos sus sentidos al flote, listo para atacar.

—¿Que haces ahí parada?

Ella entonces le prestó atención, noto ahora sus ojos sobre ella, tensandola y haciéndola sentirse nerviosa por lo que iba a pedir, era para ayudarlo después de todo.

¿Se enojaría si se lo pide?

—Necesito traer agua, y en las hojas o troncos no me es posible, ¿Me puedes prestar tu gorra?

Brick la miro por unos segundos, solo soltó un pesado suspiro y agachó la cabeza.

Bombón sonrió y se acercó, para desprender lentamente la gorra de él, en cuanto la separó, noto más de cerca el cabello de Brick, tan lindo y bien cuidado que se veía, sintió un pequeño por tocarlo, queriendo sentir su suavidad en la palma de sus dedos, Brick levantó de pronto la cabeza, haciendo que sus miradas se conectan, estuvieron así por lo que fueron varios segundos, solo mirándose fijamente.

Brick estuvo por decir algo, pero una punzada en sus heridas lo hizo quejarse y sostenerse las heridas para amortiguar un poco el dolor,

—¡Voy por el agua! —Grito la joven para correr fuera.

Nuevamente, cerca del lago, logro colocar un par de hojas dentro de la gorra, haciendo más capas impermeables para evitar que se salieran, al volver con el agua, se sentó junto al peli-rojo.

—¿Puedes levantar la camisa? —Preguntó ella.

—Puedo hacerlo yo.

—Tienes una mano lastimada, no creo que seas capaz de curarte solo. —Le recordo, tomando un pañuelo guardado y lo remojo en el agua— Solo levántate la camisa.

Brick iba a seguir quejándose, pero no le vio mucho sentido, por esa única vez, accedió a seguir sus órdenes, odiaba estar con sangre encima, le daba recuerdos pocos agradables, al igual que ella.

Una vez el chico estaba listo, Bombón salió de la cueva para limpiar la gorra del agua sucia, e ir por madera para la fogata y quizás por comida, así que le comentó a Brick lo que haría y seguido se fue de la cueva.

Las horas pasaron y pasaron, la estaba anocheciendo, y ella no llegaba, el joven se levantó camino hasta la entrada de la cueva, logrando apreciar el lindo paisaje que tenía en frente, una exquisita puesta de sol junto delante de sus ojos, con colores tan vibrantes y tan cálidos que lo hacían sentir en paz, amaba esos tonos rojizos que el cielo formaba por

—¿Te sientes mejor? —Oyó una voz a su lado.

Se giró para verla, está solo le sonrió, tenía la madre a un lado y varias frutas en los brazos, parece que le fue bien, examinando más de cerca, no noto algún golpe, moretón, cortada o herida profunda en ella, eso lo mantuvo tranquilo.

—Dame, yo encenderé la fogata.

Rápidamente los dos se pusieron a hacer los quehaceres Si eso se le puede decir, mientras Brick acomodaba el punto para la fogata, Bombón lavaba las frutas que encontró, entre estás, bayas, muchas bayas, y como yo podía reconocerlas gracias a su alto el conocimiento en comida silvestres podría deducir fácilmente que no eran venenosas, sin decir que ya las había comido por si su información era incorrecta.

En cuanto volvió a la cueva, noto la fogata ya echa no tan cerca de la entrada.

—Genial~

—¿Dónde encontraste tanta fruta? —Dudo mirándola de reojo.

—Por ahí.. —Dijo con una sonrisilla— ¿Que tal siguen tus heridas?

—Bien. —Dijo viendo cómo ella le pasaba una gran porción de frutas— ¿Son venenosas?

—No, son seguras, ya las probé.

El peli-rojo la iba a matar, ¿Cómo decía aquello tan segura y tan relajada? ¿Las probó? ¿Eso estuvo haciendo todo este tiempo? Bueno, al menos no se veía hinchada, roja o con algún otro síntoma.

Su atención se centro en las frutas, bayas de muchos colores, no se veían tan mal después de todo, y si ella ya las había comido, ¿Por qué él no?, rápidamente recordó una buena razón, la miro de reojo, acomodándose para dormir, ¿Ya era tan tarde?

Todo estaba siendo una mierda.

Estar lastimado, no tener una fuente de comida, tener que estar al cuidado de una niña, estar pendiente de su nemesis que se creía inmune a todo, y estar de aquí para allá mirando que no se fuera a hacer daño.

Más que un secuestro, eso parecía un trabajo de niñera.

—¿No te las vas a comer?

Él la miro, se mostró inquieta ante la idea, debió estar buscando por horas, mirando sus manos, noto varios moretones, supuso que no fue fácil para ella buscar todo aquello sola, una vez más, tuvo que tragarse su orgullo y todo lo demás, y complacerla, con esa, ya iban dos, y no sabía cuánto le quedaba por tragarse.

Decidió comer las bayas, ya si se tenía que morir lo haría, le daba paz que ella se iría con él.

La noche cayó, y con ello un gran, ruidoso y odioso problema.

Una tormenta.

No habían pasado ni dos horas desde que anocheció, cuando comenzó a gotear, ambos ya sabían que llovería, pero no que el cielo estaría a punto de caerse sobre ellos, el ruido era tan fuerte que ambos estaban atentos ante cualquier amenaza, como un posible derrumbe, una inundación, animales salvajes en busca de refugio, o quizás esa tribu en busca de ambos, una idea que a ambos les dió escalofríos.

De pronto un fuerte ruido los hizo a ambos ponerse de pie, un gran árbol cayó no muy lejos de la cueva, a lo que ambos se miraron.

Brick se levantó para inspeccionar que no hubiera nada raro.

—¡No! —Bombon se paró enfrente— Estás herido, si hay algo no podrás defenderte.

—¿Quien lo dice?

—¡Yo! —Dijo la chica poniéndose de pie para caminar hacia el frente, en cuanto se paró en frente de cueva, vio un caos fuera.

La madre naturaleza estaba bastante furiosa, tener una cueva les era de ayuda, no lo que no de mucha ayuda, se concentraba en una zona baja, con esa tormenta, un tsunami no muy grande se acercaba a ellos.

—Brick.. —Llamo, a lo que el chico la miro atento— Tenemos que irnos ya.

Estaba de acuerdo, era un peligro esa tormenta, pero lo decía por algo.

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—¿Que tal les está yendo? —Dudo un hombre tras una sutil y tonta máscara.

—No lo hacen nada mal.. —Blaine sonrió y se sentó en un sofá— ¿Pero fue necesario crear todo eso?

—No cuestiones nada..

—No lo hago, pero es raro que se generen tantos fenomenos en un momento...

—Solo fueron dos..

—Y de gran magnitud, no todo los días se llueve y se genera una ola gigantesca.. ¿No?

—Por que no mejor te largas a entrenar, Brick pateó tu trasero la última vez, debes estar listo para la siguiente..

Blaine rodó los ojos, saliendo de ese sombrío cuarto.

—Eres un idiota.

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Realmente lamentó la demora.

Yo seré quien te DestruyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora