ONCE

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Durante varias horas Jimin y Jungkook caminaron recorriendo varias tiendas de ropa, en casa una de estas el pelinegro le compro desde pijamas, ropa para estar en casa, para salir. Y aunque Jimin elegía las prendas, el también tomaba ropa en secreto, cuando pensaba que se le verían bien, aunque cuando el rubio lo veía no dejaba de quejarse de que era demasiado.

Al final del día, ambos caminaban a tomar un taxi y Jungkook veía divertido el rostro del joven.

—Deja de hacer esos pucheros.

—No estoy haciendo pucheros —se quejó Jimin.

—¿Ah no? —le preguntó Jungkook mientras estiraba la mano y tiró suavemente de los labios del rubio.

—¡Ah! —protestó Jimin y Jungkook soltó su labio inferior sonriendo.

—Te gusta burlarte de mí, eres malo —se quejó fingiendo molestia aunque la sonrisa en sus labios lo contradecía.

—No lo niego, anda, vamos a comer algo antes de irnos a casa. Y cuando lleguemos vas a probarte la ropa para ver cómo te queda —pidió Jungkook aún sonriendo.

—¿Me la probaré toda?

—Puedes simplemente probarte una muda de ropa para salir y una pijama y otra de la que compramos para estar en casa, solo para comprobar que la talla si sea la correcta —respondió el mayor y Jimin asintió en reconocimiento.

Cuando llegaron al estacionamiento donde había dejado el coche, Jungkook se encargó de guardar todas las bolsas de ropa en el maletero y llevó al pequeño a comer fideos, antes de volver a casa.
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—Recoge tu mochila y llévala a casa de tu abuela, cámbiate de ropa y te espero en mi casa —le ordenó Jungkook en cuanto llegaron a la casa grande.

Jimin asintió  y corrió apresuradamente hacia su propia residencia, mientras él se encargó de sacar las compras y caminar hacia su casa.

—Pero cuántas bolsas Kook, has comprado demasiadas cosas, ¿que son? —la voz de Eun Char lo detuvo a medio camino.

La chica se acercó con una sonrisa dulce en su rostro.

—Ropa —respondió brevemente, y la mujer arqueó una ceja con sorpresa.

—¿Cambiaste tu guardarropa? Normalmente no te gusta comprar tanto —preguntó la mujer con curiosidad.

—No, no es para mí —volvió a responder brevemente, haciendo que Eun Chae comprenda para quien era todo lo comprado.

—¿Es un regalo para Jimin? —preguntó con curiosidad.

Jungkook asintió y caminó hacia su casa, ignorando la mirada de enojo y frustración de la chica.

Varios minutos después la puerta de la casa de Jungkook sonó, abrió sabiendo que sería Jimin, el pequeño lo veía con una linda sonrisa

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Varios minutos después la puerta de la casa de Jungkook sonó, abrió sabiendo que sería Jimin, el pequeño lo veía con una linda sonrisa.

—Pasa —le dijo mientras se hacía a un lado para que el rubio entrara.

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