You bewitched me..
From the first time that you
kissed me.....
—¿Qué estás haciendo aquí..? —preguntó Satoru suavemente, parecía tener la mirada perdida desde el primer momento en el que abrió la puerta.
—Yo.. necesito hablar.
El impulso que había sentido por la adrenalina se desapareció tan pronto se sentó en el sofá. El silencio era incómodo pero sabía que no podía posponer más está conversación, lo necesitaba.
Quería encontrar las palabras adecuadas para no ocasionar más daño a su amigo de lo que le había causado hasta ahora. Quería darle aunque sea un poco de consuelo.
—Sé que.. quizá estás confundido.. yo.. también lo estoy, pero de verdad satoru solo necesito que me escuches por esta vez. Si al final de lo que tengo que decir aún estamos peleados yo.. prometo que me iré y te dejaré en paz.
—¿De qué se supone que hablaremos Suguru? Esto.. esto ya no es para más, por favor solo..
—Solo escúchame..
—...
—..Fuí un idiota, Satoru.. sé que lo fuí y que te causé mucho daño todo este tiempo que estuve alejado.. quería simplemente arreglar las cosas pero terminé dejándote de lado sin explicarte nada.. También estoy confundido, no quiero lastimarte.
—Pero lo hiciste, Suguru, más de una vez.. ¿Qué crees que sentí cuando me miraste a los ojos y te ví eligiendolo a él cuando yo estuve años de tu vida apoyándote? ¿Sabes cómo me hiciste sentir?
Bajó la cabeza avergonzado, no tenía ni quería poner una excusa para eso, no la había. Era verdad.
—Yo sé.. que me equivoqué, Satoru.. no estoy pidiendo que me perdones si no quieres, solo quiero que sepas que de verdad lo siento y yo.. —jugaba con sus manos nervioso —terminé con Mahito esta tarde, hace.. tan solo un rato.
El albino lo miró con sopresa, su corazón latía rápidamente y sentía que se salía de su pecho. Estaba.. ¿Feliz? Eso suponía al menos.
—Me alegro de que.. hayas dejado a ese idiota..
—Yo también —sonrió con la cabeza agachada y soltó un suspiro entrecortado, viendo que Satoru sacaba de su bolsillo un cigarro con la intención de prenderlo, pero extendió su mano y lo detuvo.
El de ojos claros lo miró y bajó el cigarro dejando de lado el encendedor. Tocando su mano lo podía sentir temblando.
—¿Cómo.. pasó?
—No es importante.. él.. solo es un idiota, era cuestión de tiempo para que yo.. lo hiciera.
Se rieron incomodamente y el silencio volvió a invadirlos por unos minutos.
—Sé que yo.. arruiné todo, Satoru..
—No, no es así.. tu no.. aruinaste nada.. Suguru..
—¿No podrías maldecirme aunque sea una vez?..
—No..