𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 29

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―No me digas que estás pensando ir, —JonhIn preveía la respuesta y se negaba a ella al mismo tiempo. ―¿¡Estás loco!? ―alzó sin haberlo notado.

―Si, ¿Qué otra oportunidad crees que tengo? Vivir con miedo no es lo mío. ―bufó el omega, molesto por los reclamos del alfa.

JongIn llevaba al rededor de veinte minutos reclamando por su decisión, a cada minuto que pasaba su desaprobación crecía y KyungSoo se sentía más histérico.

―¿Qué es lo tuyo entonces? Claro, se me olvida que eres tan valiente, ser un suicida es lo tuyo. ―escupió cubriéndose el rostro con las manos.

―Cuida muy bien lo que sale de tu boca, ―El pálido lo apunto amenazante. ―Tengo miedo, ni te imaginas cuanto, pero no puedo ni quiero seguir así, necesito salir a la calle en paz, sin pensar que mi ex esposo aparecerá en alguna parte y me hará desear estar muerto.

Respondió sentado en la cama, haciendo su mayor esfuerzo por mantener la calma.

―¿Crees que no te entiendo? Lo que más quiero es que seamos una maldita pareja normal, se te olvida que como alfa puedo batirme a duelo con él, o tendré que defenderme si me ataca.

KyungSoo debía reconocer que JongIn tenía algo de razón en su argumento, pero bien, él quería hacer las cosas a su manera, aún conociendo todos los riesgos de ello.

―No, no me olvido de eso, te recuerdo que los vi en mi casa apunto de pelear. ―cruzó los brazos sobre su pecho, ―Solo dejame hacer el intento, además puedes acompañarme en cubierto para que no te reconozca, ―lo miró, conectando sus miradas. ―Prometiste protegerme, no moverte de mi lado, ¿Vas a desechar tu promesa ahora?

Kim no respondió, se limitó a resoplar aún en desacuerdo con esa idea.

―Dime, ¿Vas a cumplir con tu palabra o no? ―KyungSoo se estiró un poco para tocar su brazo.

El alfa se deshizo del agarre y volteó con brusquedad hacia él.

―¡NO, NO VAS A IR A ESE LUGAR! ¡NO VES QUE PODRÍA HACERTE DAÑO!

Su puño cerrado estalló contra la mesa móvil a unos metros de la cama, fue un golpe seco en el que por milagro nada resultó roto. JongIn se observó a sí mismo, su exabrupto y el cómo asustó a su omega.

―P-Perdón, y...yo no quería... ―habló temeroso.

Se acercó, lento, con la intención de darle una caricia, o un abrazo si es que se lo permitía. KyungSoo le dio una bofetada con la mano abierta, como un acto reflejo por su propio miedo.

―Quiero estar solo. Por favor. ―pidió.

El corazón le latía desbocado, sus ojos se cristalizaron y el aire le faltó. JongIn comprendió que había actuado mal, solo le quedaba darle espacio, rogando que más tarde lo perdone.

―Yo... Vendré a verte cuando estés dormido... ―murmuró cabizbajo.

KyungSoo asintió, esperó a que saliera y respiró hondo. Le dolía tener ese comportamiento, pero la mejor opción para él era darse a respetar, la compasión no es algo que se puede ejercer todo el tiempo, y eso tenía que aprender respecto a Sehun.

[...]

JongIn decidió caminar al estacionamiento del hospital y permanecer allí un rato. Un par de lágrimas amargas rodaron por sus mejillas, deseando no haberse portado de esa forma. Ladeó su rostro a la izquierda y vio a Yixing saliendo.

El chico se percató de su presencia bastante rápido. Miró a donde estaba y caminó a su sitio.

―¿Todo bien? ¿Qué sucede? ―preguntó inquieto.

El pelinegro le explicó todo, desde su llegada, el pequeño problema y la discusión.

―¿Porqué reaccionaste así? ―él se recargó en la pared imitando su acción.

―Falta de autocontrol, ―suspiró, ―A veces pierdo los estribos, hace varios años atrás solía discutir mucho con algunas personas, mi hermano, mi padre, luego de mi matrimonio frustrado me calmé, creí que ya no volvería a ser así, pero en la primer discusión con mi omega termino asustandolo.

Respondió, avergonzado al recordar cómo KyungSoo retrocedía, con los ojos cristalizados, deseando tenerlo lejos.

Yixing suspiró, por un lado quería golpear a KyungSoo en la nuca, tal parecía que su amigo tenía gusto por los alfas descontrolados a su entender, o es que tenía una especie de mala suerte.

Comprendía que JongIn y Sehun eran niveles diferentes, pero eso no quitaba el hecho de que ambos debían trabajar mucho en si mismos.

―Mira, aún no te conozco mucho, pero entiendo que solo quieres protegerlo, perdiste el control porque estas asustado ¿No es así?

JongIn asintió de acuerdo con sus palabras.

―Ahí tienes tu respuesta, no es algo malo, siempre y cuando procures que no se volverá a repetir. ―levantó la mirada hacia el cielo estrellado. ―Minseok, mi alfa con personalidad de omega, es de tipo pasivo agresivo, solía estallar muy rápido por cosas pequeñas, iniciaba una conversación calmado y de repente levantaba la voz, hablaba muy rápido. ―sonrió.- si jugábamos algún juego de mesa podía incluso discutir con JunMyeon, ―la risa contagiosa inundó el silencio, ―Recuerdo que, la primera vez que vinimos al hospital, el doctor no sabía que era por la pierna, lo miró y le dijo "Luces enfermo, tu cara es la de un enfermo", Minseok le respondió, "¿Enfermo? No, yo no luzco enfermo, no estoy enfermo, le estoy pagando para que revise mi pierna, no como se ve mi cara"

El menor le escuchó atento, riendo por las anécdotas compartidas.

―¿Como lograste calmarlo? ―indagó mirándolo de reojo.

―JunMyeon y yo lo hicimos, con amor y paciencia, le enseñamos a controlarse, ahora es una palomita de paz. ―suspiró. ―Min se siente tranquilo andando en bicicleta, visitando museos, cuidando sus pequeñas plantas, incluso se ve adorable cuando lo llevamos a la playa para buscar cangrejos.

A ojos del alfa, su mayor irradiaba amor por el alfa mayor en cada palabra.

―Lo que quiero decir, es que debes encontrar paz en algo u alguien para mantenerte tranquilo ¿Entiendes?

El pelinegro asintió, agradecido con su sabia respuesta. Una vez que ambos se despidieron, JongIn se marchó hacia la habitación de KyungSoo.

Su omega dormía de costado, con las manos colocadas entre las piernas cerradas. Transmitía mucha paz, y ahí es cuando JongIn encontró su razón.

KyungSoo era su paz, amarlo era la razón de su tranquilidad.

Avanzó despacio y se acostó en la cama, abrazando con cuidado el cuerpo que tanto amaba.

𝕴𝖓𝖋𝖎𝖉𝖊𝖑𝖎𝖉𝖆𝖉 → кαιѕσσDonde viven las historias. Descúbrelo ahora