Wanted it to be you..
some things just aren't meant to be..
It's easy to say, i still can't see you with anybody else.....
Incluso con el pasar de las semanas, su cabeza seguía diciéndole que todo el problema de Suguru y su nueva pareja problemática desaparecería rápido. Pero ni aunque más intentara, se sentía abandonado, no podía aguantar ni otro día sabiendo que ese corazón no lo miraba.
-No entiendo porqué te preocupas tanto, Suguru está bien, hasta ahora ese tal... Mahito no ha parecido ser un cretino -le decía su amiga. Desde aquel día habían estado viéndose más seguido a solas, sentándose en la cama de Satoru para mirar por la ventana, que a la vez se encargaba de deshacerse del olor a tabaco que el cigarro de la castaña causaba.
-No estoy así porque Mahito pueda resultar un idiota.. es.. complicado.. ¿Cómo te deshaces de un sentimiento tan fuerte como el amor? ¿Cómo.. lo veo a la cara cuando sé que está con alguien más?..
-Satoru, no hay un consejo mío que te resuelva ese problema -Shoko estiró su mano y le dió un apretón comprensivo en el hombro -lo superarás, pero.. toma tiempo. Nada puede curar un corazón roto mágicamente.
Intentó hacerle caso a las palabras de su amiga, pero seguía siendo doloroso, más cuando todo a su alrededor se encargaba de recordárselo diariamente. No era justo. No era justo que ni en este universo, ni en el anterior pudiesen estar juntos de manera fácil, feliz.
Se retorcía en su cama y pensaba formas de solucionarlo, pero no había nada que solucionar. Cuando una persona no te ama no es porque hay un problema contigo, es simplemente porque no está destinado a ser.
Entonces ¿Tenía que dejarlo ir? El universo le había dado la oportunidad de recordar todo pero más que una ventaja parecía ser simplemente otra manera de romperle más el corazón.
Veía a Suguru en el teléfono siempre que se encontraban para salir con Shoko, a comer, de compras, por una película. Él sabía con quién estaba hablando, y eso lo destruía. Se sentía abrumado, solo quería que Suguru supiera cómo se sentía amarlo tan intensamente, más que a sí mismo.
Era una tortura, una tortura silenciosa.
Él era su todo.. pero su todo no le pertenecia.Con los días pasando, esperó que todo se arreglaría y podría acostumbrarse a ese estilo de vida, quizá si hacia como si nada estuviera pasando entonces podría olvidarlo.
Pero de nuevo ¿Qué se hace cuando siempre hay algo que te lo recuerda? Peor aún, cuando era el mismo Suguru quien se lo recordaba. Sonriendo bobamente al teléfono y mostrándole a sus amigos las fotos de las citas que tenía con su novio, las palabras de amor que le decía..
El dolor de verlo a los ojos y saber que era un sentimiento real, un sentimiento sincero que llenaba el corazón del amor de su vida. Saber que para que algo así se detenga, tenía que pasar un huracán.
Lo lastimaba pensar que algo podía pasarle a su amigo si Mahito resultaba ser cómo él creía que sería. Pero no tenía pruebas de que realmente sería así. No en este universo.
Al principio trató de calmarse y aceptar lo que estaba pasando, pero simplemente algo no se sentía bien con él. Tal vez eran celos, y lo eran en parte, pero también algo más.
¿Por qué debía el confiar en Mahito?
Sin importar, era él quien se estaba metiendo en su vida. Aunque trataba de ignorarlo, era imposible.
-No puedo ir hoy, Mahito organizó una cita.. Lo lamento mucho -quería quejarse, habían organizado esa pijamada hace días pero entendía que su amigo estaba emocionado por algo más.
-No hay problema -claro que lo había, pero había dicho que intentaría mantener sus sentimientos bajo control.
Eso sintió las primeras doce veces. Pero ya no aguantaba que la mayoría de sus planes eran cancelados a último momento solo porque el estúpido novio de Suguru organizaba algo más para ellos a solas.
Creía que era a propósito, pero no quería sonar paranoico frente a Shoko, quien siempre le decía que dejara de preocuparse por eso.
-¿Pero no es extraño? Siempre es cuando Suguru hace planes con nosotros -gruñó una noche, sentándose junto a su amiga en un banco del parque.
Shoko fumaba, como siempre. La noche estaba fría y estaban aburridos. Cansados como para seguir caminando sin rumbo.
-Es la primera relación de Suguru, deberías darle tiempo de organizar sus ideas.. solo está emocionado, es todo -pero él que le preocupaba no era Suguru, si no Mahito.
-Sigo pensando que es extraño.. no Suguru, su.. ugh, su novio ¿No notas lo mismo?.
La castaña rodó los ojos y soltó el humo de su cigarro, dándole un empujón leve a su amigo para que dejara de hablar del tema. Estaba sobre pensando mucho.
-No me llamarás loco si es que él vuelve a cancelarnos por tener otra cita con él.
-Deja al enamorado hacer lo que quiera.
-Enamorado o no.. hay algo raro -suspiró profundamente y se recargó con molesta en el respaldo del banco.
-Hablando de enamorados.. ¿Cómo lo estás sobrellevando? ¿Lo estás superando?.
-Eso.. estoy bien -no es como si su amiga le hubiese creído. Todas sus actitudes indicaban que seguía muy enamorado de Suguru, aunque tratara de ignorar sus sentimientos se notaba a plena vista.
-Lo que digas -se rió y terminó su cigarro. Satoru bufó irritado y la miró de reojo.
-Oye ¿Tienes otro? -preguntó por lo bajo.
-¿Otro qué? ¿Cigarro? Creí que no fumabas -lo miró confundida antes de sacar con desconfianza uno de su bolsillo y acercarselo junto a un encendedor -Ten cuidado con estás cosas.
-Mira quién habla.. -tomó un tanto nervioso el cigarro y luego lo prendió. En verdad era el primero que usaba en su vida así que al principio casi se ahogó, recibiendo una risa nerviosa de Shoko.
Luego se acostumbró lentamente. De alguna manera tranquilizó todos los nervios que tenía acumulados, aunque solo por un rato.
...