KyungSoo sintió mucha curiosidad, más ahora incluso de lo que antes había pensado. Acarició el rostro de JongIn con su mano libre. Queriendo compadecerse de su dolor.
―¿Porqué te quedaste si él no tenía nada para ti? ―Consultó dudoso.
―Creí que si me esforzaba se fijaría en mí, pero ya ves, soy un alfa rechazado, ni siquiera su lobo intentó tratar con el mío. ―Suspiró, agotado.
―Lo siento, es algo horrible, todos merecemos un poco de amor. ―habló despacio, desprendiendo el aroma a mandarinas que sabía, podía ayudar a su compañero de dolores.
―Tu también mereces amor, no te engañes bonito omega ―JongIn se subió sobre el cuerpo ajeno, cuidadoso de no aplastarlo, tomó su mano suelta y la entrelazo con la suya, subiendo ambas manos juntas a los lados de su cabeza.
―¿Yo me engaño? ― él omega estaba confundido.
―Puedo ver que una parte de ti aún quiere ser fiel a tu primer alfa, eres quien más está sufriendo de los dos. ―susurró sobre sus labios. ―Mi matrimonio nunca existió, nunca amé ni fui amado, en cambio tú, apostaste todo por alguien que esta jugando contigo. ―una sonrisa amarga surcó sus labios, el pelirrubio se mordió el labio inferior. ―Daría lo que fuera por alguien que me ame con esa devoción.
Lágrimas cristalinas rodaron cuesta abajo en sus coloreadas mejillas, KyungSoo sentía mucho dolor, ¿Cómo el hombre de sus sueños pudo hacerle esto? ¿Qué podría hacer en una vida sin Oh Sehun? Y porque... ahora el hombre que amaba le daba miedo.
Su corazón latía rápido en cada llamada, su pequeño lobo interior temblaba con la cola entre las patas al oír sus gruñidos cruentos.
Esto era KyungSoo, en esto Sehun lo convirtió. Ya no era más un lobo libre, se daba cuenta que temblaba ante la sola idea de mentir, no entendía como la voz salía tan estable mientras su cuerpo entero temblaba de ansiedad. Se perdió por completo, hecho un lobo obediente y sumiso. Doblegado a cumplir por unas simples caricias en la cabeza.
Do lloró como un cachorro sin consuelo, JongIn se dio cuenta en el reflejo de sus lágrimas que esas palabras pesaban como el plomo. Besó cada lágrima caída y lo abrazó, dándole seguridad entre sus brazos fuertes. KyungSoo se dejó abrazar, necesitado de ese afecto genuino que era muy diferente a la dominación.
―P-Perdón, no quería... l-lastimarte. ―rogó JongIn con la voz quebradiza.
―N-No lo h-hiciste. ―contestó el castaño con la poca fuerza que reunió.
―Tus bellos ojos se empañaron por mi culpa, debía hacer que la pases bien, no hacerte llorar. ―hundió el rostro en el hueco entre el cuello y el hombro. Sintiéndose culpable.
Impregnando su aroma a café con la mandarina tan dulce y triste.
―La pasé muy bien contigo. ―los finos dígitos dieron caricias placenteras a los rubios cabellos del más alto. ―Pero tienes razón, me convertí en el perro faldero de alguien más ―mordió su labio inferior. ―Estoy llorando por que me perdí a mi mismo... Lloro porque perdí la libertad que tanto busqué.
Suele suceder, como un hechizo invisible, que cuando amas a alguien de manera tan devota te pierdes a ti mismo, y esa persona merecedora de tu entrega tiene dos opciones, llevarte hacia ti o encerrarte en él. KyungSoo por fin entendió que estaba encerrado en Sehun.
JongIn levantó el rostro, dejando un suave beso en los labios del mayor. Miró sus ojos y le hizo sonreír, ambas miradas brillaron por un instante.
―¿Sabes? No quiero que seamos de esos amantes que tienen sexo... quiero que seamos amantes que hacen el amor. ―KyungSoo se ánimo a expresarse por completo.
―Me gusta, pero, no tenemos que hacerlo aún si no estás listo, todo esto nos sobrepasa y tal vez... ―Ahora JongIn fue enmudecido por los labios de KyungSoo.
―Hagamos un trato... ―propuso el omega.
―¿Cuál? ―Lo escuchó atento.
―Besemos nuestras heridas JongIn, es algo en lo que encontramos satisfacción, y... además, quiero entregarme cuando mi celo termine, quiero ser yo quien decida darte mi cuerpo, no mi lobo... Ya cometí ese error una vez, ¿Crees que... funcionará?.
Recibió otro beso en lugar de palabras. Caricias en la cintura en lugar de respuestas. Una breve pausa para respirar fue el momento preciso.
―Trato hecho... Si esto que sentimos no es un impulso seré capaz de respetarte tanto tiempo como desees...― besó sus labios nuevamente.
Ese contacto, sutil pero estremecedor. Las manos explorandose ansiosas, los lobos insatisfechos bajo la luz de la luna, frustrados por no encontrarse otra vez. Entendiendo que ellos no siempre tomarían la decisión, aún que quizás esta vez tuvieran razón, en un mundo donde se rigen por sus animales, los humanos querían ser eso, simples humanos descubriendo lo incierto.
Luego de una extensa y caliente sesión de besos, KyungSoo comenzó a sudar, así también a respirar de una manera irregular.
―¿D-Donde está el baño? ―preguntó apresurado.
―¿Estás bien?
No lo estaba, pero esa pregunta era un reflejo natural de preocupación.
―El celo, tengo fiebre. ―KyungSoo suspiró. Odiaba los calores tan intensos y el sudor.
―Tranquilo, te ayudaré, solo hazme caso ¿Si?
El omega asintió, casi al borde de empezar a delirar. JongIn lo ayudó a levantarse y cargó en brazos al omega hasta la tina del baño. Una ducha con agua fresca le ayudó a sentirse mejor, mientras el líquido relajaba su cuerpo, el pelirrubio cambió las sabanas en la cama, que ya estaban algo manchadas. Buscó una bata y se la ofreció a KyungSoo para salir de la ducha.
Algunos paños fríos en la frente y un supresor bastaron para que KyungSoo se sintiera mejor.
―Vamos a dormir, es mejor que descanses. ―murmuró JongIn, en un tono tan suave que hacía a su acompañante sentirse relajado.
KyungSoo dejó que, por segunda vez, JongIn lo abrazara por la cintura. Cerrando los ojos con él, cayendo rendidos al sueño.
ESTÁS LEYENDO
𝕴𝖓𝖋𝖎𝖉𝖊𝖑𝖎𝖉𝖆𝖉 → кαιѕσσ
RomanceTras descubrir que su amado esposo le era infiel con un omega llamado Baekhyun, KyungSoo decidió enfrentar al amante en su hogar, sin imaginar que terminaría en la cama con JongIn, el sexy esposo de Baekhyun. "Bendito sea el día que viniste a mi pu...