El ambiente era lúgubre, cualquiera que entrase a esa oficina querría salir corriendo de ahí, incluso Harry, pero no podía.
-Bueno, si los hemos citado aquí es porque mi cliente, Severus Snape dejó un testamento antes de morir, ustedes aquí presentes son los únicos herederos- El duende de gringotts a cargo del testamento miró a las tres personas presentes, Lucius Malfoy, Draco Malfoy y Harry Potter.
A Harry lo que menos le importaba en ese momento era eso, quería descansar y tratar de olvidar lo que había pasado, acababa de terminar la Guerra y muchos de sus seres queridos murieron, pero el que más le dolió había sido su padre adoptivo, Severus Snape.
Habían pasado siete años ya de que vivía bajo el cuidado del profesor de posiones, todo empezó cuando Harry por fin había entrado a la escuela de hechizería y magia, apenas un niño de once años llegaba al castillo maravillado con todo lo que se le venía por delante, pero lo que los demás vieron de él asustaría a cualquiera. Era un niño mucho más pequeño de lo que debía ser, tenía una notable desnutrición y se podía ver que estaba golpeado, a pesar de eso, él ponía su mejor cara y trataba de ser un niño normal. Las opiniones y reclamos a Dumbledor no se hicieron esperar, él que más alegó, fue Severus, aquellos ojos iguales a los de Lily mostraban una profunda pena, no podía permitir que ese niño siguiera pasando malos ratos, merecía felicidad, más que mal, era el niño que vivió y merecía el respeto que eso conllevaba.
Durante todo el primer año de Howgarts, Snape peleó por la adopción de Harry, al principio se la negaron, más de una vez, Dumbledor era el que más se oponía, nunca nadie supo cuales eran los motivos del viejo para que Harry viviera con sus tios muggles, pero era muy insistente con eso.
Cuando llegó el verano, Snape por fin pudo llevarse, al ahora su hijo adoptivo, Harry Potter, le había costado tiempo y dinero, pero por fin podía tratar de remediar los errores del director, amaría a ese niño como su hijo, lo cuidaría hasta el último de sus respiros y trataría de devolverle la niñez que aquellos animales que se hacían llamar sus tios le habían quitado.
Y así fue, Snape hizo lo que estuvo en sus manos durante la guerra para que a Harry no le pasara nada, había sido espía para la orden del fenix, había tenido que matar a muchos de sus ex amigos mortífagos y peleó muchas veces con Dumbledor por proteger a Harry, pero también hubieron cosas buenas, ambos aprendieron a amarse como padre e hijo, Snape aprendió a cocinarle, hacían salidas para divertir al niño, lo ayudaba a estudiar, incluso cuando llegó la adolescencia le aconsajaba sobre todo lo que el menor pidiera.
Pero todo llegaba a su fin y Snape había muerto, Harry a sus diecisiete años estaba nuevamente solo en el mundo, su padre había muerto, amigos habían muerto, los padrinos que habían aparecido hacía unos años, Sirius y Lupin habían muerto, solo le quedaba aferrarse a la idea de que si todos ellos lo habían protegido era para que él ahora pudiera vivir feliz, y eso iba a hacer, ninguna muerte podía ser en vano.
-Para Harry Potter, queda la Mansión Prince, con todo lo que hay en ella dentro, excepto una habitación, su area de trabajo como posionista, esa queda a dispocisión de su ahijado Draco Malfoy, todo lo que hay en su interior le pertenece, el dinero se divide en Sesenta, veinte y veinte porciento, donde el sesenta es para su hijo Harry Potter y los otros veinte y veinte para Lucius Malfoy y Draco Malfoy. También dejó una carta, la cual debe ser leida con los tres presentes- Habló el duende, los Malfoy lo miraban atento, Harry, aunque estaba con la mirada perdida y que parecía ignorar todo, también lo estaba.
-Lea la carta por favor- pidió Lucius, el duende asintió y la abrió, ahora Harry sí lo miraba, expectante de las palabras que había dejado escritas su padre.
"Querida Familia
Lamentablemente si están leyendo esto, es porque estoy muerto, espero que no sientan pena, quizás no vivi la mejor vida, pero los tres presentes ahí, Harry, Draco y Lucius me dieron las mayores de las felicidades durante esta.
Lucius amigo, mejor amigo, solo te voy a pedir un último favor, cuida de Harry, te sedo la custodia en caso de mi muerte, solo confio en tí para que lo hagas, es un buen chico, lo conoces, no quiero que quede solo, aunque sea mayor de edad si es que lo es en mi momento de muerte, no lo dejes solo.
Draco, Harry, apoyense entre ustedes, dejen esas rivalidades absurdas, juntos pueden hacer grandes cosas.
Harry, hijo, estoy inmensamente orgulloso de ti, agradezco cada minuto la desición de pelear por ti y haberme quedado a tu lado estos últimos años. Me enseñaste a ser padre, no sé si fui el mejor, pero hice lo que puede. Se el hombre honrado que siempre creí que serías, sigue siendo fuerte y valiente, sigue siendo ese chico que pelea por lo que cree y por los que ama. Se feliz, casate, ten hijos, haz lo que te llene el corazón. Te amo hijo, incluso después de muerto.
Draco, ahijado, te dejo mi colección de posionista porque sé lo inteligente que eres, sigue nutriendo tu mente como siempre lo has hecho y haz grandes cosas por los demás, sé que aunque no lo demuestres, eres una persona bondadosa que piensa en los demás, deja que el resto lo vea.
Creo que es todo lo que tengo para decir, los aprecio a los tres, no quiero que sientan pena por mi partida, sean felices y mantenganse unidos por mí.
Con cariño, Severus Snape"
Para ese punto, Harry lloraba, los ojos de Draco amenazaban con hacerlo y Lucius se mantenía imperturbable. Pensar que esa carta había sido escrita por su ahora padre adoptivo muerto lo entristecía, nunca más estaría a su lado, se sentía completamente solo.
-¿Les queda alguna duda?- Preguntó el duende doblando la carta para meterla en el sobre.
-¿puedo quedarme la carta?- preguntó Harry aguantando un sollozo, el duende asintió y se la entregó.
-Draco Malfoy ya es mayor de edad así que puede hacer uso de su herencia, Harry Potter tiene diesiciete, así que dentro de un año podrá administrar los bienes que se le herdaron, por el momento, a petición de Severus, Lucius se hará cargo del menor de edad y sus bienes- Harry escuchaba atentamente ¿realmente se iría a vivir con los Malfoy?
-¿No me puedo emancipar?- preguntó Harry mirando al duende, esperando que le dijera que sí y poder vivir solo, no quería ser una carga.
-Sí, puede, pero es un proceso muy largo, para cuando esté emancipado ya habrá cumplido la mayoría de edad, le recomiendo que acepte la voluntad de su padre- opinó el duende, Harry bajó la cabeza, sentía que toda su vida se había ido a la mierda.
-Harry, sé que no somos de lo más unidos, pero mi mejor amigo me pidió cuidarte y lo voy a hacer, tanto como si fueras mi hijo, todo lo que está ahora a tu nombre prometo no tocarlo, ya podrás hacerte cargo tú en un año más, por ahora te pido que confies en nosotros, con Draco te apoyaremos en todo ¿cierto hijo?- le pegó un codazo para que respondiera, pues Draco no parecía que fuese a hablar.
-Sí- dijo secamente, Harry los miró a ambos indeciso de que decir ¿les agradecía, los rechazaba, se escapaba? no sabía que hacer, estaba perdido.
-Gracias señor Malfoy- respondió tratanto de sonreirle, a pesar de que el llanto había cesado hacía unos minutos, la voz aún estaba entrecortada.
-Bueno, eso es todo, necesito que firmen estos papeles que hacen los traspasos- Los tres hicieron lo que le pidió el duende, les pincharon el dedo con la varita y marcaron con sangre todo los papeles que habían -Esto es para usted- le entregó una carpeta con la información de las propiedades Prince y Potter que había estado administrando Snape -El dinero será traspasado a la brevedad a sus bóbedas, Lucius, usted ahora es oficialmente el tutor del menor Harry Potter, queda responsable de sus cuidados y de que el menor cumpla sus deberes como ciudadano- Lucius asintió tomando un papel que acreditaba la tutela de Harry -Pueden irse- finalizó el duende.
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Primer capítulo de esta nueva historia jiji, como podrán ver, hice a Harry un año menor por cuestiones del Lore, espero no les moleste.
Con ilusión por un nuevo comienzo, la autora.
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Hermanastros |Drarry|
FanfictionCuando Harry Potter cumple once años y finalmente entra a la escuela de magia y hechizería, Howgarts, queda en evidencia los maltratos físicos y psicologicos causados por su familia muggle, por eso, Severus Snape decide adoptarlo y lo cuida por larg...