Capitulo 4: ¿amistad?

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Desde aquel día en que habían sido castigados las cosas habían cambiado, pero no mucho, habían establecido una regla que decía que el primero que llegase a un lugar tenía derecho a quedarse ahí, ya no se miraban mal ni peleaban, tampoco se hablaban, era más bien ignorarse por el bien de todos.

Sorprendentemente esto a Harry lo tenía triste, se sentía solo y abandonado, había descubierto que las peleas con Draco lo hacían sentir bien, cómo si perteneciera a algo, era una relación que ellos, hasta hacía unos días habían sabido mantener y ahora de eso quedaba nada. Cada que se encontraba con Draco se le iluminaba el rostro esperando que este se quedase y peleasen, pero, siguiendo la norma impuesta por él mismo, el rubio se iba y lo dejaba solo.

-Ah, estás aquí, me voy- Dijo el menor de los Malfoys al entrar a la biblioteca y ver que Harry estaba ahí.

-¡Espera!- sonó más emocionado de lo que esperaba el azabache, Draco se paró en seco y dio media vuelta para mirar al que le había hablado, Harry pensó que el rostro de Draco era indescifrable -No es necesario que te vayas, podemos compartir un espacio sin matarnos- agregó,aunque con algo de miedo a lo que pudiese decir el mayor. Draco dudó unos segundos, petrificado, hasta que por fin decidió moverse y caminó dentro de la biblioteca, Harry sonrió internamente, no era que la compañía del rubio fuese lo mejor del mundo, pero peor era nada.

El ambiente era tenso, ninguno parecía querer mirarse, incluso respiraban tratando de hacer el menor ruido posible, Draco, había buscado sentarse lo más lejos que pudo, pero aún así la habitación no era lo suficientemente grande como para ignorarse por completo, Harry reprimía sus impulsos de hablar de algo o de mirarlo, no quería molestarlo y que eso iniciara una pelea que acabace con que el rubio se fuese del lugar y lo dejara solo, era irónico porque si bien extrañaba pelear con el rubio, algo dentro de él prefería tener una conversación civilizada como la del otro día e incluso anhelaba acercarse a Draco en son de paz y tratar de ser amigos, pero de eso estaba bastante lejos. De repente Draco se levantó, Harry creía que se iría pero no, se acercó hasta él y se sentó a su lado.

-Llevas más de media hora sin dar vuelta a la página de tu libro, ¿o eres retrasado mental y te cuesta leer o ni siquiera estás leyendo? ¿qué libro es?- Draco arrebató el libro de las manos de Harry, este estaba tan desconcertado por los actos del mayor que no pudo ni quejarse, se había dado cuenta que el rubio lo había estado observando lo suficiente como para percatarse que, en efecto, no había estado leyendo el libro que tenía en las manos y eso lo ponía, sorpresivamente, muy nervioso. -"Hechizos sanadores para utilizar en batalla" vaya, ¿planeas meterte en problemas de nuevo Potter?- se burló Draco y le tiró suavemente el libro a las piernas de Harry, quién seguía sin entender mucho que pasaba, pero algo en su pecho se hacía cálido.

-Solo trato de matar el tiempo, no es por ser mal educado, pero no hay mucho que hacer en la mansión- Contestó Harry acomodando el libro en sus piernas, pues no tenía intenciones de seguir leyéndolo.

-Dímelo a mí que llevo viviendo aquí dieciocho años- se rio Draco, Harry nuevamente estaba perplejo. A veces Draco lo mareaba, lo trataba como si fueran dos conocidos normales y otras veces lo trataba como si lo odiase, aunque según sus propias palabras no lo odiaba en realidad. Harry, más por cordialidad que otra cosa, le rio el chiste a Malfoy, no sabía muy bien como actuar alrededor del rubio si no era peleando, ese era su campo dominado, las peleas y los tratos irónicos, no una conversación trivial sobre un libro. -Pero creo que no te has tomado el tiempo de recorrer por completo la mansión- Draco le guiñó un ojo como si lo hiciese cómplice de la mejor travesura, Harry lo miraba confundido, haciendo que el rubio riera -Solo digo, que quizás deberías buscar bien- agregó levantándose del sofá que desde hacía unos minutos compartía con el azabache.

Harry soltó el aire que no sabía que contenía desde hacía un rato, "¿quién lo entiende?" pensó el menor, si es que el rubio no se decidía el como llevarse con él.

Y en medio de esa confunsión, la imagen de su padre adoptivo era la más que aparecía en su mente, si tan solo no hubiera muerto, si no hubiera habido una guerra, nada de esto estaría pasando, no estaría solo, lo tendría a él, pero nada sacaba con recordarlo si era para compadecerse de sí mismo, Severus no habría querido eso, él le había enseñado a ser un hombre fuerte y no un debilucho que siente lástima de sí mismo y que va por la vida llorando. Se rio al pensar en como lo podría estar mirando Snape desde donde sea que vayan los humanos después de la muerte, le gustaba pensar que había un cielo, que su padre estaba entre nubes siendo feliz, que queda algo de él, y no que su completa existencia se acabó.

Sin darse cuenta, estaba soltando lagrimas, las cuales manchaban el libro que había abrazado en consuelo, la imagen de Draco riéndose de que no había leido realmente ese libro en minutos se hizo presente y calmó su llanto, ahora reía, esa mansión lo estaba volviendo loco, quizás debía escribirle a Ron para ir a verlo a la madriguera, no aguantaría mucho más en esa casa, menos con aquel rubio dando vueltas y confundiéndolo.

"Amigo Ron.

Ha pasado un tiempo desde la última vez que te escribí, agradezco que me hayas dado mi espacio como te pedí, pero ahora te escribo para pedirte lo contrario.

Han pasado muchas cosas desde la muerte de mi padre, me he venido a vivir con los Malfoys, sí, te lo juro, es difícil de creer hasta para mí, pero no ha ido tan mal, el único problema es el hurón, pero no te escribo para hablar de eso.

¿cómo están todos por allá? me gustaría ir a verlos un día, los extraño, hacer una de nuestras típicas pijamadas, comer las ricas comidas de tu mamá, hablar con tu padre sobre cosas muggles, hecho de menos todo eso.

Bueno, creo que eso es todo por ahora hermano, espero tu respuesta.

Firma Harry."

Dobló la carta y la guardó en un sobre, pero no la mandaría hasta estar seguro, sabía que quería salir de la mansión un rato y vivir como antes, pero dudaba, cómo iba a ir a la madriguera si Fred ya no estaba ahí, si Snape no lo iría a dejar y a buscar como solía hacerlo, si aquella inocencia infantil ya no existía, aquella que les había sido arrebatada por la guerra. Ya nada sería igual y tenía que hacerse la idea o no podría ser feliz jamás.

-Potter a comer- Era Draco llamándolo a comer, no sabía por qué, pero el solo escucharlo lo había puesto nerviso y salir de su habitación para encontrarselo lo ponía aún peor ¿cómo iba a hablarle? ¿la tregua los había hecho amigos? no comprendía en qué situación se encontraba con Malfoy menor y necesitaba aclararlo, pero no aún, creía que podía seguir tanteando terreno para ver hasta que punto estaba involucrado Draco con él.

Salió de su habitación luego de guardar el sobre con la carta en uno de los cajones de su escritorio, el rubio ya no estaba, suponía que había bajado hacía unos segundos. Al llegar a la mesa lo vio sentado, con la misma expresión que su padre, ambos imperturbables y serios, Narcissa por otro lado trataba de siempre mostrar una sonrisa amable, Harry agradecía a la mujer cada detalle que tenía con él, debía admitir que sin ella quizás estaría peor.

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Buenaass, ya han pasado dos semanas desde que publiqué, pero el tiempo que tengo es muy acotado, por lo que los capítulos no serán tan frecuentes, espero les vaya gustando la historia.
Con cariño la autora.

Hermanastros |Drarry|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora