XIII

1K 69 14
                                    

Sky

Habían pasado unos 30min, tenía la mano en la perilla, tenía unas ganas de salir huyendo de este lugar. Pero realmente no tenía esa intención, sabía que si escapaba la manada pagaría las consecuencias.

— Grr.. — gruñó mi estómago, tenía hambre, ya debían ser más de las 03:00pm y ni siquiera había desayunado.

Abrí lentamente la puerta y me asome por el pasillo que estaba solo gracias a dios. Y caminando de puntitas baje los primeros escalones y me detuve para saber si había ruido o no. No escuché nada así que seguí bajando a la sala y me apresure a entrar en la cocina.

Pude suspirar de alivio, me acerque a los cajones al lado de la estufa eléctrica para agarrar un vaso de vidrio y llenarlo del agua del grifo. Ni en mis tres sentidos bebía agua de la nevera, ¿Y si me drogaban?

— ¿Luna?

Escupi toda el agua de la sorpresa, se me aceleraron hasta los pulmones y tosi, creo que hasta me salió agua por la nariz.

— ¿Por que bebe agua de ahí? Hay agua fría en el frigorífico, — hablo suavemente la mujer, su voz se me hacía bastante conocida. — ¿o gusta algo más para beber? Un jugo, o tal vez algo sólido, ¿Tiene hambre?

Rápidamente negué y deje el vaso en el fregador. — N-no, no H-hace falta yo.. — mi estómago literalmente rugió, si tenía un poco de hambre, buehh, a quien quiero engañar, si tengo bastante hambre, pero no quiero arriesgarme a morir por envenenamiento.

Una vez, una señora de la servidumbre echo veneno para ratas en mi comida, desde ese día, Lydia cocina estrictamente solo para mi.

Con una sonrisa me señaló un banquito de madera frente a la isla. — Por favor tome asiento en lo que le preparo algo para comer, pobrecito debes estar hambriento. — rápidamente tomo un delantal y empezó a buscar algo en los gabinetes.

— N-no enserio, no teng- Grr.. — mi estómago volvió a delatarme de forma tal vil. Avergonzado baje la cabeza y me senté en el banquito.

¿Y ahora que hacía? esto de verdad no me puede estar pasando a mi, de los 5 tribillones te personas existiendo exitosamente, solo a mi me sucedían estas cosas.

— Bueno mientras se cuecen las patatas ¿te puedo ofrecer un vaso de jugó? O ¿prefiere una merengada para que tenga algo en el estómago?

Negué, de verdad que cuando decía que no quería nada era nada, solo voy a aceptar un poco de comida porque realmente tengo hambre. Por lo general no suelo comer comida de otras personas, uno generalmente no sabe como cocinan o si cumplen con las reglas sanitarias estipuladas por el ministerio de salud.

— Oh, está bien. — levanté mi cabeza para mirarla y ella me miraba de regreso con una sonrisa ¿Melancólica? — Luna ¿Cuantos años tiene?

— 17.

Sus ojos se abrieron increíblemente  y se tapó la boca impresionada. — El Alfa Jackson no me contó eso, estás muy pequeño.

Si señora, ya lo sé no hace falta que me lo repita.

— Y por favor no me llame Luna, es.. incómodo.. — la verdad que eso era lo último en lo que me faltaba pensar ¿Yo, una Luna? Esperen, pero soy hombre, sería ¿Un Luna? Lunar jajaja qué chistoso, ¿Que estaba pensando? Oh sí, ¡Yo no puedo ser una Luna, y menos de esta manada!

— Pero joven, el Alfa nos dijo que usted era la futura Luna de nuestra manada, y deberíamos llamarle como tal. — Insistió.

Me cago en los muertos. — No me gusta, — mirándola mejor, era una señora mayor, pero no se veía tan vieja, el cabello lo tenía rubio canoso y los ojos de un color ámbar. Dudoso, decidí mostrar un poco de confianza, pues me imagino que de ahora en adelante voy a convivir con ella 24/7. — puede decirme Sky, por favor.

Un Omega Para El Alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora