VI

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Viernes

19.00

- nonono - Federico decía con la voz elevada desde la mesa- ¿encerio pensas que te voy a dejar salir de noche con alguien que no conocemos?

- Pa, trabaja en frente - agarre la campera que estaba al lado de la puerta - te dije su nombre, sabes dónde trabaja. - me acerque a la mesa.

- No, yo te llevo - esta vez grito- donde es? - enserio que entendía su preocupación, pero hasta llegarían a conocerlo, sabrían su nombre y hasta su cara, como les encanta exagerar.

- En el colon - mí papá abrió los ojos sorprendido.

- y así vas a ir vestida? - mí mamá se paró al lado de la mesa con un plato de milanesas para cenar.

- que tiene? - me mire desde los pies hasta el torso - que quieren que me ponga? - los mire a ambos.

- Ya anda y te pones un vestido - con una mano en la frente me señaló mí mamá - el negro ese, el que, ese...

- Pero hace frío maaaa - en pleno invierno ella quiere que me ponga vestido.

- te pones medias y una sobretodo - le sirvió una milanesa a Nicolás que no entendía nada él directamente - pero así como estás, no vas.

- che che che ninguna me escucho cuando dije no?

- no dijiste que no, dijiste que vos me llevarías - lo mire con una ceja alzada - no te hagas papá.

- igual, yo la llevo.

- es en el colon fede - mí mamá lo abrazo por la espalda - es a unas cuadras.

- si pero tienen que cruzar

- no busques excusas amor - me miró - anda a cambiarte mel, ponete lo que te dije. Dale que ya va a ser la hora.

°

19.20

Debo admitir que este vestido me gustaba mucho, pero sentía que con mí pantalon y camisa estaba bien. Nunca me gustaron mucho los vestidos, menos como el de ahora, se marcan cosas que no me gustan de mí. Pero al ser invierno, el sobretodo, me ayudara a ocultar esos kilitos de más.

Al menos el pelo si lo tenía bien, los rulos sueltos con trabitas a los costados.
Me mire, y aunque el vestido es de mangas largas, era por sobre las rodillas y sentí frío. Fui corriendo al placar de mí mamá y le saque su sobretodo negro.
Cuando estaba caminado por el pasillos, escuché el portero. Mí mamá respondió justo cuando llegue al lado de la ella y de la puerta.

- sisi suba - dejo el comunicador, y apretó el botón para la puerta de abajo. - bueno ves? Así estás muchísimo mejor. Solo me limite a sonreír.

- ahh por cierto - atravesé el living y me arrime a la mesa donde estaba mí papá - Santiago es político. Así que ojo.

- Que? Que me quiere decir? - miro a mí mamá por la ventana de la cocina. - yo sé cómo son esos.

- lo sabemos amor, trabajas con ellos - le dicia mí mamá. Escuche la puerta así que fui a abrirla.

- justamente por eso aunque trabaje con ellos, los políticos no me agradan - alzo la voz un poco - aunque hay algunas excepciones.

- Me alegro - Santiago entro al lado mío hacía el living, donde estábamos los cuatro. - Santiago Caputo - le extendió la mano a Federico. Al tiempo que mí mamá se ponía a su lado.

- un gusto, y disculpe lo de los políticos yo solo no no - comenzó a trabarse.

- pa, no hay drama - se sintió raro verlo tratando de justificarse. Eso solo pasaba con mamá. Pero algo en Santiago, lo había puesto así. Quizá era la confianza que emanaba de él. O el porte con el que entro.

Imprudencia (Santiago caputo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora