TREINTA Y UNO

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Jungkook podía escuchar los sollozos de Jimin, luego escuchó un murmullo y el llanto de Jimin se escuchó más retirado.

—Jungkook soy Eun Woo —la voz del amigo de Jimin del otro lado confirmó que estaban juntos, y provocó un vuelco en su corazón.

—¿Dónde están? ¿A dónde llevaste a Jimin? —preguntó Jungkook con molestia clara en su voz.

—Escúchame primero —pidio el joven sabiendo que el mayor podía estar malinterpretado las cosas.

—Dime dónde estás ahora mismo, ¿qué pasó? ¿Por qué Jimin está llorando? —volvió a preguntar.

—Unos hombres intentaron llevarnos a Jimin y a mí, pero ya estamos a salvo —comenzo diciéndo, para después explicarle donde estaban según las indicaciones del dueño de la gasolinera.

Jungkook se quedó atónito al escuchar a Eun Woo.

—La mujer de tu casa llamada Eun Chae fue la responsable, cuando llegué estaba empujando a Jimin dentro de la camioneta y cuando traté de ayudarlo me atraparon también a mi. Ahora estamos esperando a la policía —termino de explicarle Eun Woo ya que Jimin no dejaba de sollozar.

Jungkook rechino los dientes conteniendo su enojo y frustración, para poder hablar.

—Dile a Jimin que iré a buscarlo lo más pronto posible —le dijo y colgó.

—¿Qué está pasando Kook? —le preguntó Jin al mirar el rostro aterrador de Jungkook, pero este no le respondió.

Sin decir nada salió apresuradamente hacia la parte trasera de la casa y todos corrieron tras de él.

Un grito de sorpresa se escuchó cuando Jungkook pateó la puerta de la casa de Eun Chae, que empacaba apresuradamente su ropa, Jungkook se acercó y le arrebató el bolso arrojándolo a un costado, la chica tembló de miedo al ver los ojos del hombre, jamás lo había visto de esa forma, parecía un demonio a punto de devorarla.

—Esto es lo que buscabas, ¿no es así? —grito Jungkook furioso.

Sus dos manos se cerraron con fuerza sobre el cuello de la chica, su consciente se había desvanecido, él jamás lastimaría a una mujer, pero Chae había pretendido que lastimara a Jimin, que era lo que más quería en esta vida, solo de pensar en todo lo que le pudieron haber hecho al rubio, hacia crecer más su furia.

—Ugh.... Ko… déjame… Ugh —suplicaba Chae entrecortada, sus manos golpeando las de Jungkook tratando de quitarlo, pero su fuerza no era ni la mitad que la de él pelinegro.

Cuando los demás llegaron, Namjoon ordenó a sus hombres que detuvieran a Jungkook, Chae apenas y podía respirar, su rostro se había comenzado a poner morado.

Tae, Yoongi y Hoseok se apresuraron a detenerlo, pero fue difícil ante la fuerza casi sobrehumana que tenía Jungkook, todos estaban sorprendidos ante eso, el pelinegro siempre había sido tranquilo y calmado, nunca lo habían visto explotar de esa manera.

—!Sueltenme! —gritaba retorciéndose tratando de abalanzarse contra la chica que tosía mientras lloraba y trataba de recuperar el aliento perdido, tirada en el suelo.

—¡Jungkook, detente! ¿Que paso? —le grito Namjoon parándose frente a él y tapando la vista de su amigo sobre la mujer.

Jungkook señaló hacia Chae que era sostenida por Jihyo.

—Esa perra trajo gente para que secuestran a Jimin, su amigo intentó detenerlos y se lo llevaron también —dijo volviendo a sentir todo el miedo que debió de haber pasado el rubio.

Todos se volvieron inmediatamente para mirar a la chica que negaba con la cabeza antes de abalanzarse y aferrarse a las piernas de Namjoon.

—No es cierto señor, se lo juro, no es verdad, están diciendo mentiras,  créame señor —suplicó llorando.

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