20.07
- dale dale - corríamos por el pasaje Toscanini - dale que llegamos tarde - Santiago me llevaba de la mano guiando a su ritmo. Las calles estaban mojadas, no había dejado de llover en toda la tarde y parecía que seguiría así toda la noche.
Cuando doblamos por la calle Libertad, se lograba ver un poco de amontonamiento, pero debido a la leve llovizna, la gente se apresuraba para entrar, a parte del horario de la función, claro.
- Guarda - me dice Santiago - los escalones - iba tan maravillada por la iluminación del teatro y sus alrededores que no me había percatado de la corta escalera que unia la vereda con la estructura del teatro.
- no llegamos tan tarde verdad? - le preguntó a una pareja apoyada en uno de los pilares.
- por poco - le contesto el chico - Valentina ya se iba - se rieron los dos.
- si demoraban más, les iba a decir de ir a bailar - se corrió un mechón de pelo rubio detrás de la oreja.
- Bueno - soltó Santiago - menos más que llegamos - sentí su brazo derecho recorrer lentamente mí espalda hasta mí cintura - Agustín, Melisa - nos presento - Valentina, Melisa.
- mucho gusto - tras los besos en los cachetes. Entramos.
Valentina me estiró el brazo, la correspondi y nos adelantamos. Ellos seguieron a buscar algo de beber por lo que vi.
- vení - me agarró la mano - vamos a dejar los abrigos- nos pusimos en la fila que, para estar lleno de gente, avanzaba bastante rápido.
Ella iba con un tapado blanco que gritaba que lo tocará, que sintiera lo sueve que era. No podía resistirme.
Lo toque en la parte de atrás, justo debajo del hombro. Toque que sintió y se dio vuelta.
- oh lo siento - baje la mirada.
- no hay problema amor - se lo saco, ya casi llegábamos al mostrador - me lo compre porque amo tocarlo - se rió. Seguido me hizo una mirada para que imite su acción.
Mientras lo hacía, su mirada recorrio por completo mí cuerpo - si viniste bien como para un concierto así - su asombro me ofendió, pero solo respondí con un gracias y una sonrisa, falsa, claramente.
- igual, cuando quieras podemos ir a Palermo a comprar ropa - su fingida alegría también se notó.
- emm no se Palermo c' est trop cher pour moi - gire mi cabeza hacia la derecha del salon, que estaba llena de gente con tragos en la mano. ¿No era a las ocho esto?
- que? - Valentina me miraba con una cara e confundida - que dijiste? - luego se transformo en una de curiosidad.
- Que Palermo es muy caro para mí - dejamos los sobretodos en el mostrador.
- en francés? - sonrió de lado - porque en francés?
- no lo sé - las cosas que no podía decirlas en español, las decía en francés. Era como si lo que dijera en francés, no sucediera. Por ahí mí papá se enojaba, pero lo hubiese pensado antes de mandarme a una escuela que enseñen el idioma desde jardín. - simplemente lo hago.
- igual cualquier cosa que quieras se lo podes pedir a él - agarró el número.
Cuando mí duba iba a preguntar a quien se refería, la miraba de alguien de sentía muy pesada sobre mí, y buscando por el enorme salón. Cruzamos miradas con él . Que muy animando hablaba con su amigo. Al cruzarlas, apartó la mirada para centrarse de nuevo en su amigo, pero la mía seguia en él. Él al percatarse, volvió a mírame y guiño un ojo, haciendo que ese calor, suba a mis cachetes. Odiaba que eso pasara.
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Imprudencia (Santiago caputo)
RomanceUna chica de buena familia y educación. Su vida termino cambiando cuando conoce a un hombre, el cual le enseña el mundo que ella siempre quiso conocer.